Desde pequeño, mi sueño fue vivir en un cementerio. Neil Gaiman lo ha hecho realidad con este libro deliciosamente melancólico.
Su protagonista es un niño llamado Nadie. Cuando sólo era un bebé, su familia fue asesinada por un matón llamado Jack. Él, inquieto como una lombriz, huyó gateando y se refugió en el cementerio. Desde entonces, los fantasmas le acogen como a uno más y le protegen del asesino. ¿Una metáfora de la vida?
La novela abarca varias edades en la vida de Nadie: desde la niñez hasta la adolescencia. Plagada de personajes inolvidables, mis favoritos son la niña bruja y el tutor del muchacho: Silas. Una especie de criatura de la noche reconvertida en padrino.
A pesar de que el asesino acecha, el chaval desea abandonar el cementerio para incorporarse al instituto, para llevar, al fin y al cabo, una vida normal. Una decisión que puede costarle el pellejo. La ilusión de mi vejez: un alumno con esas ganas...
Un ejemplo de cómo los hijos crecen y cada edad exige de los padres un apoyo diferente. La firme y etérea mano en el hombro.
José Antonio, qué interesante reseña.
ResponderEliminarMe gusta el tema. Apunto el nombre del libro y del autor que no conocía. Voy ahora mismo a buscar información sobre él.
Gracias.
Un abrazo muy fuerte.
PD.
¿Qué tal la noche de San Juan? ¿Los aprendices de brujo disfrutaron de la noche?
Espero que todos los deseos te sean concedidos.
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarMe alegro de que la reseña te haya intrigado.
Leí el libro en Semana Santa, el marco ideal para los cementerios.
La noche de San Juan la pasé preocupado tontamente. Un amigo me dejó tirado por algo tan despreciable como el trabajo. Si hubiera sido una mujer, lo hubiera entendido.
Un abrazo.
A mí también me encantó el libro. Y sobre todo, que esté orientado, supuestamente, hacia jóvenes. En ese tipo de literatura abunda lo ñoño, lo insulso, los tópicos o la novelas realistas con temas duros (acoso, malos tratos, anorexia...). No entiendo como a los chavales en el instituo les hacen leer ese tipo de cosas. Entre eso y los clásicos españoles (que hay que leerlos, pero a otra edad) no me extraña que se les quiten las ganas de leer.
ResponderEliminarSi recomedaran más libros como este del cementerio, o como últimamente he visto, de fantasía, seguro que se aficionarían más a leer.
Mi favorito también es Silas :)
Besos.
Hola Liuva,
ResponderEliminarNunca olvidaré a un profesor que me preguntó qué libro estaba leyendo a mis trece o catorce años. Le contesté que El viejo y el mar, y me dijo que aquel no era un libro de mi edad.
Aquello me marcó.
Luego llegaste tú y me recomendaste el del cementerio. Uf, no sé lo que debe leer uno a según qué edad. Lo hermoso de la literatura es que encuentras esas palabras que necesitas en el momento más oportuno. No hay escritores pequeños. Sólo lectores aburridos.
Estoy seguro de que bajo tu asesoramiento se salvarán muchos lectores.
Un abrazo.
Creo que hay libros que sí deben leerse a determinada edad o por lo menos, con determinado hábito lector. Una no está preparada para leerse "La Regenta" con 15 años. El trabajo me lo hizo mi madre jaja, lectora voraz y empedernida.
ResponderEliminarTras mucho tiempo y tras muchos lecturas, ya pude disfrutar de ese libro.
En cambio hay libros como este del cementerio, que puede leerse con cualquier edad y condición. Creo que eso es fantástico.
Y no estoy de acuerdo en que no hay escritores pequeños: hay mucho petardo suelto :)
Gracias por el piropo, no sé si salvaré a algún lector jaja. No siempre coinciden los gustos y a veces es muy difícil. ¿Qué recomienda a alguien que te dice"dame un libro". ¿"de qué tipo: histórico, terror, romántico..". "de lo que sea" !!!!!!! Menos mal queya me voy curtiendo y aprendo a restringir la búsqueda jaja.
Un abrazo.
Hola Liuva,
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que determinados libros no son para determinadas edades; algunos incluso para ninguna edad. Por ejemplo: ¿por qué le dan tanto bombo y platillo al Quijote si el libro original hay muy pocos que se lo han leído? Yo me leí una versión para alumnos de secundaria y estoy muy orgulloso de ello. Una edición fantástica, por cierto.
