GRITOS
Cada vez
más gente hace el amor a gritos, salvajemente, sobre la encimera de la cocina.
¿O debería decir que folla? Tú levantas algo más que la vista del libro que
acabas de empezar a leer, dividido entre la envidia descarada y la sonrisa
bribona. Proyectas llamar al timbre porque esas no son horas: mañana trabajas. Entonces
recuerdas, muy a tu pesar, que en ese piso no vive nadie. Tampoco puedes
despertarla para contarle lo que crees haber oído. Ella te dejó ayer.
Brutal. Cada día te admiro más.
ResponderEliminarEl respeto y la admiración es mutua.
EliminarUn abrazo.
Te ha quedado descarnado. Mejor volver la vista a tu libro para seguir deshojando relatos como este hasta que ya no queden palabras, ni aliento.
ResponderEliminarPrefiero pintar el mundo como es; ya no estoy en edad de eufemismos.
EliminarUn abrazo.
Salvo que sean tan poéticos que calen al lector hasta los huesos.
EliminarDel graffiti al retablo pasando por el lienzo o el palimpsesto. Ja, ja, ja... Sin límites ni hojas pautadas es como mejor se pinta. Espero tu siguiente sorpresa.
Un abrazo.
Haré todo lo posible por sorprender a la sorpresa.
EliminarUn abrazo.
Redondo y conciso. Buen relato.
ResponderEliminar=D
Lo sencillo es lo más complicado.
EliminarUn abrazo.
Como me gusta, empezar a leer... ¡y que me sorprenda!
ResponderEliminar¡Bravo!
Impecable, José Antonio.
Abrazo.
Muchas gracias. Todo está contado ya; lo novedoso es la forma en que lo contamos.
EliminarUn abrazo.
Hay una mezcla de tristeza e ironía, jaja.
ResponderEliminarPor cierto, ¿nueva estética? Te ha quedado ahora más bonito el blog, es más visual.
La vida es mestizaje.
EliminarApenas he hecho cambios en el blog, pero celebro que te guste.
Un abrazo.