miércoles, 1 de julio de 2015

RELAX
















Hay gente que se relaja resolviendo crucigramas. Otra acude al cine a ver la séptima parte de Terminator. Los más sibaritas exploran los orificios de la nariz como si fuera una tierra virgen. Y, por supuesto, están los legionarios de la playa, que cifran su placer en un consumo bulímico de literatura bajo la sombrilla de turno.

Nadie parece librarse del relax en verano, concebido como un no parar de hacer cosas para evitar la sensación de perder el tiempo.

En mi opinión, el auténtico descanso consiste en aburrirse como una ostra, en no hacer nada de particular. Que me dejen encontrarme conmigo mismo, entablar un diálogo con, en palabras de Eloy Tizón, «ese alguien interior con el que tenemos nuestras más lúcidas conversaciones solitarias —le damos la razón, se la quitamos— y moriremos sin verlo».

Este blog hace un paréntesis estival. Entretanto, un servidor viajará unos días a Bilbao para cumplir con el ritual de las vacaciones y probar alguna tapa que otra. Espero que Mari Carmen Azcona y Alicia Uriarte me guíen. Hasta la vista, mirones.



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