martes, 20 de diciembre de 2011

ÓDIAME
















Como no podía ser de otro modo, me despido de todos y de todas ustedes con el último pelotazo de Enrique Bunbury. Espero que no me odien mucho por ello.
Feliz Navidad.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

LA MALDICIÓN DE POE


Para según qué cosas, la crisis no está mal. La otra tarde asistí, en primerísima fila, a una representación de títeres de terror. Como lo oyen. 

La compañía Teatro Corsario interpretó en el Aula CAM de Alicante La Maldición de Poe, sirviéndose de unas marionetas japonesas llamadas Bunraku. Esta clase de títere se caracteriza por poseer unas dimensiones casi humanas.

La primera escena sitúa a un joven Edgar Allan Poe jugando al escondite con su amada Annabel Lee entre las lápidas de un cementerio victoriano. Pronto aparece la madre de ésta para interrumpir sus no del todo inocentes pasatiempos.

Al joven Poe le persigue la mala suerte a lo largo de toda la obra, una fatalidad decididamente cómica. Un mono loco afeita a sus abuelos con un cuchillo, y la policía sospecha que el autor del crimen ha sido él. Entonces se refugia en casa de un borracho que, al intentar deshacerse de un gato negro, mata a su esposa. Mientras tanto, Anabel Lee muere de tuberculosis.

No es una pieza aterradora, pero sí oprimente, en la que destaca la casi mudez de los personajes. El lenguaje sobra. Las gigantescas marionetas son tan elocuentes que no necesitan de muchas explicaciones.

La muerte, que ha arrancado prematuramente la vida de Anabel Lee, acosa a Poe con sus cantos de sirena. No tarda en dejarse llevar, pero de fondo se oyen las risas de los enamorados.


martes, 6 de diciembre de 2011

MATERIAL INFLAMABLE


















No supe que estaba enamorado de ella hasta años más tarde, cuando esquivé su mirada. Pensé que ya no me acordaría de su vestido blanco ni de sus ojos añil, tan profundos que algunos perecimos en sus insondables aguas. Me ruboricé de tal modo que huí para que mis padres no me vieran, pero me obligaron a saludarla. La inolvidable seño ahora sonroja a mi hijo.


Incluido en la antología Cachitos de amor, publicada por Acen.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

LEGÍTIMA DEFENSA






















Me amenazó y torturó durante años, dejándome hecha un secuestro de mí misma. No sé cómo encontré el valor suficiente para clavarle aquel cuchillo mientras dormía la mona. Abro el periódico Información y leo que no fue legítima defensa. Es cierto, señor juez: fue puro pánico. El que usted nunca sentirá, a no ser que alguien le infrinja todo el dolor mental que pueda imaginarse. Imagine que oye unos pasos acercarse al lecho donde le castañetean los dientes, que un aliento fétido le produce náuseas, que una mano le viola hasta los más preciosos recuerdos. ¿Sabe qué le digo? Que usted y toda su burocracia se vayan a la mierda. ¿Que no puede replicar, que se siente indefenso? Deje, deje que me desahogue, pues la mordaza que usted lleva era antes la mía. Y con el atenuante de que recuperará pronto su libertad.

*Este texto ha quedado finalista en el I Concurso de Microrrelatos de INFORMACIÓN. Si os ha gustado, podéis votar por él. Suerte a todos/as los participantes.
**Publicado originalmente en el foro literario La Nieve el 26/11/2011 por deseo expreso del autor.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

NI JU NI JA













Otro año más os doy la vara con el teatro, pero esta vez os traigo una mirada que invita a pasar un rato de muerte.

Juja Teatre es una compañía valenciana formada por Juan Andrés González y Jano de Miguel. De ahí su nombre.

He tenido la suerte de verlos en Alicante en dos ocasiones. Una con el espectáculo Homo Ridens en el Teatro Arniches, y otra recientemente con Ni Ju ni Ja en Clan Cabaret.

Practican un teatro basado en sketches donde priman la imitación de personajes populares, la complicidad con el público y la crítica humorística. En pocas palabras: no podréis dejar de reír con sus recreaciones, tan cercanas al esperpento.

En su última obra, Ni Ju ni Ja, recogen algunos de los momentos más divertidos de una trayectoria que abarca doce años: una pareja de abuelos intenta liar un cigarrillo a pesar del temblor de manos, un sacerdote y su monaguillo Manolín nos enseñan aerobic católico…

Sin lugar a dudas, la gestualidad de Jano de Miguel (con una pose es capaz de descojonar al auditorio varios minutos) es la baza de este grupo de deliciosos gamberros. Muy trabajados en cuanto al aspecto técnico, no os podéis perder tampoco la parte musical de sus funciones, sobre todo cuando invitan a un par de chicas a compartir escenario y les cantan su particular oda al tampón.

Muy respetuosos con el público, al que logran divertir sin hacerle pasar vergüenza, Juja Teatre son unos cómicos como la copa de un pino formados en la Escuela de Arte Traumático de la vida.


lunes, 14 de noviembre de 2011

MARATÓN DE ESCRITORES

El 20 de febrero de 2011 se inauguró Netwriters, el Trasatlántico, como cariñosamente lo denomino, mediante una maratón de escritores de distinta procedencia, condición y estilo. Relato, poesía, novela, ensayo o simplemente pensamiento se dieron la mano en este acontecimiento que ya es Historia de la Literatura y de Internet.

Los responsables de esta cuerda locura, Enrique Gracia y Emilio Porta, publican ahora el libro que resume aquella jornada. Y yo lo he recibido en mi casa.

Como una Generación del 27 moderna, muchos de los que participamos en este libro no nos conocemos personalmente pero somos amigos. Esto es posible gracias a la tecnología que nos brinda Internet.

Alicia Uriarte, Emilio Porta, Mari Carmen Azkona o Maribel Romero son viejos camaradas gracias al Foro Literario La Nieve. Echo de menos la voz de Aster Navas.

J. D. Álvarez, mi editor, me llamó por teléfono un día para contarme que me había visto en el libro. También él anida. Y también aparecen nombres de la talla de Antonio Gala o Luis Eduardo Aute.

Este último afirma: «Y yo que creía que no había artistas». Aquí no hay grande ni pequeño. Sólo currantes de la palabra. Estoy convencido de que ésta es la primera de muchas publicaciones del Trasatlántico. Rumbo al futuro.

lunes, 7 de noviembre de 2011

FIEBRE


"El paraíso deviene en infierno y luego se queja, y sin que nadie se mueva ¿quién lo arregla?"
Héroes del Silencio

¿Qué le dice un cubito de hielo a otro? Me falta liquidez.

lunes, 31 de octubre de 2011

HALLOBLOGWEEN


BRUTAL DELICADEZA
Con treinta y siete años recién cumplidos, a mi novia le siguen saliendo unos granos horriblemente purulentos. Por eso, he tomado la iniciativa de abrirle los poros con un punzón. Está la mar de contenta.




