Hubo una vez un mosquito que se posó en la cola de un confesionario. Nunca lo había hecho. Necesitaba desahogarse de una vida de lujuria y desenfreno, de una vida de vampirismo.
Cuando le llegó su turno al insecto, el cura saludó en el modo habitual:
—Ave María Purísima.
—Sin pecado concebida.
—Cuéntame lo que quieras, hijo. Ya sabes de la compasión infinita del Señor por todas sus criaturas.
—Padre —dijo el mosquito con voz afligida—, confieso que he picado…
Mención especial en el II Concurso de Microrrelato Bibliotecas de San Javier.
En la noche cálida y sofocante, tengo incontenibles ganas de atraparte para decirte todo lo que siento. Tu recuerdo me tiene angustiada.
ResponderEliminarViniste... y con la misma te fuiste. Todo sucedió aquella noche y en esta misma cama.
Con fricción, te acercaste. Sin mostrar pudor alguno, te pegaste a mi desnudo cuerpo.
Percibiendo mi indiferencia, te acercaste más y más...
Mordisqueaste todo mi cuerpo... Sin escrúpulos... Por fin me dormí…
Hoy, cuando desperté, te busqué, desesperadamente. Pero fue en vano. Ya no estabas a mi lado.
En mis sábanas, había muestras de lo sucedido la noche anterior.
En mi cuerpo, dejaste huellas profundas, que estarán mucho tiempo presentes en mí. Esta noche me acostaré temprano y te esperaré.
Cuando llegues... no quiero imaginar lo que va a suceder... Me abalanzaré sobre ti con la fiereza de una loba y la rapidez de una cobra. Y ya no te irás.
Ya no podrás escapar de mí. Te apretujaré hasta sentir la sangre de tu cuerpo. Sólo así podré descansar:
Espero que vengas confesado ¡ Puñetero mosquito!
Jose Antonio espero que se trate del mismo mosquito.
Un abrazo
Arrepentidos los quiere Dios... Es simpático el mosquito, aunque pique el muy puñetero, jeje.
ResponderEliminarAlicia, tu mosquito es mucho más peligroso, demasiado sensual para estas cálidas noches de preverano.
Abrazos.
Hola Alicia,
ResponderEliminarTu mosquito es más sensual que el mío, pero igualmente repelente. Un gran microrrelato el tuyo para un concurso, ¿no crees? A no ser que... el jurado tenga cerebro de mosquito.
Un abrazo.
Hola Maribel,
ResponderEliminarCon este micro concursé en el Premio Revista Eñe la semana pasada, pero no hubo suerte. No les convenció mi mosquito. La verdad es que habían micros muy buenos. Ahora bien, intuyo que al jurado le tira mucho el lenguaje poético, porque todos los micros ganadores son bastante surrealistas. En cambio, hay finalistas geniales.
Un abrazo.
José Antonio, yo también probé suerte sin suerte. Hoy mismo he mandado otro micro para intentarlo por última vez en esta última semana de concurso pero sé que es difícil, hay mucho y bueno.
ResponderEliminarY si no se quedaron con tu mosquito ellos se lo pierden, que es un santo el bichejo.
Gracias Jose Antonio. De momento si te parece que se quede aquí ¡Y no creas que es como penitencia! Creo que tienes un buen marco para la foto del mosquito de mi relato.
ResponderEliminarPara concurso habría que retocarle, quitar algo, por ejemplo las sabanas y corregir alguna palabra como apretujaré. Tendría que mirar si existe la palabra fiereza. Todo se andará.
Felices sueños a ambos.
Hola Maribel,
ResponderEliminarYo también probaré con otro micro a lo largo de la semana. Es cómodo esto de los concursos por email. Otra cosa es ganar.
Un abrazo.
Hola Alicia,
ResponderEliminarPor mí encantado que dejes el micro aquí. Así tu mosquito acompañará al mío. De la misma forma que a mi periquita ha habido que buscarle un periquito.
Un abrazo.
Joder, el microrrelato no me ha llevado mucho más allá, aunque le reconozco una gracia intrínseca muy inteligente, pero honestamente me he descojonado más con tu último comentario, el de la periquita. Si es que me imagino sus grandes ojos de viciosa mientras revolotea ansiosa en la jaula y no puedo... ¡No puedo!
ResponderEliminarHola Álvaro,
ResponderEliminarEn serio, no me imagino una tesis doctoral sobre el micro, pero, al menos, me sirve para demostrar que la naturaleza de los mosquitos y la humana es muy parecida. Todos hemos nacido para picar. En cuanto a la periquita, está que explota de alegría. Yo no sé si sobrevivirá ese macho...
Un abrazo.
