lunes, 18 de julio de 2011

TESORO
















En la casa de empeño, saqué ocho piedrecitas del bolsillo y se las entregué al tipejo con cara de mafioso.
—Estará de broma, ¿no?
—Ahí fuera dice máxima tasación.
—Esto no vale una mierda.
En el parque infantil, se las di a un ángel con instrucciones precisas para que descalabrara a Alfonso, mi hijo, a quien previamente se las había robado. No volví a verlas.



10 comentarios:

  1. Ya lo creo, Jose, lo malo es cuando cogen un puñado de piedras y solo ven piedras. Señal de que han crecido (aunque siempre les queda algo del niño que fueron).
    El de la casa de empeños por lo visto nunca fue niño. Me he reído con la escena.
    Yo también felicito a Bunbury, no sabía lo de su paternidad.

    Un abrazo.

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  2. Jose, eres único como guionista.
    Bueno, pues te diré que en una balda del cuarto de mi pequeño-hoy ha cumplido 21-hay una piedra que le debió parecer un tesoro. Tiene forma de corazón. No pienso robársela para llevarla a la casa de empeños, para mí también lo es. Con otra, que tiene rastro de chapapote del Prestige que llegó hasta nuestra costa, si que habría que haber dado a alguien un coscorrón por una mala gestión. Y no era tan pequeño cuando las cogió, así que tu vete preparando baldas por si acaso.

    Supe lo de la niña de Bunbury y me llamó especialmente la atención el nombre que le pusieron, Asia.

    Un abrazo.

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  3. Jose, ¿qué te voy a decir yo que recojo arena y piedras de los lugares a los que voy? Pues que te entiendo perfectamente, que el valor de las cosa la pone la percepción de cada persona. Yo veo vida, Historia, esencia... en cada grano de arena, en cada roca.

    Lo siento por el prestamista que vive envuelto en la racionalidad absoluta, sin dejar un recodo a la magia, a los sueños.

    Me ha gustado la entrada, que nadie te quite tu tesoooooooooro.

    Besos y un fuerte abrazo.

    Pd. Casi me olvido, felicidades a Bumbury

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  4. Afortunadamente, Maribel, siempre nos queda algo del niño que fuimos. Ser absolutamente maduros es un verdadero coñazo.

    Un abrazo.

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  5. Es que hay piedras fascinantes, Alicia, y otras algo más feas. A mi hijo, de momento, le gustan todas. Así que voy preparando las estanterías.
    En cuanto a la hija de Bunbury, lo sorprendente habría sido que se llamara Obdulia o Paca.

    Un abrazo.

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  6. Yo soy muy fetichista, Mari Carmen. Conservo las entradas de cine, por ejemplo. También me cuesta un mundo tirar la ropa.
    Pero lo que más me cuesta es mantener la seriedad. Es que no lo consigo.

    Un abrazo.

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  7. Jose, es que no se si te has dado cuenta que ahora Bunbury está en deuda con los otros cuatro continente,ja,ja,ja. Si además contamos el modelo de que la Antartida también lo sea, serían cinco.

    Por otro lado como la niña saque el caracter complejo de su padre, su espíritu bohemio y viajero y además sea amiga de la experimentación y pretenda ser "Licenciada en cantinas", creo que Bunbury se va a acordar del padre que la engendró.

    Un abrazo.

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  8. En cuanto Asia vaya al colegio veremos si ha heredado el carácter de su padre, al que profesores y compañeros apodaron "el contra". Por dócil no sería.

    Un abrazo.

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  9. De lo cual me alegro, y no cambies nunca.

    Besos y abrazos

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  10. Ya me gustaría, Mari Carmen, ser la mitad de rebelde que Bunbury. Más bien soy inasequible.

    Un abrazo.

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