Para según qué cosas, la crisis no
está mal. La otra tarde asistí, en primerísima fila, a una representación de
títeres de terror. Como lo oyen.
La
compañía Teatro Corsario interpretó
en el Aula CAM de Alicante La Maldición
de Poe, sirviéndose de unas marionetas japonesas llamadas Bunraku. Esta clase de títere se
caracteriza por poseer unas dimensiones casi humanas.
La
primera escena sitúa a un joven Edgar Allan Poe jugando al escondite con su
amada Annabel Lee entre las lápidas de un cementerio victoriano. Pronto aparece
la madre de ésta para interrumpir sus no del todo inocentes pasatiempos.
Al
joven Poe le persigue la mala suerte a lo largo de toda la obra, una fatalidad
decididamente cómica. Un mono loco afeita a sus abuelos con un cuchillo, y la
policía sospecha que el autor del crimen ha sido él. Entonces se refugia en casa
de un borracho que, al intentar deshacerse de un gato negro, mata a su esposa.
Mientras tanto, Anabel Lee muere de tuberculosis.
No
es una pieza aterradora, pero sí oprimente, en la que destaca la casi mudez de
los personajes. El lenguaje sobra. Las gigantescas marionetas son tan elocuentes
que no necesitan de muchas explicaciones.
La
muerte, que ha arrancado prematuramente la vida de Anabel Lee, acosa a Poe con
sus cantos de sirena. No tarda en dejarse llevar, pero de fondo se oyen las
risas de los enamorados.
Jose, empiezo por la música. Me gusta mucho más la versión de Bunbury de esta canción que la que has insertado de Radio Futura. Por otro lado, qué acierto de combinación entre la música y la obra escénica interpretada por los títeres.
ResponderEliminarUn mono loco que afeita a la gente con un cuchillo. Un borracho hechizado por un gato. Una galería de personajes en situaciones de pesadilla. Y entre todos ellos, el pequeño Edgar, que va de terror en terror, perseguido por la ley y la mala suerte, culpable por amar a Annabel Lee...Tiene todos los ingredientes del genero negro. Me da la impresión de que, aún siendo los protagonistas de cartón piedra, la obra fue para estremecerse un poquito. Ya nos dirás.
Un abrazo.
Pues te diré, Alicia, que a mí también me gusta más la versión de Bunbury, pero el vídeo de Radio Futura tiene una atmósfera romántica sobrecogedora: la soledad, la noche, los cementerios, el amor juvenil truncado...
ResponderEliminarLa obra de títeres hizo que me sintiera como en casa, pues quién no ha leído a Poe, quién no se estremece ante terrores tan humanos como los que describe en sus cuentos.
Un abrazo.
Interesante, Jose, tiene que imponer bastante ver a esos títeres a tamaño casi humano.
ResponderEliminarPor cierto, a mí esta versión de Radio Futura me encanta.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Pues tenemos los mismos gustos musicales, Maribel. Este vídeo solía salir en el mítico programa "La bola de cristal", que junto con "El planeta imaginario" marcaron mi infancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo sin embargo, y por empezar también con la música, prefiero la versión de Auserón y sus secuaces sin querer desmerecer, ni mucho menos, la versión Bunburyana.
ResponderEliminarEste tema me evoca inevitablemente La Bola de Cristal y esos sábados por la mañana que tampoco están tan lejos, pero que lo parace, ¡vaya si lo parece!.
En lo tocante a la representación, debió ser cojonuda. Los niños quedarían atrapados enseguida, tanto por lo tragicómico de la trama como por la impresionante puesta en escena.
Hacer arte por y para los niños tiene que ser una experiencia maravillosa: ver sus carillas, sus ojos quietos, embelesados en la función es impagable. Realmente gratificante.
Un saludo, primo. ¡Ah!, queda pendiente ese cubatilla. Me apetece un montón.
Bueno, esta función era para mayores de 12 años, y además fui solo. Nunca está de más tener de vez en cuando experiencias propias que compartir con uno mismo, ¿no crees?
ResponderEliminarEl cubata cuando quieras, preferiblemente un viernes o sábado por la noche.
Un abrazo.