*Fotograma de la película La máscara del demonio (Mario Bava, 1960).

martes, 25 de octubre de 2011

DE CHARLA


















Voy a presumir un poco: el otro día estuve tomando café con la escritora ilicitana Maribel Romero.

No voy a entrar en detalles sobre el encuentro; eso pertenece a nuestra esfera privada. Sin embargo, captó poderosamente mi interés una palabra que Maribel empleó y, pese a conocer la respuesta, no pude evitar la tentación de consultar para asegurarme: «¿Se dice “imprimido” o “impreso”?». Ella contestó con la amabilidad que la caracteriza: «Creo que es correcto de las dos formas».

No pocas veces, habréis oído a alguien que pretende dárselas de culto regañar a otro en estos términos: «¡“Imprimido” nooooooo; se dice “impreso”!».

Esto es un falso mito, una especie de perversión ortográfica. Como bien apunta Maribel, y ratifica la Real Academia Española, el participio de "imprimir" se puede hacer de las dos maneras: "imprimido" o "impreso". Va en gustos.

Personalmente, prefiero decir «he imprimido el cuento de Blancanieves». Me parece más natural.
No obstante, como le ocurre a Alicia, nunca sustituiría «una novela impresa por el mejor ebook del mundo».


martes, 11 de octubre de 2011

COLUMPIO ASESINO

















Recuerdo que Alfonso y yo navegábamos por la red cuando tropezamos con un concierto en Alicante de un grupo llamado El Columpio Asesino. «¡Vaya con el nombrecito!», pensamos en voz alta. Luego pinchamos en «Toro», el videoclip que ilustraba la noticia. De éste nos llamaron la atención dos cosas: el desenfado de las letras y lo pegadizo de la música. De hecho, nos dimos un atracón a reír con el fragmento «yo te pintaré un bigote / necesito un buen azote».
            
«Toro» es uno de los nueve cortes de Diamantes (Mushroom Pillow, 2011), el cuarto disco de los pamploneses El Columpio Asesino. Componen una música inclasificable que va desde el rock al punk, con un estilo muy personal donde mezclan la electrónica y los sintetizadores. No es de extrañar que la estética de «Toro» sea muy oscura y ochentera, inspirada en grupos como Depeche Mode, los padres del rock electrónico. Sus letras hablan de incomunicación y de alejarse de estereotipos.

Ahora no me puedo despegar de escucharlos. Eso por reírme. Alimentarán el gótico que lleváis dentro, con un toque de simpatía. Lo mejor de la escena musical independiente.


sábado, 1 de octubre de 2011

KAF CAFÉ

















Los pasados 22, 23 y 24 de septiembre presenté en Valencia tres novelas de la editorial Atlantis: El vínculo de Noah, de Francisco Puchades; El cazador de zombis, de Javier Guillén; y Asesinos invisibles, de Chelo Rodríguez. Los actos tuvieron lugar en el emblemático Kaf Café, un rincón bohemio que atesora en sus estanterías cientos de libros antiguos, recordándonos que la literatura y la gloria pocas veces fueron de la mano.

Mi mujer y yo llegamos a Valencia con el tiempo justo para la presentación de El vínculo de Noah. Charlé unos minutos con Francisco Puchades, que me confesó que por deferencia a la editorial madrileña había preparado su discurso en castellano. No podía saber que soy alicantino y que, por consiguiente, entiendo perfectamente el valenciano.

Sebastián, el dueño del Kaf Café, se acercó a saludarme. Su acento uruguayo es terrible, pero su mujer prepara unos bocadillos deliciosos. En todo momento nos hicieron sentir como si estuviéramos en casa.















También nos visitaron los compañeros de radio Godella. En principio, sólo iban a cubrir El vínculo de Noah, pero les comenté que las siguientes novelas también eran de género fantástico, de modo que acabaron grabando un monográfico para su programa de misterio La hora de Kayako (98.0 FM). Podéis escucharlo si pincháis el enlace.

Si El vínculo de Noah es una novela de vampiros y demonios que tiene su principal hallazgo en la posesión diabólica de la protagonista, El cazador de zombis es una parodia descacharrante de las novelas de muertos vivientes. Platiqué un rato con su autor, Javier Guillén, antes de que vinieran a llevárselo… sus familiares. Me lo devolvieron ocurrente, casi en estado de gracia. Parecía Eva Hache en El club de la comedia. Se metió al público en el bolsillo.

















Gracias a Javier Guillén, afronté la última presentación algo más relajado. La autora de Asesinos invisibles, Chelo Rodríguez, coincidió conmigo en que los escritores no solemos ser buenos comunicadores. Sin embargo, sus palabras tocaron la fibra de más de uno. Incluso desafió al público diciendo: «Quien no sienta algo al leer Asesinos invisibles es que tiene un problema».

Han sido días muy intensos, tanto que la vuelta a la rutina se me ha antojado insoportable. Me queda la satisfacción del trabajo bien hecho, el haber conocido a gente como Luis, de radio Godella, con quien compartí las horas muertas (nunca mejor dicho). Me quedan los ratos que pasé leyendo, aprendiendo, disfrutando. Espero que Noah jamás se libere del demonio de la literatura.

jueves, 15 de septiembre de 2011

PORTUGAL

















Cuando Alicia atravesó el espejo se sintió un poco como yo cuando crucé la frontera de Portugal. El portugués te entiende y tú le entiendes a él, y eso te hace sentirte como en casa, pero no debes olvidar que Portugal no es España. El portugués se toma su tiempo para realizar cualquier tarea, desde preparar un café a hacer el amor, algo que puede exasperar a más de un turista pero que debe dejar encantadas a las portuguesas.

La lluvia también se hizo de rogar y acompañó nuestra llegada a Fátima, donde se ubicaba el hotel, y nuestra visita a la ciudad de Coímbra. El frío determinó mis primeras compras: una chaqueta con forro polar y calcetines.

La Universidad de Coímbra es una de las más antiguas de Europa. Muchos jóvenes vienen de otras ciudades de Portugal e incluso del extranjero para estudiar en ella. No me extraña. Las diferentes facultades y las esculturas que las jalonan son colosales. Cruzo mis primeras palabras con la guía, que me sonríe mientras piensa en otra cosa. Los demás viajeros aún son desconocidos para nosotros, aunque no por mucho tiempo.

