jueves, 28 de noviembre de 2013

EL SEÑOR (2)

















Debo de haber dormido una eternidad, pues el lado de la cama en el que se acuesta mi pareja está helado. Miro el reloj. Las cuatro de la tarde. Me siento un poco delincuente. No es que no necesitara el sueño. Después de lo que ha ocurrido lo necesitaba con toda mi alma. Pero ahora que no tengo trabajo me parece que no hago nada útil.
            
Una ducha es lo que preciso, y luego un café y un periódico. Me esfuerzo por concentrarme en esas rutinas, aunque, desde el primer instante, soy consciente de que me voy a tener que enfrentar a esto sola.
            
Cómo definirlo.
           
Una revelación que ha generado en mí una nueva conciencia. De pronto me he sentido joven y vieja al mismo tiempo. Como el señor. Él no quería desaparecer de este mundo sin contarme su secreto.
            
El agua se desliza por mi cuerpo y, pese a estar fría, noto calidez. Ni aún así me abandonan sus palabras, susurradas una noche tras otra al oído. En especial una frase, que era como el resumen de su legado: «El hombre es una plaga peor que cualquier monstruo».
            
Me pregunto qué terribles experiencias habría sufrido para abominar de sus semejantes de tal modo. Las mujeres, sin embargo, no le merecíamos una opinión tan pésima. Una parte de mí me advierte que son los desvaríos de un loco. Otra se pregunta si no tendrá razón.
            
Intento concentrarme en el periódico, pero la disociación entre mente y cuerpo llega a límites insospechados. Para el señor las mujeres somos, ni más ni menos, la salvación. El café acaba de derramarse sobre mi blusa. En vez de intentar limpiar la mancha, vierto el resto en el sofá.

8 comentarios:

  1. ¿Cuándo dices que vas a seguir con la historia? ¿Ya mismo?
    Ayayayayy...en la que nos has metido.
    Un besote, lobito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay nada fijo, según me dé. Es un juego que trata de explotar las posibilidades que tiene cualquier historia.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Pues me he quedado enganchada a ese café vertido, a las especulaciones de la mujer y a ese misterioso señor...
    Espero que sigas jugando.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le estuve dando muchas vueltas antes de decidir que estaría bien continuar la historia. Ahora ya no hay vuelta atrás. Y vuestros comentarios son parte del juego.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Encuentro muy filosófica esta segunda entrega, Jose. Hay un crecimiento en la empleada despedida, ha madurado. Bueno, ella misma lo dice, una revelación, una nueva conciencia... ¿No terminará apareciendo el señor por algún lado? Quizá lo descubramos en ¿la tercera parte?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si la protagonista se liará a cachiporrazos con todos los tíos que encuentre o si el legado del señor contendrá alguna otra arista. Ya lo decidiré sobre la marcha.

      Un abrazo.

      Eliminar
  4. José, al parecer el señor ha dejado una huella profunda en la empleada.
    Respecto al texto, me gusta más esta entraga. Me gustan mucho las sensaciones y emociones que van aflorando de la protagonista. Por otro lado, la sombra del señor sigue deambulando por todo el espacio.
    Yo necesito un final que no esté cubierto por las dudas ni las sombras.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le ha comido la cabeza, como suele decirse. Le ha puesto el mundo patas arriba. Le ha legado sus luces y sus sombras.
      Espero lograr ese final claro y contundente, pero aún es pronto.

      Un abrazo.

      Eliminar