Paradójico, lo sé. Chistes aparte, juro que estas personas tienen una sensibilidad especial. Antonio, el responsable del taller, se dio cuenta enseguida de que soy un gamberro.
El martes, 16 de marzo de 2010 estaré a las 11,00 de la mañana en la ONCE de Alicante (Avda. Aguilera, 43). Allí intentaré que pasemos un rato agradable repasando algunos relatos de mi primer libro. Prometo seleccionar los más picantes y atrevidos.
Estáis invitados/as.
Enhorabuena, José Antonio. Me alegro mucho de que participes en la actividad de lectura de la ONCE y hagas pasar un buen rato a un montón de amigos. Ya nos contarás.
ResponderEliminarGracias, Maribel. En parte te lo debo a tí. Fue una gran idea ir a la presentación del Pintalabios. Y un placer, por supuesto, su lectura y posterior reseña. Además, me ha dado la oportunidad de conocer a otros locos/as de las letras. De ahora en adelante, no me pierdo un solo libro de mujeres. A ver si hay suerte y algún día coincido con Laura Gallego (me he leído todos sus libros).
ResponderEliminarIntentaré ir con vosotros.
ResponderEliminarEnhorabuena, José Antonio!
José
ResponderEliminarterecita , soy yo, lucie santamaria.
Es el nombre de mi blog.
Por el momento tengo pocas cosas dentro.
A ver si me atrevo a hablar ...definitivamente en español un día! :-)
Tú eres bienvenida siempre, Lucie. Un abrazo.
ResponderEliminarParadojicamente, ellos que no ven, te van a ayudar a ver el mundo con otra perspectiva por unos instantes.
ResponderEliminarEspero que hagas la crónica con las sensaciones recibidas y alguna que otra anécdota que seguro que las habrá.
Un abrazo.
Por eso me hacía muchísima ilusión estar allí, porque ellos tienen la mirada más limpia, la del alma. En un encuentro de este tipo uno va a dar, pero sobre todo a recibir.
ResponderEliminarBesos.
José Antonio, en principio el acceso a La Nieve siempre es con usuario y contraseña. Otra cosa es que tú nunca cierres sesión y tengas el foro permanentemente abierto. Lo raro es que no te los acepte. Supongo que habrás comprobado que los datos están bien escritos, que no has usado mayúsculas, en vez de minúsculas, etc. etc.
ResponderEliminarEn fin, que ya le he transmitido tu mensaje a Alicia. Supongo que ella te contestará algo, y seguro que podremos leer ese cuento que comentas.
Feliz fin de semana.
Lo curioso, Maribel, es que tampoco me admitía la contraseña en tu blog. Las mayúsculas, comprobadas. Hoy creo que el duende de internet está travieso. Ah, y no era un cuento, era un artículo de los míos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Jopetas, una más que me pierdo. Oye, y tengo que hablar contigo de la página para conseguir el de las Carpetovetónicas, que no pude registrarme, luego no salía el libro, y luego no me responden de cómo lo puedo conseguir. Un asquete.
ResponderEliminarY Maribel, he visto que has ganado uno de microrrelatos al que por cierto me había presentado. Una de esas rarísimas ocasiones en las que lees el ganador y no piensas "¡qué puta mierda!", sino "joder, pues es mejor que el mío y me tendré que esforzar más". ¡Enhoragüena de curasao!
Lobo, sacaré unos días este año para escogurciarnos a cervezas o no me llamo Álvaro Trinidad.
Pues gracias, Álvaro, me alegra saberlo. No el hecho de que te parezca mejor que el tuyo, sino que, al menos, no te parezca una puta mierda.
ResponderEliminarA mí también me ocurre en ocasiones cuando leo textos ganadores, y eso te hace desconfiar mucho de los concursos, aunque también cabe decir aquello de que "nunca llueve a gusto de todos".
Saludos.
Y perdona, José Antonio, el uso de tu espacio para contestar a Álvaro, pero era cortesía hacerlo.
ResponderEliminarHola Maribel y Álvaro,
ResponderEliminarNo, si me encanta que tengáis algo en común. El mundo es un pañuelo. Yo no me presenté a ese concurso, pero alguien me dijo una vez (escritor también) que todos o casi todos están amañados. Yo, para comprobarlo, estoy preparando un relato para un concurso gordo en Alicante; tranquila Maribel, tú no eres jurado del mismo. Creo.
Ah, y Álvaro, yo también tengo ganas de conocerte. Un miembro de la Generación Chanquete. ¡Qué ilusión!