Un estudiante de Coímbra se deja fotografiar con el traje típico, del que brilla especialmente una señorial capa. Dicen que los que tienen novia exhiben un desgarrón en el centro de la capa. Si cortan con la muchacha, deben coser el desgarrón con el hilo del color de su facultad. Por lo visto, es más fácil conocer el expediente amoroso de un estudiante que el expediente académico. En esto no distan mucho de los universitarios españoles.

Tomo notas en el autobús que nos lleva de un sitio a otro, y cuando levanto la vista constato que hay mucha gente mayor. El conductor es un argentino que pilota bien, aunque se pierde por las rotondas y las mujeres. La guía sabe pararle los pies de forma discreta pero contundente.

En las playas de Nazaré aprovechamos un descanso para refugiarnos en una cafetería, donde los jóvenes y no tan jóvenes que formamos el grupo improvisamos una reunión de urgencia. Dos de ellos —aún no sé sus nombres— piden crepe con helado. Parece que quieran perderse el delicioso bacalao que el hotel sirve diariamente.

Nuestro hotel se llama Casa Victoria, y la mayoría opina que no es de recibo quejarse por la ganga que hemos pagado. Las habitaciones son limpias y muy confortables. El recepcionista funciona a pilas. La comida, como ya he dicho, no es demasiado variada. Eso sí, todos los días hay vino en la mesa.

Y es que nos encontramos en Fátima: lugar de oración y peregrinaje. Aquí no paran los ricos. Oigo los cánticos y las campanas desde mi habitación, mientras leo El País como si fuera un tesoro. Los hermanos Gasol han conseguido una victoria más de España en baloncesto.

A partir de ahora se suceden las jornadas maratonianas. Todo se mezcla en mi cabeza. En Lisboa, la capital del fado, deseo bajarme del autobús y escapar en uno de esos tranvías que en Portugal llaman «eléctrico». Mi mujer sorprende mi ataque de melancolía y se burla cariñosamente.

Casi nos arrastran a punta de pistola a probar los pasteles de Belém, el barrio histórico de Lisboa. La duna en la que se asienta preservó la mayoría de sus edificios del terremoto de 1755.

Los lisboetas son un poco envidiosos. El Puente 25 de Abril imita al Golden Gate de San Francisco. Existe un Cristo similar al de Río de Janeiro en lo alto de una de las siete colinas que rodean Lisboa, como si ambos países, Brasil y Portugal, se dieran la mano.

Visitamos el monasterio de los Jerónimos, donde los sarcófagos del navegante Vasco de Gama y del poeta Luís de Camões descansan sobre leones. Camões escribió en 1572 Os Lusíadas (Los hijos de Luso), una epopeya en la que narra la historia de Portugal. Vasco de Gama descubrió una ruta de las especias hasta Asia. Ambos aparecen en el Monumento de los Descubridores, uno de los símbolos más famosos de Portugal.

Comemos en el restaurante «La Valenciana» bacalao desmenuzado con patatas al horno, mientras desfilan unas sospechas bandejas de pollo que algún listillo se ha pedido alegando misteriosas alergias.

Por la tarde, paseamos por la Boca do Inferno, unos acantilados la mar de sugerentes para un película de terror. De haber sabido de su existencia, Hitchcock habría rodado aquí «Vértigo».

Nos dan el día libre. Unos lo aprovechan para dormir, otros para visitar las cercanas cuevas de Amoneda. Algunos empezamos a trabar cierta amistad. Vidal, albañil de vocación, y un servidor nos proponemos la difícil tarea de encontrar un bar en Fátima. Porque hay que decir que los de aquí viven por y para la venta de objetos religiosos.

Esa noche, disfrutamos de unas horas de distensión en el recóndito pub «Jazmín». Además del citado Vidal, nos acompañan Juan y las Almudenas, Sergio y Crisbel (una joven pareja tinerfeña) y María Bueno.

Oporto, la segunda ciudad en importancia de Portugal, me cautiva más que Lisboa. No sé, puede que sea el carácter de su gente, más abierta y alegre de lo que suele ser común en tierras lusas. Quizás sea la imponente belleza del río Duero, nacido en Soria, surcado por unas embarcaciones típicas llamadas rabelos.

Visitamos la Catedral de Oporto, una mezcla de estilos. Su oscuridad interior se la debe al románico, su extraordinario rosetón al gótico y el recargado estilo decorativo en pan de oro al barroco. Toda una delicia para los sentidos.

Me pierdo en la librería Lello, que tal vez no les diga nada, pues se la conoce más como la librería de Harry Potter. Dicen que J. K. Rowling se inspiró en ella para la creación de su famoso personaje.

Nos relajamos en «El Majestic», la cafetería más antigua de Oporto. Un café cuesta dos euros, pero merece la pena realizar este viaje en el tiempo hasta 1921, la fecha de su fundación.

De camino al monasterio de Alcobaça, la guía nos relata la trágica historia de amor del rey don Pedro y doña Inés de Castro. Doña Inés era la dama de compañía de doña Constanza, futura esposa de don Pedro. El padre de don Pedro se entera de los amores de éste con doña Inés y la manda asesinar. Tiempo después, cuando don Pedro sucede a su padre en la corona, ordena exhumar el cadáver de su amada. Entonces toda la corte es obligada a desfilar y besar la mano cadavérica de doña Inés, para proclamar así que es la auténtica reina.

Con esta truculenta historia, admiro si cabe más los sepulcros de don Pedro y doña Inés, situados en la iglesia del monasterio. Sergio capta con su cámara las figuras talladas en piedra de dos hombres dándose un pico en una de las tumbas. Me sugieren que el amor no entiende de fronteras.

Al día siguiente, nos levantamos a las cinco y media de la mañana. Nunca había madrugado tanto. Duermo hasta la frontera de Portugal, suscitando la razonable envidia de Vidal. La noche anterior nos acostamos tarde, bebiendo y charlando en nuestro querido pub «Jazmín».

Los estómagos no están para muchos trotes, así que improvisamos un picnic en el césped de un restaurante de Extremadura. A partir de ahora comienzan las inevitables despedidas, que intento distraer con la música del mp3. Llevo «Diamantes», el último LP de El Columpio Asesino.