Por otro lado, en este oficio hay mucho intrusismo, mucha gente que va de escritor por la vida. Entre los otros, los escritores de verdad, no hay pequeños y grandes. A mí, a veces, me transmite mucho más el carnicero de la esquina que el premio Nobel de Literatura.
Y sí: has salvado a muchos lectores del aburrimiento porque eres capaz de emocionarte con un libro y transmitir esa emoción. No lo dudes: esa es la mejor publicidad.
Un abrazo.
"A mí, a veces, me transmite mucho más el carnicero de la esquina que el premio Nobel de Literatura".
ResponderEliminarJamás leí mayor verdad y coño, ya es hora de que se institucionalice la máxima. Gracias, Lobow.
Respecto a Neil Gaiman, hombre... Es un clasicote entre los clasicotes. De los pocos que, vivos, sorprenden a sus vivitos. No como los muertitos.
Buenooo... Eso sí que es un piropo, que yo sea capaz de transmitir la emoción que me produce un libro. ¡Muchas gracias!.
ResponderEliminarYo también me puedo emocionar más con el carnicero que con un nobel :) Sigo diciendo que hay mucha castaña entre los escritores :P
¿Qué tal el calor de agosto, aunque estemos en julio?. Chiste fácil y malo :P
Un abrazo.
Jose Antonio, me lo apunto a la lista.
ResponderEliminarBuena máxima, "Los hijos crecen y cada edad exige de los padres un apoyo diferente. La firme y etérea mano en el hombro"
Me permito añadir esta que tambien me gusta "Los padres también crecen y ojalá los hijos sean capaces de apoyarles con la firme y eterea mano en el hombro".
Jose Antonio ¿Acaso todos vamos a la misma carnicería?
Un abrazo.
Hola Álvaro,
ResponderEliminarEn mi barrio hay un tipo que tiene un bar. Bar Emilio se llama. Por las noches, el tío se transforma en Emilvis. Creo que es el mejor de España. ¡Cómo te lo cuento!
En el fondo, todos tenemos una doble vida.
A mí no me gusta ir nada de escritor, prefiero ir de José Antonio. Es más saludable. Y por las noches... a contar mentiras.
Un abrazo.
Hola Liuva,
ResponderEliminarEstoy deseando empezar ese libro de cuentos que me prestaste el otro día. Conoces mis gustos mejor que yo mismo.
Un abrazo.
PD. Genial la tertulia del otro día en la biblioteca. Ojalá se repita.
Hola Alicia,
ResponderEliminarMe alegro de verte de vuelta por aquí o, mejor dicho, de leerte. ¿Qué tal las vacaciones?
Tienes razón: los padres también necesitamos el apoyo de nuestros hijos. Incluso la inspiración.
Y sí: creo que a todos nos gusta que nos cuenten una buena historia, provenga de quien provenga.
Un abrazo.
José Antonio, ¿te gustan los cementerios? eres la primera persona que conozco a la que de niño le hubiera gustado vivir en un cementerio, eso, indudablemente te hace diferente. La reseña que haces del libro de Gaiman pica la curiosidad, veré si lo consigo.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en catalogar los libros para tal o cual edad. Yo leo casi desde que aprendí a hacerlo y he leído de todo.
Besos,
Blanca
Yo también disfruté como una enana con la tertulia. Hay que repetirla pero fuera de la biblio, para explayarnos a gusto.
ResponderEliminarHola Blanca,
ResponderEliminarMe encanta tenerte por aquí. Es toda una sorpresa.
Hoy le estaba explicando a un alumno el movimiento romántico y se lo comparaba con los actuales góticos. Su insatisfacción ante la realidad les hace vestirse así, escuchar la música que escuchan o llevar colmillos artificiales. Si yo fuera un poco más joven, tal vez sería gótico. De corazón lo soy.
Un abrazo.
Hola Liuva,
ResponderEliminarTu compañera Ángela no parecía sentirse muy a gusto con la tertulia. Le oí dos o tres shhhhh y no sé aún a ciencia cierta si iban dirigidos a nosotros. Será mejor usar las cafeterías.
Un abrazo.
Yo también creo que estaba incómoda, pero no sé si era porque no participaba. Nos juntamos los tres frikis (Carmen, tú y yo) hablando de vampiros, Poe, cementerios... y no le dejábamos meter baza jajaja.
ResponderEliminarBueno, es que me parece que sus gustos literarios van por otros derroteros.
A mí me da una rabia tener que hacer shhh... prefiero acercarme y llamar la atención a quien se la tenga que llamar.
Un abrazo.
Jajaja, los tres frikis...
ResponderEliminarLo dicho, cuando queráis tomamos un café y hablamos de nuestras cosas.
Un abrazo.