Tengo que volver a meterme porque de periquitos va el tema (lo siento). Yo tengo pareja de periquitos desde hace un año y estábamos a la espera de que naciera la descendencia en estos días pero la muy zorra ha roto los huevos uno tras otro, con la mala suerte de que dos de ellos estaban fecundados y tenían crías. Fue muy triste ver a ese polluelo en estado embrionario (le faltaban un par de días o tres) que intentaba sobrevivir y no poder hacer nada por salvarlo. El otro directamente murió en el huevo porque la amiga dejó de incubarlo. Todo un mundo el de los periquitos.
ResponderEliminarBona nit.
Maribel ¡Como te comprendo! El mundo de los canarios también es muy complejo. Nosotros heredamos, habéis léido bien, heredamos un canario. Os aseguro que cuando se trata de heredar mascotas no suele haber ningún problema con los otros herederos. Retomando. Mi hijo Javier, fue una mañana de domingo al mercado de la Plaza Nueva de Bilbao y apareció en casa con una preciosa canaria, que le había costado 20 €, con el argumento de que "el sexo es bueno para todos". Sexo han tenido pero tras poner tres huevos, no sabemos quién de los dos, los han roto y dos de ellos estaban fecundados.Una pena ya que habiamos buscado ya padres de adopción para cuando lias crias hubiesen crecido. Y en tiempos de crisis, aun regalándolas, os aviso que no había sido misión fácil. Ahora parece que estan recostruyendo el nido de nuevo. Os seguiré informando.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Maribel,
ResponderEliminarAlgo he oído acerca de eso: las crías no llegan a ver la luz del sol. Por ello y por pereza, estamos alargando su idilio y no les ponemos nido. Como sabéis, si no hay nido la hembra no permite al macho... Qué raras sois las tías, ¿no?
Un abrazo.
Hola Alicia,
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu hijo en parte. El sexo es bueno para todos, pero es que canarios, periquitos, pajarracos en general... no quieren responsabilidades.
Somos tan parecidos.
Un abrazo.
Hubo una vez un mosquito que se puso en la cola de un confesionario. Nunca lo había hecho. Necesitaba desahogarse de una vida de lujuria y desenfreno. De una vida de vampirismo.
ResponderEliminarCuando le llegó su turno al insecto, el cura saludó en el modo habitual:
—Ave María Purísima.
—Sin pecado concebida.
—Cuéntame lo que quieras, hijo. Ya sabes de la compasión infinita del Señor por todas sus criaturas.
—Padre —dijo el mosquito con voz afligida—. Confieso que he picado…
Dios mío...tu relato ha conseguido meterse de tal modo en mi circulación interior que me aflora, me aflora...y sale a la luz cuando, incluso quiero poner un comentario...Es tan bueno, Jose Antonio, tan bueno...
Y también es magnífico el de Alicia...es increible la coincidencia. Que se os haya ocurrido, a la vez, el mismo tema, aunque con elementos diferentes, claro. Así que, Alicia, extiendo, como hice en La Nieve, también mi felicitación a tu relato...al que no creo que haya que cambiar nada para el concurso...está perfecto. Es apasionante...pasión mosquiteril.
ResponderEliminarEsto por escribir yo también algo de mosquitos...así tendríamos..."Los tres Mosquiteros", je, je.
Hola Emilio,
ResponderEliminarQué bueno tenerte por aquí.
Me alegro de que te guste; yo también siento debilidad por este micro, aunque no haya sido premiado en el concurso al que haces referencia.
En cuanto a Alicia, creo que su micro puede dar el campanazo.
Un abrazo y cuídate de las noches de insomnio.
Emilio, no fue casualidad. Fue causalidad. El micro de Jose Antonio fue la causa de que yo hiciese el mío. Así es como entiendo lo de acompañarnos en el camino. Leer, proponer, sugerir... y sobre todo ayudarnos a crear disfrutando de la Literatura.
ResponderEliminarBesos
Eso quiere decir, Alicia, que yo te piqué; de la misma forma que Maribel me había picado antes.
ResponderEliminarSi nos viera Rodriguez de la Fuente... taran taran tarantan taran taran taran.
Un abrazo.
José Antonio, has conseguido que sienta lastima por un ser, al que desprecio, que necesita desahogarse y busca el perdón...Y mira que no entiendo que induce a los mosquitos a picar a unas personas más que a otras. Yo suelo ser de las que más picotazos se lleva. En mi bolso la barrita de Azarón se ha hecho amiga inseparable del paquete de clinex.
ResponderEliminarA pesar de lo dicho y ante su arrepentimiento...Por mi parte, le perdono.
Enhorabuena, me gusta tu mosquito.
Os leo y...me :-)
ResponderEliminarHola Mari Carmen,
ResponderEliminarA mí también me da lástima. Es duro ser uno de los seres más odiados de la creación. En el fondo, todos necesitamos un hombro donde llorar.
Un abrazo.