De entre todos los diamantes de Portugal, una imagen se resiste a desaparecer. En el trenecito de Fátima cantando la canción de Los Mosqueperros…

Eran uno, dos y tres... Demasiado olor a cirios.

martes, 30 de agosto de 2011

HASTA LA VISTA
















No sé si vosotros, pero a mí esta mujer, Teresa Salgueiro, me tiene hechizado. Esto viene a cuento porque en unas horas me marcho a Portugal, y tengo ya la cabeza en otra parte. Allí pienso hacer de todo menos leer, escribir o dar clase. Espero enderezar algunas tuercas que tengo flojas. El resto ya os lo contaré cuando vuelva. Hasta la vista.

martes, 16 de agosto de 2011

CUESTIÓN DE GUSTOS

Claudia era una atractiva doctora de treinta y ocho. Aunque éramos vegetarianos, basábamos nuestra relación en la carne.
Devorándonos una tarde en su apartamento, le pregunté por qué era tan reacia a la práctica del sexo anal.
—Tómate esta pastilla y ven a mi consulta mañana temprano —dijo de forma enigmática.
—¿Qué es? —pregunté receloso.
—Tranquilo, es absolutamente inofensiva.
—¿Estás loca? —la increpé a la mañana siguiente—. Me duele el alma. ¿Por qué me das una lavativa?
Fue taxativa:
—¿A que jode?

martes, 2 de agosto de 2011

LA MADRE

Mi peluquero habitual perdió a su madre de la noche a la mañana, así que mientras me cortaba el pelo le sugerí:
—Si quieres te presto a la mía.
A lo que contestó:
—Déjalo, no te molestes.
—No es molestia —insistí—, seguro que a ella le encantará la idea. El otro día me dijo que era como si no tuviera hijo. Son las cosas de pertenecer a un grupo naturista.

martes, 26 de julio de 2011

MENOS ES MÁS















Hace tiempo que me pregunto por qué la gente se lleva a la playa Los pilares de la tierra, de Ken Follett, y no los microrrelatos de Aster Navas. Les diré lo que creo: en verano, cuanto más larga y enrevesada la trama de una novela, mejor. El objetivo: no pensar.

Los microrrelatos incluidos en Cuentos para leer en el ascensor (issuu, 2011) son, ni más ni menos, una encerrona para el que los lee. Te obligan a sentir, a dejarte la piel en cada palabra, a hacer un esfuerzo intelectual y emotivo. Incluso cómplice.

Nadie es capaz de quedarse indiferente ante estas cápsulas de vida, que dejan el sabor duradero de una buena taza de café.

Siguiendo la estela marcada por su anterior libro, Cuentos para esperar en los semáforos (Repélaga, 2009), Aster Navas nos invita en «Pura cortesía» a ser testigos de cómo una frase hecha se convierte en realidad, al más puro estilo Cortázar.

Además de reflexionar sobre el lenguaje y cómo nos afecta, el autor también aborda temas universales: el paso del tiempo, la muerte digna, la soledad, el amor, el absurdo de la existencia. De vez en cuando, se permite una pincelada de humor para recordarnos que aún queda «Misericordia» en el mundo, y que si no nos reímos un poco de nosotros mismos estamos perdidos.

No conozco a ningún escritor tan minimalista ni a nadie que diga tanto en tan poco espacio. Lo que otros explican en cien páginas, Aster Navas lo cuenta en una sola línea. Pero esa única línea puede convertirse en un best-seller.

lunes, 18 de julio de 2011

TESORO
















En la casa de empeño, saqué ocho piedrecitas del bolsillo y se las entregué al tipejo con cara de mafioso.
—Estará de broma, ¿no?
—Ahí fuera dice máxima tasación.
—Esto no vale una mierda.
En el parque infantil, se las di a un ángel con instrucciones precisas para que descalabrara a Alfonso, mi hijo, a quien previamente se las había robado. No volví a verlas.



miércoles, 6 de julio de 2011

TRÁGICO CONEJO



El pasado 30 de junio presenté en el Ateneo Científico y Literario de Alicante la novela Trágico conejo (Atlantis, 2011), del jovencísimo Lex B.

Durante la charla previa que mantuve con el escritor en una cafetería próxima al Ateneo, pudimos compartir impresiones sobre la novela y sobre la literatura en general. Allí me dijo algo en lo que estoy plenamente de acuerdo: no hay que dejar nunca de aprender. Y en este oficio, menos.

Media hora antes de la presentación, decidimos dejarnos caer por el Ateneo para la primera toma de contacto. Allí aguardaban al autor su familia y amigos. Lo dejé solo.

Lex y yo coincidimos de nuevo en la mesa de conferencias, donde nos recibió un tímido aperitivo consistente en un par de botellines de agua y unos vasos de plástico. El público nos miraba fijamente como si alguien lo hubiera sometido a un ritual vudú. El aire acondicionado brillaba por su ausencia.

Hice una breve introducción: «Dylan Graves ha viajado a Sunday Flowers a dejar un bonito cadáver, pero “el jodido del León de Narnia” decapita a una bailarina sobre el escenario del Magnolia, un local de jazz. Es el comienzo de una pesadilla que le persigue sin descanso». Lex, con una envidiable facilidad de palabra, desgranó uno por uno los pormenores de su novela. Por si hubiera alguna duda, aclaró que el personaje crápula de Dylan no es autobiográfico, pero matizó que le gustaría poseer alguna de sus virtudes. Entre ellas, la valentía.

Tras la firma de libros, llegó la hora de la despedida. Lex B es un escritor con una larga carrera por delante. Debe pulir bastante su estilo, pero sin perder un gramo de autenticidad. Si de algo me siento orgulloso es de haber obtenido el agradecimiento de su tribu dos veces. Hasta siempre, Dylan.


sábado, 25 de junio de 2011

LA PETICIÓN

















     Cuando aquella adolescente sentada en una portería le pidió un cigarrillo con la desgana propia de una edad en la que debería comerse el mundo, el tipo canoso no se lo pensó dos veces.
     Le dijo que no fumaba, pero que esperara un momento. Fue corriendo al estanco que había justo enfrente y compró un paquete de cigarrillos. Luego volvió, sudoroso y jadeante, al portal donde ayer se besaban unos novios y le ofreció uno.
     Ella le dijo que no, gracias, que ya había fumado.
     Él le dijo que no tenía nada que temer, que lo hacía porque también había sido adolescente y sabía lo que era aquello: lo de querer y no poder.
     Ella le dijo, dura y cortante, que no pensaba hacerle una mamadita, pero que le aceptaba el cigarrillo.
     Él le dijo que no quería mamaditas ni nada por el estilo, pero que no le vendría mal un poco de gratitud: que le saludara al verle pasar, que intercambiaran una sonrisa de vez en cuando; que, al coger confianza, se interesara por su salud últimamente algo deteriorada, por su familia aunque ya no la tuviera...
     Él, a cambio, le compraría cigarrillos.
     Ella le dijo, algo sorprendida por lo que le estaba pidiendo, que el cariño no se compra con cigarrillos, pero que intentaría acordarse de él cuando lo viera de nuevo.
     Él le dijo que con eso le bastaba y se fue.
     Ella corrió tras él para devolverle el paquete de cigarrillos. El tipo canoso, que una vez fue un crápula, no se volvió para que no le viera llorar y le dijo que se lo quedara.
     Ella regresó lentamente al portal de siempre, se sentó, sacó otro cigarrillo y se lo fumó pensando en aquel tipo canoso que podría ser su padre, ausente desde hacía años, pero no lo era. Estaba segura de ello.
     A pesar de recordarle borrosamente, estaba segura de una cosa: su padre jamás le habría dejado que fumara.


