El Mirador es ironía, es mirada oblicua, es guasa, es elegancia, es cine, es requiebro, es giro, es socarronería, es darle la vuelta a la tortilla y seguir dándosela una y otra vez más. Es puro atletismo de la lengua, como digo. Relatos como "Un chico difícil", "El aspirante", "Salir del armario", "Ama de casa" (...) le hacen a uno repensar la literatura y la manera de reírse, de disfrutar leyendo a alguien que al mismo tiempo que te hace reír te da otra visión y te deja perplejo ante lo que ya creías zanjado.
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