martes, 20 de diciembre de 2011

ÓDIAME
















Como no podía ser de otro modo, me despido de todos y de todas ustedes con el último pelotazo de Enrique Bunbury. Espero que no me odien mucho por ello.
Feliz Navidad.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

LA MALDICIÓN DE POE


Para según qué cosas, la crisis no está mal. La otra tarde asistí, en primerísima fila, a una representación de títeres de terror. Como lo oyen. 

La compañía Teatro Corsario interpretó en el Aula CAM de Alicante La Maldición de Poe, sirviéndose de unas marionetas japonesas llamadas Bunraku. Esta clase de títere se caracteriza por poseer unas dimensiones casi humanas.

La primera escena sitúa a un joven Edgar Allan Poe jugando al escondite con su amada Annabel Lee entre las lápidas de un cementerio victoriano. Pronto aparece la madre de ésta para interrumpir sus no del todo inocentes pasatiempos.

Al joven Poe le persigue la mala suerte a lo largo de toda la obra, una fatalidad decididamente cómica. Un mono loco afeita a sus abuelos con un cuchillo, y la policía sospecha que el autor del crimen ha sido él. Entonces se refugia en casa de un borracho que, al intentar deshacerse de un gato negro, mata a su esposa. Mientras tanto, Anabel Lee muere de tuberculosis.

No es una pieza aterradora, pero sí oprimente, en la que destaca la casi mudez de los personajes. El lenguaje sobra. Las gigantescas marionetas son tan elocuentes que no necesitan de muchas explicaciones.

La muerte, que ha arrancado prematuramente la vida de Anabel Lee, acosa a Poe con sus cantos de sirena. No tarda en dejarse llevar, pero de fondo se oyen las risas de los enamorados.


martes, 6 de diciembre de 2011

MATERIAL INFLAMABLE


















No supe que estaba enamorado de ella hasta años más tarde, cuando esquivé su mirada. Pensé que ya no me acordaría de su vestido blanco ni de sus ojos añil, tan profundos que algunos perecimos en sus insondables aguas. Me ruboricé de tal modo que huí para que mis padres no me vieran, pero me obligaron a saludarla. La inolvidable seño ahora sonroja a mi hijo.


Incluido en la antología Cachitos de amor, publicada por Acen.