Netwriters publica uno de mis primeros relatos.
         
El mirador
Atlantis, 2009

lunes, 20 de junio de 2011

ME TIRO A LA HOGUERA

Mari Carmen Azcona me ha revelado el verdadero sentido de tirarse a la Hoguera, y se lo agradezco. Pero dejo que os lo explique ese maravilloso gamberro llamado Berto Romero.
Feliz solsticio de verano.




miércoles, 15 de junio de 2011

SABER VIVIR

Odio especialmente el conocido programa de televisión Saber Vivir, porque nos da las pautas para llevar un vida sana, pero no se ocupa en absoluto de lo que nos hace felices.

Nos satisface comernos una hamburguesa, porque es dañino para nuestra salud. Nos colma preocuparnos por los demás, porque lo normal es que todo el mundo vaya a su rollo. Nos sacia, en definitiva, saltarnos las normas y dejarnos llevar por la imaginación.

Sea en la vida real o a través de la escritura, Daniel de Vicente nos emplaza en Escribir para Vivir (Atlantis, 2011) a suplir las carencias de la realidad con grandes dosis de imaginación. En este sentido, sus relatos están más vivos que la propia vida, que parece un pálido reflejo a su lado.

Cuando me enfrento a un autor consagrado, suele ocurrir que me gusta lo que cuenta, pero no cómo lo cuenta. Parece que se ha tragado un diccionario. Sin marear la perdiz con juegos de palabras rocambolescos, Daniel de Vicente nos atrapa con sus relatos cargados de vida, donde se alían sencillez y naturalidad para llegar directamente al corazón.

He devorado literalmente cada una de las quince historias, deseando acabar una para empezar a leer la siguiente. Escritas por el autor en torno a los dieciséis o diecisiete años, no son las pajas mentales de un adolescente purulento, sino más bien los cimientos que conforman su personalidad. En ellas está presente el alma de un incorregible fisgón, de un periodista nato, pero también el humor y la ternura. Ejemplo de ello es el relato «Morir para nacer», una hoja de ruta para navegar sin fatalismos por la existencia: «… los genios son aquellos que saben adaptarse a la vida que les ha tocado vivir y son felices con lo que son y lo que tienen».

No todos los jóvenes se debaten entre el botellón y los porros. Algunos escriben, y lo hacen desde la convicción de que la vida, cuando se escribe, se vive dos veces.

miércoles, 8 de junio de 2011

DESIERTO

Ayer una importante librería alicantina fallaba un premio de relato corto en el que un servidor había invertido tiempo e ilusiones. El premio fue declarado desierto por falta de calidad literaria.

Lo primero que uno piensa es que se quieren embolsar el premio para el siguiente certamen, porque no me creo que las inminentes hogueras hayan anulado el talento que existe entre los escritores noveles. Si esta librería quiere calidad, por favor que especifique en sus bases que sólo pueden concurrir al premio cuentistas profesionales. Otra cosa es que no sepan leer.

Lo segundo que uno deduce es que escribir, corregir y encerrar un cuento en su sobre correspondiente (porque este premio aún no usa el correo electrónico) es una tarea estúpida, estéril, sin sentido. Y se supone que concursos como éste se crean para incentivar la creatividad literaria.

En nombre de todos los colegas que mandamos cuentos a concursos, mejor o peor escritos, más o menos originales, está muy feo dejarnos en la estacada. Queda mejor, de cara a la galería, decir que las ventas de libros han caído y que el premio de este año es un sugus.

miércoles, 1 de junio de 2011

PASTA DE DIENTES


















Si no accedo al ritual de los dientes, mi hija se tapa los oídos porque dice que oye a las bacterias picar las muelas.

martes, 24 de mayo de 2011

FIEBRE























Una noche de copas, alguien me dijo que Pantaleón y las visitadoras (Seix Barral, 1973), de Mario Vargas Llosa, narraba la peripecia de un grupo de putas que son contratadas por el ejército peruano.

Ese alguien no me avisó, sin embargo, de que las aventuras del capitán Pantaleón Pantoja iban a ser tan divertidas y a la vez tan humanas. De hecho, aún no he decidido si es un «pelotudo angelical o un cínico de la gran flauta».

Requerido por sus superiores, el capitán Pantaleón es informado de que viajará a Perú, concretamente a Iquitos, en plena selva del Amazonas, para hacerse cargo de una peligrosa misión. Se trata de crear, en el más estricto secreto, un servicio de prostitutas para evitar que los soldados sigan pasándose por la piedra a todo lo que lleva faldas.

La inicial repugnancia de Pantaleón hacia el mundo de la noche y las mujeres de vida alegre, se transforma, a través de un estricto sentido del deber, en una inspección meticulosa de cada una de las chicas que conforman su burdel ambulante, bautizado como Servicio de Visitadoras. Incluso termina enamorándose de una, apodada La Brasileña, que pone en fuga a la mujer y la hija recién nacida del militar.

Muy originales resultan las formas que adopta la narrativa de Vargas Llosa en esta ficción. Cartas, diálogos cruzados, partes informativos del ejército, memorias radiofónicas, crónicas periodísticas. Sin embargo, detesto las largas acotaciones con que el Premio Nobel tortura a sus desprevenidos lectores.

Un mar de ideas sugieren las páginas de esta descacharrante novela, pero una sobresale por encima de las demás: que el oficio más viejo del mundo es tan digno como cualquier otro. A quien no le pique, que tire la primera piedra.

miércoles, 11 de mayo de 2011

ASCENSORES

Aster Navas, escritor y compañero del foro literario La Nieve, publica Cuentos para leer en el ascensor, una antología de microrrelatos que seguro dará qué leer. Y además lo hace en formato digital, porque la literatura está cambiando.

Según Luis Eduardo Aute, si un hombre y una mujer quedasen atrapados en un ascensor durante horas, se enrollarían inevitablemente. No creo que este libro atajase sus instintos, pero, al menos, mermaría su culpabilidad tras el incómodo polvo. A falta de tabaco...

Ya sabes, Aster, el siguiente Cuentos para leer después de… Si te atreves.


miércoles, 4 de mayo de 2011

GENER@CIÓN DEL XXI

Para mí es un privilegio que el escritor Sergio G. Ros me haya incluido en su Generación del XXI, junto a compañeros de más talento que yo, y que lo haya hecho sin mordida de ningún tipo.

En mi opinión, si algo caracteriza a esta nueva hornada de escritores es su humanidad. Son personas de carne y hueso. Atrás queda el literato que mira por encima del hombro, el dios en su pedestal, el intelectual vacuo.

