miércoles, 13 de marzo de 2024

SANTOS

Mi padre no era muy religioso, pero, por contentar a mi madre, que es una auténtica talibana, iba a la iglesia los domingos y se confesaba una vez al año. Lo recuerdo hecho un pasmarote en la última fila del templo, al lado de la puerta por la que siempre entraba el último y salía el primero, mirando al frente sin ver, con la imaginación distraída en otra parte. Ambos sabíamos, sin comentarlo jamás entre nosotros, que no creía en toda aquella parafernalia.

miércoles, 6 de marzo de 2024

SALDOS ARIAS




Mi padre trabajaba en una humilde tienda de ropa llamada Saldos Arias. Recuerdo que era un edificio ubicado en la calle Mayor de Alicante. Nunca pasaba nada, salvo que una vez fueron a comprar chandals algunos jugadores de los Globetrotters. Ahora han rehabilitado el inmueble y es la sede del restaurante Fondillón, que pertenece al hotel de cinco estrellas Hospes Amérigo. Cuando paso por allí, me entran ganas de hacerles cosquillas a esos camareros tan estirados.

miércoles, 21 de febrero de 2024

EL APERITIVO


«Y esto es solo un aperitivo de lo que te espera cuando estemos casados», dijo la anciana dándole un beso en la boca a su enfermero.

FINALISTA en el Concurso Cuenta 140 de El Cultural.


miércoles, 14 de febrero de 2024

EL PLAN





















Me gusta trabajar en la academia porque no debo ceñirme a un programa establecido ni aguantar a un jefe. Tampoco necesito preparar las clases. Improviso como un músico de jazz a partir de las propuestas de los alumnos.
     —Sintaxis —dijo Nerea.
     Le expliqué que una oración subordinada era una señora que dependía económicamente del marido. En cambio, las coordinadas son mujeres independientes.
     —Yo quiero ser subordinada, que me mantengan y no hacer nada en todo el día.
     Un compañero rio la gracia.
     —Vaya porquería de plan.
     Se miró las uñas: eran superbonitas. Tres años después, vino a decirme que se estaba sacando el graduado en un Centro de Adultos.

miércoles, 31 de enero de 2024

EL CUATRO





















En Alicante, la línea cuatro o autobús del cementerio atraviesa toda la ciudad. Es una experiencia realmente agotadora. Parece una película de nuestra vida proyectada a cámara lenta. Por si fuera poco, la mayoría de sus usuarios pertenece a la tercera edad. Así pues, el cóctel explosivo está asegurado.

Aquel viernes debía resolver unos papeles sobre la transmisión de una sepultura, de modo que subí resignado al autobús. Una vecina del barrio me atrapó en su monólogo: imposible avanzar o retroceder en aquella lata de sardinas. Comprendí con horror que me quedaba una hora de monosílabos adormecidos.

En la avenida Aguilera, a la altura del teatro Arniches, montó un caballero con ganas de gresca. Llevaba esperando una eternidad y estaba convencido de que habían suprimido un coche. El conductor se revolvió como si le hubiera picado una avispa. «Llame a la empresa y no me toque las narices», fue lo más bonito que le dijo. Aproveché la coyuntura para huir cobardemente de la vecina.

Los ánimos estaban crispados. Alguien se atrevió a reprochar al caballero que sus gritos le habían herido los tímpanos. El hombre escupió que se pusiera tapones. No era otra que mi vecina. Una abuela dijo: «Éramos pocos y parió la abuela».

Reinaba un espeso silencio cuando se abrieron las puertas en el Centro de Especialidades Babel. El cuatro quedó semivacío. Llegamos al cementerio dos únicas personas: el caballero y yo. El hombre se incorporó por fin a su puesto de trabajo y me sonrió a través de la ventanilla con cara de circunstancias.

miércoles, 24 de enero de 2024

QUÍMICA















Al ir a matar una mosca que lo estaba distrayendo de un ardor que creía olvidado, perdieron la oportunidad que, a sus ochenta años, solo se presenta de tarde en tarde. No tenían ninguna prisa. Esperarían tanto como fuera necesario. Volver a enamorarse es una cosa muy seria. 

miércoles, 10 de enero de 2024

AMANECER


















Cada 1 de enero,
se desata una euforia colectiva
de proyectos
que jamás verán la luz,
de promesas
que nunca cumpliremos.
Deja pasar unos días:
los verdaderos cambios
vienen de adentro.


