El pasado 30 de junio presenté en el Ateneo Científico y Literario de Alicante la novela Trágico conejo (Atlantis, 2011), del jovencísimo Lex B.
Durante la charla previa que mantuve con el escritor en una cafetería próxima al Ateneo, pudimos compartir impresiones sobre la novela y sobre la literatura en general. Allí me dijo algo en lo que estoy plenamente de acuerdo: no hay que dejar nunca de aprender. Y en este oficio, menos.
Media hora antes de la presentación, decidimos dejarnos caer por el Ateneo para la primera toma de contacto. Allí aguardaban al autor su familia y amigos. Lo dejé solo.
Lex y yo coincidimos de nuevo en la mesa de conferencias, donde nos recibió un tímido aperitivo consistente en un par de botellines de agua y unos vasos de plástico. El público nos miraba fijamente como si alguien lo hubiera sometido a un ritual vudú. El aire acondicionado brillaba por su ausencia.
Hice una breve introducción: «Dylan Graves ha viajado a Sunday Flowers a dejar un bonito cadáver, pero “el jodido del León de Narnia” decapita a una bailarina sobre el escenario del Magnolia, un local de jazz. Es el comienzo de una pesadilla que le persigue sin descanso». Lex, con una envidiable facilidad de palabra, desgranó uno por uno los pormenores de su novela. Por si hubiera alguna duda, aclaró que el personaje crápula de Dylan no es autobiográfico, pero matizó que le gustaría poseer alguna de sus virtudes. Entre ellas, la valentía.
Tras la firma de libros, llegó la hora de la despedida. Lex B es un escritor con una larga carrera por delante. Debe pulir bastante su estilo, pero sin perder un gramo de autenticidad. Si de algo me siento orgulloso es de haber obtenido el agradecimiento de su tribu dos veces. Hasta siempre, Dylan.
Tomo nota, primo. La breve introducción promete cosas interesantes.
ResponderEliminarUn saludo.
Si te gusta el gore y el sexo, ésta es tu novela. Es como entrar en un país en el que todo está permitido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quería decir "gustan". Que soy escritor, coño.
ResponderEliminarMe hubiese gustado verte en tu faceta de presentador. Otra vez será.
ResponderEliminarSuerte para Lex B. y su Trágico Conejo. Y como dice este jovencísimo escritor, sigamos aprendiendo.
Un abrazo.
Jose Antonio, está bien lo de empujar a un compañero en ese camino de la Literatura que a veces se vuelve tan pedregoso. Yo creo que le puedes trasladar a Lex B. que, a mi paracer, sí posée la cualidad de la valentía del personaje protagonista de su libro. De veras, cada vez estoy más segura que tomar el sendero de las letras es de seres muy valientes y comprometidos.
ResponderEliminarLa música elegida de Nina Simone ambienta muy bien ese local de jazz en el que se desarrolla ese capítulo gore de la novela. De todas formas casi que me quedaría con los apartados de sexo. Seguiré dando vueltas a qué especie de conejo, de las más de 46 que existen, se refiere el título de la novela...
Jose, enhorabuena por haber tenido la oportunidad de haber saboreado una nueva experiencia. A Lex B. le deseo un fructifero futuro literario.
Un abrazo a ambos.
A la especie de los trágicos, Alicia, jeje (Lex B., perdona la broma).
ResponderEliminarA mí también me intrigó el título. Mucha suerte.
Abrazos.
Hola Maribel,
ResponderEliminarAunque soy un tipo al que no le gusta nada la vida social, estoy seguro de que habrá más oportunidades. Cuando me crezca el pelo.
Un abrazo.
Hola Alicia,
ResponderEliminarYo creo más bien que tomar el camino de la literatura es cosa de masoquistas, y Maribel podrá corroborarlo. Y no lo digo por los gustos sexuales, sino más bien por lo difícil que es que a uno le tengan en cuenta.
Por cierto, la canción aparece mencionada en la novela. Lex me lo puso a huevo.
Un abrazo.
“...no hay que dejar nunca de aprender. Y en este oficio, menos.”
ResponderEliminarCoincido contigo Jose en la importancia de esta frase, dice mucho de Lex B. a la que yo añadiría que este oficio y en cualquier ámbito en el que nos movamos. El ser humano, a mi modo de ver, debe ser un aprendiz de todo y un maestro en nada, estar en constante reciclaje y aprendizaje...Es la manera de crecer como individuo y como escritor, no podemos separar ninguna de las dos naturalezas, ¿verdad?
Me ha gustado la crónica y le deseo mucha suerte a Lex. Me admira que siendo tan joven ya tenga una novela en el mercado.
Un beso a los dos.
¡Genial la crónica!
ResponderEliminarMe lo pasé genial, tu introducción fue épica.
¡Muchas gracias por todo!
Espero que recuerdes con cariño a Dylan.
Vaya, que buenos comentarios me encuentro por aquí. =)
Un saludo, compañero.
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarEl ser humano nutre al escritor y viceversa. No se puede entender al uno sin el otro.
Cuando alguien escribe bien y además transmite algo por lo que merece la pena levantarse todos los días, entonces te sientes mucho más cerca de él o ella de lo que estuviste de cualquier persona.
Un abrazo.
Hola Lex,
ResponderEliminarGracias por valorar mi trabajo, aunque he de matizar que quien se metió a la gente en el bolsillo fuiste tú.
En cualquier caso, lo que Dylan ha unido que no lo separe el tiempo.
Un abrazo.