Si queréis conocer mis gateos en el mundo de la literatura, podéis pinchar el logotipo de la Generación del XXI, en el margen derecho.

He procurado estar irreconocible en la foto: por si a la fama le da por buscarme.

domingo, 1 de mayo de 2011

SÁBATO

"...en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida".






miércoles, 13 de abril de 2011

ENTRE MACONDO Y SIN CITY

Quizás la vida es un cúmulo de coincidencias. Escribo estas líneas en el mes de marzo, fecha en la que presenté mi primer libro de cuentos, para presentar Fantasmas de Kesington (Neverland, 2011), la nueva novela de J. D. Álvarez, mi editor en aquella aventura.
Mi primera impresión al leer la novela es que me hallo entre la mejor tradición literaria y una modernidad que conecta con los jóvenes lectores. Entre Macondo y la estética de Sin City, película dirigida por Robert Rodríguez en 2005 a partir de un cómic de Frank Miller.
Como en un juego de muñecas rusas, J. D. Álvarez se inspira en el infeliz Peter Llewelyn Davies, uno de los niños que inspiraron al escritor J. M. Barrie el mítico personaje de Peter Pan, tan famoso que hasta el «Rey del Pop» fantaseaba que era el duendecillo verde.
En 1960, harto del acoso popular, Peter Llewelyn Davies se arrojó al metro de Londres. La prensa, con macabra ironía, dijo que Peter Pan se había suicidado. El personaje de la novela, en cambio, de un corte de mangas finge su muerte y se retira a una tranquila aldea escocesa, El Pajarillo Blanco.
No tardará en verse envuelto en una serie de fenómenos inexplicables que asolan la aldea y sus alrededores. El ataque de los cuervos, por ejemplo, combina la malignidad de Hitchcock y el encanto del realismo mágico. Este género literario, cuyo máximo exponente es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, consiste en mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano. De hecho, en El Pajarillo Blanco nadie se pregunta por el comportamiento homicida de las aves y, tras enterrar a los fallecidos, el pueblo vuelve a la normalidad.
El realismo mágico se convierte en un realismo tosco y duro, propio de las películas de gánsters, en otra de las escenas claves de la novela, aquella en la que el Jefe de Policía arranca un ojo a Marcus Crow, el herrero. Si hasta ahora J. D. Álvarez prefería las imágenes poéticas, a partir de este momento opta por un lenguaje más visual procedente del mundo del cómic, rozando la chulería vengativa propia de los matones de Sin City: «Cazaré a esos puñeteros caimanes, si es que verdaderamente existen, y demostraré mi inocencia. Pero luego liquidaré tanto a Dunbar como al Jefe de Policía. Los aplastaré y después me comeré su carne y roeré sus huesos».
Sensibilidad y carnaza, amor y un cierto aire de melancolía conviven en esta novela dantesca, ilustrada, por cierto, con un gusto exquisito.
Si un sudor frío le recorre la sien, si tras la lectura el agobio no le deja conciliar el sueño, si el desconcierto se hace dueño de usted, no dude, lector, que la pesadilla no ha hecho más que comenzar.



FELIZ SEMANA SANTA A TODOS/AS.
DULCES PESADILLAS.

miércoles, 6 de abril de 2011

ÉL

Si lo piensas fríamente, el zombi más famoso del mundo era un alienígena.
Su forma de cantar y bailar no eran de este mundo. Paulatinamente, su rostro fue mudando del café al tofe, y de éste a la nieve solitaria. La vida de una estrella del rock puede serlo, y mucho. Se escribieron tantas historias sobre él que casi nadie le conoció de verdad, lo que le emocionaba, lo que le entristecía, lo que le mató. Muchos especularon sobre su posible adicción a la infancia. Otros pensamos que aquello que perdió fue lo que nunca le robaron.
Hace poco, entre partituras, encontraron una prueba de ADN. Según los científicos, le faltaba un cromosoma para ser humano: la normalidad.

miércoles, 30 de marzo de 2011

AMIGOS PARA SIEMPRE

¿Os acordáis de "Luna"? La presenté al I Premio de Microrrelatos Temáticos Hipálage, por si sonaba la flauta, y ya forma parte de la antología Amigos para siempre, que se publica en el mes de abril.
Va por ella.


A mí nunca me han gustado los perros. Me cuesta un mundo acariciarlos; quizá sea la falta de costumbre. No soy el único. Me consta que hay muchos que las pasan caninas. Incluso peor. Creo que en las escuelas se debería educar esa parte animal que todos llevamos dentro.
De todos los chuchos que he tenido el disgusto de encontrar en mi vida, Luna era el más astuto. Jamás me pidió una caricia. Yo no era su dueño; sólo pasaba por allí de vez en cuando. Creo que fue esa resignación lo que acabó derribando los muros infranqueables de mi antipatía.
La otra madrugada dejó de latir su corazón. Le explotó en el pecho. Lo tenía demasiado grande. Tanto que jamás me pidió nada. Bueno, sí, algo de desayunar por llevarme la contraria.

miércoles, 23 de marzo de 2011

EL EXTRATERRESTRE DE LAS LETRAS

El mundo literario está habitado por escritores de todos los pelajes. Es una fauna donde, en ocasiones, abunda el don de la palabra hueca, cuando no directamente la diarrea verbal. También campa a sus anchas el deprimido que te regala una cuchilla de afeitar en cada línea o el inteligente que te obliga a consultar el diccionario como un niño de primaria.

Quien busque en Albert Espinosa, guionista y director de cine, elaboradas metáforas se va a llevar un chasco. Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo (Grijalbo, 2010) es una novela que trata de emocionar al lector desde la primera página hasta un final inesperado.

En un futuro inquietante, donde la ciencia ha creado una droga para dejar de dormir, Marcos, alter ego del autor, no acepta la muerte de su madre. Esto le lleva a comprar el chute que le mantendrá en una eterna vigilia. Sin embargo, varios personajes se cruzan en su camino: una chica de la que se enamora, un jefe que necesita urgentemente de su habilidad, un misterioso extranjero que no es lo que aparenta.

Lo original de Espinosa no es la historia que relata, sino las disgresiones de Marcos, que adornan el hilo narrativo con recuerdos de una madre artista y ráfagas de su peculiar manera de ver el mundo.

Tampoco es ni pretende ser un Camilo José Cela, pese a lo cual nos sorprende con frases memorables. Sobre el sexo dice: “Quizás el mundo iría mejor si contásemos nuestros sueños eróticos a los que han sido protagonistas de ellos”. Sobre la infancia apunta: “Es como toneladas de tristeza mezclada con kilogramos de felicidad”. Sobre las madres afirma: “Ahora tenía claro por qué me sentía así: no se había ido la persona que más había querido, se había ido la persona que más me ha querido”.