lunes, 25 de diciembre de 2023

FELIZ NAVIDAD





















La Navidad es un sentimiento. Se parece a una historia de amor cuya esencia consiste en ayudarnos unos a otros, incluso entre desconocidos, familiares y exparejas. Cada cual le dará a sus actos la dimensión que quiera: religiosa, espiritual o humana. Que el ruido de los centros comerciales no nos impida escuchar ese latido. Lo demás no merece la pena. Gracias, Mónica, por la fantástica tarjeta.
 

lunes, 18 de diciembre de 2023

EN LA LUNA




El médico teclea mientras la anciana narra sus padecimientos entre suspiros, pero, en lugar de hacer alguna pregunta o prescribir la medicina correspondiente, le lee un fragmento del capítulo que escribe. Luego la interroga con la mirada. «No está mal», dice ella. Y añade: «Ya veo que lo suyo también es crónico».

Incluido en la antología del IV Concurso Internacional de Microrrelato Luz de Luna convocado por Diversidad Literaria.

viernes, 8 de diciembre de 2023

LA MEDITACIÓN
















Para meditar si se quedaba con el décimo de lotería, se puso en el lugar de su legítimo dueño: lo cobró.

FINALISTA en el Concurso Cuenta 140 de El Cultural.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

CALLE SAN PEDRO, 25






















Hace poco robaron en la casa de al lado para meter a una familia de okupas que llevaba varios días rondando la finca. Entonces me alegré de haber vendido el piso de Guardamar, pues, con el paso del tiempo, podría haber corrido la misma suerte.

Desde la muerte de mi padre, íbamos cada vez menos. Como sabíamos que este sería el último verano, convocamos una reunión familiar urgente para informar a mis hijos de que pasarían una semana en el pueblo. Las protestas no les sirvieron de nada.

Entre el 13 y el 20 de julio, disfrutamos de unas merecidas vacaciones en la casa donde vivieron Angelita y su marido Juan. Mi tío era un lobo solitario que, durante su tiempo libre, practicaba el ciclismo y la pesca. Por cierto, murió cuando su bicicleta fue arrollada por un camión. Mi tía le sobrevivió muchos años en el transcurso de los cuales nunca faltamos a nuestra cita veraniega con los aires de Guardamar, que, según decía henchida de orgullo, sanan cualquier dolencia.

Mi ánimo, en permanente estado de despedida, se me antojaba una metáfora de la desmemoria de mi madre. El último desfile multicolor, las últimas brazadas en el mar, los últimos paseos por la pinada, los últimos encuentros con amigos y familiares. Hubo una fiesta en la calle para celebrar la Virgen del Carmen que sirvió para ahuyentar la melancolía. Las vecinas sacaron una mesa repleta de viandas. Rosarito, Carmen la de Barcelona, su marido, la Bisba… Los guardamarencos, atraídos por la alegría, se paraban a hablar sobre lo humano y lo divino. El tiempo, por fin, se había detenido en un instante eterno.

Todos desempeñamos nuestro papel durante aquella semana. Mi hijo cocinó. De lo contrario, habríamos muerto de hambre. Mi hija escuchaba: es una buena psicóloga. Yo empecé a empaquetar una vida entera en cajas de cartón, pero abandoné a su suerte la reliquia de la televisión. No la quieren ni en un museo.

Un mes después, el 23 de agosto de 2023, firmamos la escritura ante notario. Hacía un calor sofocante. Como si fuera un capricho del destino, la compradora, mi prima, se llama igual que la vendedora: Carmen Rastoll. Antes de abandonar la notaría, mi madre le preguntó con desparpajo por el piercing que adorna su nariz.

La inmobiliaria Albamar ha realizado la venta. No solo son familia, sino además grandes profesionales y mejores personas. El largo y tortuoso proceso burocrático ha sido, gracias a ellos, un viaje más amable.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

FIN






















El autor escribió la palabra fin. Después de muchos obstáculos, el hombre de rostro deforme se casaba con la mujer más fea del mundo. Eran felices y comían perdices. Sin embargo, mientras el novelista encendía un cigarrillo, Ana se quejaba de que nunca la contratarían en ningún empleo por falta de presencia. Pedro, por su parte, jamás saldría a la calle por miedo a la reacción de la gente. El sindicato de personajes no tardaría en pedirle explicaciones, de modo que el escritor utilizó la cirugía estética en su propia persona.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

LAS RATAS













Aunque se sentía una rata, le dijo a su padre que aquellos chicos no lo dejaban en paz. «Eres el profesor, ¿recuerdas?», contestó.
 
FINALISTA en el Concurso Cuenta 140 de El Cultural.

lunes, 23 de octubre de 2023

NEOLOGISMOS

Para que el mundo no me amargue, invento palabras que uso en la intimidad de la imaginación. Me permito compartir algunas de ellas. Quién sabe si engrosarán un día el diccionario.


