miércoles, 29 de mayo de 2024

MEJILLONES


No dejéis volar vuestra mente calenturienta cuando os diga que mi padre adoraba los mejillones al vapor. Eran un delirio que rozaba la obsesión. Al quejarme de que todos los domingos comíamos el mismo aperitivo, compraba bígaros o almejas un par de semanas para disimular. Luego volvía a su eterna costumbre. Me pregunto qué tendrían aquellos moluscos bivalvos para gustarle tanto. Quizá fuera su sabor o que le traían algún recuerdo de infancia. He pasado de aborrecerlos a echarlos de menos.

8 comentarios:

  1. Me gustan mucho y aunque los he comido de otras maneras, cuando son al vapor los considero un manjar. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo más sencillo suele ser lo más efectivo en materia de cocina sentimental.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. A mi me encantan de cualquier forma, siempre con una copita de vino blanco, pero los como poco, problemas con el acido úrico.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te comprendo perfectamente. Yo he tenido que pasarme al té desteinado.

      Saludos.

      Eliminar
  3. La última frase me ha tocado el corazón...
    Un saludo :)

    ResponderEliminar
  4. Se extraña lo que se pierde aunque en su momento no se apreciaba por recurrente. Se ven ricos, me tentaste jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo decía Kiko Veneno en su famosa canción: "Lo mismo te echo de menos, lo mismo que antes te echaba de más".

      Eliminar