La principal virtud de Espinosa es que transmite como ningún escritor la magia de una mirada o una caricia, mientras parte de la literatura actual se empeña en vivir entre caballos como Gulliver.

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿QUIÉN COÑO ES LADY GAGA?

Mi lugar preferido de lectura es el cuarto de baño. Allí me parto con los artículos de Quim Monzó o me siento más próximo a la gente con los de Lucía Etxeberría o Ángeles Caso. Colecciono suplementos.

El de esta semana casi me corta algo más que la respiración. Lady Gaga, esa mezcla entre Madonna y Marilyn Manson, era portada de la revista. Su apellido me recuerda una canción de Queen, un poema dadá y una de esas bagatelas que con el paso de los años se revaloriza a falta de algo mejor.

Uno se pregunta inevitablemente si esta cantante es tan famosa como para dedicarle un reportaje de cuatro páginas. A la pobre Ana Torroja, esa chica del Hoy no me puedo levantar, le concedieron una página el otro día. Claro, está ya cascadita. Si es que la vida en pareja y la maternidad son un asco. Lo que vende es la carne fresca, no la piel arrugada.

Dicen al final del artículo que Lady Gaga ha venido para quedarse. Pues habrá que irse.

miércoles, 9 de marzo de 2011

COCA-COLA























Antes de comenzar el taller de jabones, le advertí que sólo disponía de algo de dinero para tomar un refresco mientras él se divertía, de modo que no era posible montar luego en el castillo hinchable.
Nunca tomé aquel refresco, pues el bar anexo al taller estaba abarrotado de padres bebiendo coca-colas.
Al llegar a casa, Alfonso alabó misteriosamente las cualidades del castillo hinchable y, en un momento dado, me preguntó con cara de circunstancias cuánto valía una coca-cola. Lo detuve camino de su hucha. Pensaba pagarme el supuesto sacrificio de haber estado sediento toda la tarde. Lo saqué de su error e insistió en darme el euro que me había gastado.
No fue fácil convencerlo de que no me debía nada. Bueno, quizás otra tarde juntos.


miércoles, 2 de marzo de 2011

NETWRITERS

Hace pocos días, concretamente el 20 de febrero, algunos escritores botaban el trasatlántico Netwriters, una zona de encuentro para amantes de la palabra en todo el mundo. Y fíjense que no digo escritores, sino amantes de la palabra, pues una buena amiga me expresó sus dudas de si le estaría permitido participar en tan selecto club. Quede claro, por tanto, que las puertas de Netwriters están abiertas a cualquier persona interesada por la cultura, sea escritor profesional o novel, poeta famoso o maldito, editor loco o cuerdo.

Uno de los fundadores de Netwriters, Emilio Porta, me pedía permiso hará un mes para colgar un texto mío en la maratón literaria que inauguraría el trasatlántico. Acepté encantado su invitación, aconsejándole que escogiera algo que me representara. Con gran sorpresa por mi parte, descubrí El mosquito junto a relatos de Soledad Puértolas o Maribel Romero. Me siento chico entre tanto gigante, pero es un honor poder decir: I was there.

miércoles, 23 de febrero de 2011

EL ARCANO SIN NOMBRE

















¿Recuerdan al enigmático doctor Schreck? Es el tarotista que predice la suerte a cinco pasajeros de un vagón de tren en la película Doctor Terror (1965). Felisa Moreno Ortega consigue en Trece cuentos inquietantes (Hipálage, 2010) una atmósfera de curiosidad y opresión similar a la que sienten las víctimas del inolvidable Peter Cushing, que resulta ser el ángel de la muerte divirtiéndose un poco antes de llevárselas.

Afortunadamente, una aguda sensibilidad social impulsa a Felisa Moreno a utilizar la muerte como mecanismo de reflexión más que como puro medio de entretenimiento.

Ya en “El sueño dorado” la autora nos presenta a una mujer que se resiste al paso del tiempo. Obsesionada con recuperar la juventud, ofende a la empleada que le va a aplicar el tratamiento de belleza. Un error que puede costarle caro. El final conmociona tanto como leer por primera vez a Edgar Allan Poe.

Otro rasgo de la ficción de Felisa Moreno es que el miedo, la inquietud, la zozobra proceden de hechos absolutamente cotidianos: “Cuando mi cuerpo despierte seré escritor; no inventaré nada, contaré historias de personas anónimas”. Evocando los negros ojos de Lady Ligeia, en el relato “La piel de la serpiente” asistimos a la paralizante resurrección de una persona sin el consentimiento de otra.

Si la muerte puede ser asfixiante, no lo es menos la soledad y la incomunicación de la vida en pareja. Ejemplo de ello es “Tiempo detenido”, que además nos deleita con la presencia excepcional de un objeto fantástico. Se trata de un reloj que sirve para detener el tiempo, aunque no funciona si no ponemos un poco de empeño por nuestra parte.

En el aspecto técnico, la escritora se sirve de frases cortas y precisas como un bisturí, creando un estilo muy descriptivo. Quizá echo de menos una mayor presencia del punto en lugar de tanta coma. No obstante, espero que Felisa Moreno se mantenga en sus trece. Necesitamos literatura sin trampa ni cartón que no nos deje indiferentes, sino que nos transforme.

miércoles, 16 de febrero de 2011

ELLA

Hace dos semanas que mi hija empezó la guardería.
—¿Qué tal? ¿Cómo se va adaptando el angelito? —pregunta una amiga por la calle.
—No lo llevo mal, gracias.
—Me refiero a la niña.
—Más bien los virus se están adaptando a ella.
El primer día me sentí como un pájaro herido y enjaulado, pero el segundo día… Ah, el segundo día. No crean, no hice nada de particular. Pero, igualmente, fue una experiencia memorable.

miércoles, 9 de febrero de 2011

KIKO VENENO EN ALICANTE

Hoy en día no es raro encontrarse híbridos como el flamenco chill out de Chambao o el flamenco tecno-pop de Camela. Sin embargo, el mutante jefe es Kiko Veneno, un músico nacido en Girona pero sevillano de adopción, que sirve un cóctel de flamenco, rumba catalana y rock.

El ambiente en el aula de cultura de la CAM era también una amalgama entre universitarios y cincuentones. A mi lado, un padre y su hija.

La banda se lanzó al ruedo, y al principio no supe si me encontraba ante Benedicto XVI o mi suegra, que es albina. Luciendo envidiable figura sin un gramo de grasa, entre el pelo, la camisa y el pantalón blanco no admitía duda: era Kiko, el Papa de la música blanca.