-SEPARARTISTA: bufón que nos entretiene con gracias carnavalescas y, a cambio, le pagamos de manera injusta con el ostracismo e, incluso, la cárcel.

 

-ECOILÓGICO: producto tan natural como el culito de un bebé, pero tres veces más caro que el homólogo del supermercado. Vivan los pesticidas.

 

-BURROCRACIA: conjunto de normas absurdas que minan la paciencia de un cartujo y sacan a relucir la parte salvaje del ser humano.

 

-PROTOLOCO: leyes de la etiqueta dictadas por algún perturbado mental que hacen bostezar a los hipopótamos en las ceremonias y actos sociales.

 

-INDOCENTE: quien se dedica a la enseñanza no reglada abriéndose la imaginación en lugares públicos.

 

-EMBESTIDURA: hacer el paripé de acudir al Congreso de los Diputados sin los votos suficientes para ser proclamado presidente del Gobierno.

 

-INCLUCHIVO: soberana gilipollez que consiste en desdoblar el lenguaje para ocupar más espacio en los libros de texto mientras las mujeres siguen sin ocupar el espacio que se merecen.


jueves, 12 de octubre de 2023

CALABAZA


















¿Hay algo más gótico que el otoño? En esa melancolía de días cada vez más cortos, de crujir de hojas secas bajo nuestros pies nos preguntamos por qué no puede ser siempre verano.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL ESPECIALISTA

















Casi dos años esperando la dichosa cita con el neurólogo. Entramos a consulta con más de una hora de retraso. La última paciente de la lista.

Curiosamente, atienden dos especialistas en lugar de uno. La mujer felicita a mi madre por unos ochenta y nueve años tan bien llevados, lo cual ignoro si es una forma de romper el hielo o peloteo para no llevar a cabo su trabajo. A continuación, me preguntan qué hacemos allí. Parece que no se han leído su historial ni por el forro. Les explico con infinita paciencia que tiene mala memoria. Contestan con un topicazo: eso se debe a la edad.

Para demostrar que se ganan el sueldo, le hacen las dos o tres preguntas de rigor. Las respuestas de mi madre los convencen de su independencia supervisada, de que socializa con amigas de la parroquia y de que, incluso, cose en los ratos libres. También preguntan si quiero añadir algo como en un juicio. Podría contarles que vive obsesionada con que su hermana ha venido de visita, pero mi tía no puede salir de su casa en Albatera: las piernas no le permiten bajar escalones. Podría continuar diciendo que no se va a dormir tranquila si no la visito, que me llama por teléfono para saber dónde estoy, que le repito las cosas cien veces. Sin embargo, callo y sonrío. A ellos qué más les da.

No todo ha sido una pérdida de tiempo. Aún debo dar gracias porque no padece alzhéimer, porque no necesita medicación y porque luego discutiremos con la familiaridad de casi cincuenta años juntos. Solo se oye a la especialista tecleando en el ordenador un informe sobre su estado de salud.

Recuerdo esa escena gloriosa de Patch Adams en la que Robin Williams se da cuenta de que el psiquiatra no le escucha. Entonces comienza a hablarle de sus pedos.


Publicado en la sección Cartas de los Lectores del diario Información (17/10/2023).

lunes, 18 de septiembre de 2023

EL PODER DE LA IMAGINACIÓN


—Daría cualquier cosa por volver a vivir una Feria de Albacete —dijo mientras su mujer recordaba con espanto que era catorce de septiembre: su aniversario de boda.

Obligados por las circunstancias, se les había olvidado por completo la señalada fecha. Improvisaron una cena en un restaurante que acababa de inaugurar.

Estaban completamente solos, pero no sintieron el desamparo que produce un lugar vacío. La camarera iba vestida de manchega. Cuchichearon cuando se hubo marchado. La carta ofrecía desde lomo de orza hasta queso frito pasando por los típicos cascos de patata.

En lugar de emocionarse, el hombre tuvo vértigo. Ella le convenció para que disfrutara. Como aquella vez que subieron al tapiz y él se mareó. Por no hablar de la vergüenza que pasó en la noria porque unos niños se reían de sus gritos.

Pidieron la cuenta y trajeron mojitos. El cocinero, de Pozo Lorente, salió a preguntar si les había gustado la cena. Al pisar la calle, la ciudad en ruinas los recibió con su silencio apocalíptico. Se pusieron las máscaras antigás antes de iniciar el regreso a ninguna parte.

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