INDEPENDENCIA
Por
enésima vez, Marc tironeaba de la camiseta de su hermano mayor mientras este
trataba de preparar las clases de matemáticas que impartía a domicilio. «Vale,
tú ganas —dijo zanjando el asunto—, si Cataluña se independiza de España te
dejo mi habitación.»
La política para los que viven de ella, yo soy más de la amistad y de la humanidad que nos une. Un abrazo, querido Antonio.
ResponderEliminarCreo que la amistad es algo tan desinteresado que los políticos no lo contemplan como punto de su campaña.
EliminarUn abrazo.
Las fronteras se levantan primero en nuestros corazones, que luego se hagan o no de cemento, ya no importa, porque la realidad ha tomado posiciones.
ResponderEliminarA ver quién se queda con el cuarto.
Un abrazo.
Nuestras mentes también levantan muros casi inexpugnables. Fíjate, por ejemplo, lo difícil que es romper el tabú de que un hombre y una mujer no pueden ser amigos.
EliminarUn abrazo.
No me queda claro si es el hermano mayor quiere conservar la habitación o perderla. A veces, los que más seguros están de algo, se equivocan. Será cuestión de esperar.
ResponderEliminarUn abrazo.
He ahí el dilema. Se puede interpretar de las dos formas: es tan imposible que nunca voy a tener que cumplir la promesa o, como las cosas van a ir bien a partir de ahora, podré irme de casa.
EliminarUn abrazo.
Jose, un toma candente tratado con tu fina ironía.
ResponderEliminarLo peor es ver como la "clase" política intenta manipular y confundir a las masas. Oye, y no creo que lo consigan pero como despistan, de mientras siguen haciendo lo que les da la gana. En fin.
Un abrazo.
Qué fácil dejarse llevar por lo que piensa la mayoría y qué difícil mantener una postura aunque sea contraria a la opinión general. Pero lo último es más divertido.
EliminarUn abrazo.