La primera canción no podía ser más acorde con la climatología: “Coge la guitarra cariño mío, coge la guitarra que hace mucho frío”. Luego siguieron los ritmos africanos de su último disco: “Dice la gente”. Esta coplilla, por cierto, la dedicó a los fumadores. Uno de los detalles más curiosos del concierto fue la tardanza de Kiko en arrancarse, al más puro estilo flamenco. De hecho, la banda solía tocar un buen rato hasta que él se decidía.

La noche se estaba caldeando, y Kiko preguntó al público cómo se encontraba de la voz. Aquello fue la chispa que acabó de prender en un Alicante algo tímido al principio. Llegaron, como no podía ser de otro modo, canciones como “Respeto” (del disco “Está muy bien eso del cariño”) o “Lobo López”, que parece compuesta para un servidor.

Con “Veneno” hacía rato que el público estaba levantado y los más osados bailaban en el pasillo central. El padre me lanzaba codazos en las costillas mientras se divertía con su hija.

No hay mejor forma de comenzar el año que compartiendo las ráfagas de alegría de este músico inigualable: “Tú me estás queriendo a mí un quince por ciento menos, no me lo niegues”.

miércoles, 2 de febrero de 2011

SIN HUMOS

El camarero me habló al oído, pese a que la música no estaba demasiado alta.
—Disculpe, está prohibido en lugares públicos. Le ruego que se desfogue en la terraza o en la calle.
—Pero, oiga, ¿me está tomando el pelo? ¿Cree que es fácil tomarse un cubata sin encender un cigarrillo? —pregunté colorado.
—Créame que le entiendo, pero son las normas. Además, un anciano se ha quejado de sus humos.
—¿Quién?
—Se marchó echando pestes de usted.

miércoles, 26 de enero de 2011

PONGA UN CHARLI EN SU VIDA























Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.

Esto es lo que debió de plantearse Maribel Romero Soler antes de escribir Charli y los cinco peligros (Edimáter, 2010). Porque construir una novela infantil con las cualidades de una videoconsola (armas, peligros, pantallas…) no es sólo una genialidad, es hablar el mismo idioma que los chavales del siglo XXI.

Narrada desde el punto de vista de un niño de nueve años, la autora recrea el mundo de la infancia mediante un lenguaje ágil y sencillo, hasta el punto de que se permite gastar algunas bromas que hacen muy amena la lectura: «Les di pan con chocolate y les encantó, aunque también comieron queso, salchichón y patatas fritas. ¡Les gusta todo! Seguro que mi madre, en alguna ocasión, querría que yo fuera paloma».

En esencia, todos somos un poco Charli. Somos como Indiana Jones en busca del Arca perdida. Nos enfrentamos a peligros reales o imaginados, el más terrible de los cuales es la declaración de la renta. Sin embargo, en el camino aprendemos que el mayor tesoro es el amor por la lectura, el respeto por los animales y la naturaleza, el cariño por la familia. Sin olvidar, por supuesto, que debemos confiar en nuestras armas.

Quizás no convenzan estos sutiles tesoros a un niño. Por eso, Maribel Romero anuncia ya una segunda parte de Charli. Será porque nos ha dejado con la miel en los labios.

miércoles, 19 de enero de 2011

LO QUE FUE Y LO QUE SERÁ

Si 2009 fue el año de la locura de publicar el primer libro, 2010 ha sido el año de disfrutar escribiendo sin que nada ni nadie me moleste. Un auténtico lujo.

De todas formas, no he estado solo en este oficio de gusano. Gracias al blog he compartido éxitos y fracasos con otros escritores. Emilio Porta, Aster Navas, Maribel Romero, Mari Carmen Azcona y Alicia han sido el motor de muchos artículos, reseñas o microrrelatos.

El 2010 ha sido el año de presentarme a concursos literarios como un bellaco. Fui finalista de un concurso erótico con el microrrelato “Romanticismo”, que se puede leer en el libro 100 Microrrelatos erótico-románticos. También tuve el placer de colaborar en el número 11 de la revista digital Tirano Banderas, que publicó mi relato “Alevosía” en el anuario de la misma.

Recuerdo con especial cariño mi visita a la ONCE de Alicante y la tertulia que se organizó en la biblioteca de Liuva. Son reuniones que me dieron tablas en el difícil mundo de la oralidad.

El 2011 es el año en el que terminaré mi nuevo libro de cuentos, en mi línea irónica, pero con un mayor desarrollo de las tramas.

Navegando por internet, me encontré un día nada más y nada menos que con el escritor argentino Ernesto Sábato, autor de la novela El túnel. Como dice mi amigo José Ángel Ordiz, merece la pena escribir sólo por la gente que conoces.


miércoles, 12 de enero de 2011

EL FUEGO FATUO DEL PITILLO

Esther Planelles Arráez, una escritora con mucho talento
y asidua tertuliana de la biblioteca de Liuva, publica este microrrelato en el periódico 20 minutos (10-01-2011).


En todo el orbe no existía soberano más sabio y justo que el gran Rey Fuego; sus edictos eran acatados, y sus deseos, complacidos. Nada ni nadie osaba contradecirle, nadie ni nada detendría jamás el elegante gesto de su real mano.

Una tarde, durante el transcurso de una degustación de café, un ascua ingenua se atrevió a chisporrotear ante los morros del ardiente Rey; ¡semejante ultraje era imperdonable! La condena, irrevocable: ¡extinción bajo las aguas pestilentes! La rea de muerte fue conducida, sin demora, al pantano Pestilente y ejecutada tras la última exhalación crepuscular.
Dos regios días pasaron sin luto ni disgusto, pero la tercera noche del tercer día, el soberbio soberano recibió la desagradable visita del espectro del pantano. El muy bellaco flameaba sobre el Trono de Volutas embistiendo y chamuscando a su noble alteza; en un arrebato de furia, el Rey Fuego alzó su real cetro y atravesó al infame demonio.
De todos es sabido que no se pueden cazar moscas a pedradas, ni apagar fuegos fatuos a garrotazos –por muy reales que sean–; el espectro, pues, descargó su ira sobre los súbditos del Rey lanzándoles una plaga de pestilencia pulmonar. Y como sin vasallos no hay reino, el rey fatuo quedó consumido por la venganza de un fuego fatuo mancillado.

miércoles, 5 de enero de 2011

BAKUGAN


















—Será un Bakugan —ha dicho un amigo, también separado.
—No, no, te juro que ha pedido para Reyes una Bakugan, y puntualiza: del género hembra.
La dependienta de la juguetería, a la que conozco desde hace años, se ha reído de la ocurrencia de mi hijo. Luego, sin apartar la vista de mí, ha comentado como el que no quiere la cosa:
—Mi hija ha pedido exactamente lo mismo, pero a la inversa.



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