miércoles, 13 de abril de 2022

LA ETERNA JUVENTUD














Mientras observaban el cielo gris por la ventana, un abuelo le preguntó a su nieta qué tiempo le gustaba menos. La niña respondió la lluvia porque no podía ir al parque. Luego le devolvió la pregunta al anciano con inocente retintín. Este contestó, después de carraspear, que el tiempo más horrible era el que pasaba sin hacer nada. Y, tras meditarlo un instante, añadió: «También el que estoy lejos de ti».


Feliz Semana Santa, mirones.

miércoles, 6 de abril de 2022

ODA A LAS MASCARILLAS



Se cumple el segundo aniversario de la Pandemia y, desde que la curva de contagios ha comenzado a descender, la supresión de las mascarillas en interiores está en boca de todos. El llamado símbolo de la lucha contra el Covid-19 podría tener los días contados.

Fui muy reticente a la hora de ponerme el cubrebocas e, incluso, juré que nunca lo llevaría en verano. Ahora me cuesta un mundo prescindir de una prenda que forma parte ya del día a día. No solo me he acostumbrado a su presencia, sino que le veo un sinfín de ventajas. Recuerdo con cierto sonrojo una vez que caminaba por Alicante y vi a un conocido a quien no me apetecía saludar. ¿Verdad que no soy el único al que le ha pasado? Entonces caí en la cuenta de que, probablemente, no me reconocería con mascarilla. No dio muestras de familiaridad y continué mi paseo alegremente. Luego sentí un pinchazo de culpa, pero así somos los seres humanos. También voy a echar de menos la protección contra el frío durante el invierno. Ninguna bufanda se le puede comparar. Y, por supuesto, muchos hombres hemos aprovechado para llevar la barba como auténticos adanes; al revés que ellas, tan pulcras y bien maquilladas sin que nadie se lo pida. Bendita feminidad.

La lectura que uno saca de esta situación es que nuestro instinto de supervivencia nos ha hecho más agradable lo desagradable. Ya no nos ahogamos como al principio, pero los pulmones agradecerán el aire puro tanto como el corazón la alegría de los rostros.

Los científicos y los políticos pronto anunciarán que nos podemos quitar las mascarillas sin miedo. ¿Qué haremos? Revertir el proceso se antoja peliagudo. La gran mayoría guardaremos una por si las cosas se vuelven a poner feas.