miércoles, 6 de septiembre de 2023

LA MAGA DE LO COTIDIANO




El final del verano está siendo una montaña rusa de emociones de la que no va a ser fácil recuperarse. A la sensación agridulce de vender mi casa de Guardamar se ha sumado el mazazo del fallecimiento de Mari Carmen Azkona, una amiga de Portugalete.

Se puede criticar la tecnología todo lo que se quiera, pero nadie me negará que nos pone en contacto con gente que, de otro modo, jamás conoceríamos. Hace más de diez años, hice amistad con Mari Carmen y Alicia a través del blog La Nieve. No nos limitamos a intercambiar mensajes, sino que, además, viajé varias veces a Bilbao para conocerlas en persona.

Con Mari Carmen tenía la complicidad de la escritura; llegamos incluso a compartir editorial. Recuerdo que una vez charlamos sobre lo incapaces que nos sentíamos de escribir una novela. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Ha sido un lujo participar a su lado en el concurso semanal de microrrelatos Gigantes de Liliput, aunque me habría gustado ganarle más.

He sentido muchas cosas desde que me dieron la noticia. Rabia hacia una enfermedad que, a menudo, llama dos veces como el cartero; impotencia porque la muerte es un traje que nos viene estrecho aunque esté hecho a medida; alegría porque ha dejado de sufrir. Menos mal que nos queda el desahogo de la palabra.

Siempre me llamaba su querido crápula, aunque ya no soy el golfo de otra época. Quizá nunca lo fui, pero ella se encargaba de recordarme que la verdadera golfería consiste en hacer magia de lo cotidiano. Seamos magos en su memoria.

15 comentarios:

  1. Que descanse en paz. Una colega se nos ha ido al otro lado para guiarnos en este. Seguro que esta muy contenta con el texto que has escrito, que como siempre es estupendo. Esperemos que este final de verano no continúe dando malas noticias. Un fuerte abrazo, José Antonio.

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    1. Muchas gracias. Empezar septiembre con una despedida solo puede significar como decía una canción de Bunbury que "el fin es el comienzo" (El porqué de tus silencios).

      Un abrazo.

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  2. Muy emotivo tu texto de despedida. Pero es que ella era algo especial y todo lo que le concierne lo será. Una buena mujer, un mujer buena, no suena lo mismo en femenino, entonces digamos una buena persona.
    Nos vemos por ahí Mari Carmen.

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    1. Gracias. Es la emotividad el pegamento que conecta a las personas y ella tenía una gran capacidad de empatía.

      Un abrazo.

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  3. Siempre que desaparece un familiar, un amigo o conocido, nosotros también desaparecemos un poquito.
    Saludos y a recuperarse de la pérdida.

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    1. Cierto, amigo. Sin embargo, ellos permanecen en la memoria. Al final, somos todas las personas que hemos querido a lo largo de nuestra vida.

      Saludos.

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  4. Triste noticia, perder a una amiga duele mucho y si como parece estaba lejos aún es más difícil despedirse. Seguro que tus palabras le llegarán y a ti te sirven de un poco de paz. Abrazos

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  5. Qué descanse en paz, ánimo y un abrazo. 😘

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  6. Hola, José Antonio.
    En el instante que alguien que ha caminado muy a nuestro lado pasa a otra dimensión, el tiempo real pierde todo el sentido. Pasados unos días, percibimos que aún nos cuesta hablar de nuestra compañera con normalidad, todavía no hemos acomodado un espacio para ella en nuestro interior, parece que falta una parte del mapa de nuestra vida… Sin embargo, como tu bien citas, serán los buenos momentos, imágenes, músicas, textos … compartidos los que nos recuerden que Mari Carmen fue parte importante de nuestras vidas.
    En el intento de ser tan positivos como ella lo era, habrá que recordar lo que decía Ernest Hemingway, y que hace poco me recordó Aster, “Vivimos esta vida como si llevásemos otra en la maleta". Así que, compañero, a aligerar el equipaje, no hay otra oportunidad.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas anécdotas compartidas y contigo seguro que más. Aunque parezca imposible, habrá que seguir sonriendo.

      Un fuerte abrazo.

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  7. Perdona, José. Se me ha ido el anterior comentario como anónimo, soy Alicia.

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  8. Nunca la conocí en persona, pero el poco tiempo que la traté me impresionó por su inteligencia y dulzura, un ser humano sin dobleces... Lo lamento profundamente.
    Un abrazo.

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    1. Yo, que soy un cardo borriquero, te lo puedo corroborar: era una persona querida por todos.

      Un abrazo.

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