Hoy en día no es raro encontrarse híbridos como el flamenco chill out de Chambao o el flamenco tecno-pop de Camela. Sin embargo, el mutante jefe es Kiko Veneno, un músico nacido en Girona pero sevillano de adopción, que sirve un cóctel de flamenco, rumba catalana y rock.
El ambiente en el aula de cultura de la CAM era también una amalgama entre universitarios y cincuentones. A mi lado, un padre y su hija.
La banda se lanzó al ruedo, y al principio no supe si me encontraba ante Benedicto XVI o mi suegra, que es albina. Luciendo envidiable figura sin un gramo de grasa, entre el pelo, la camisa y el pantalón blanco no admitía duda: era Kiko, el Papa de la música blanca.
La primera canción no podía ser más acorde con la climatología: “Coge la guitarra cariño mío, coge la guitarra que hace mucho frío”. Luego siguieron los ritmos africanos de su último disco: “Dice la gente”. Esta coplilla, por cierto, la dedicó a los fumadores. Uno de los detalles más curiosos del concierto fue la tardanza de Kiko en arrancarse, al más puro estilo flamenco. De hecho, la banda solía tocar un buen rato hasta que él se decidía.
La noche se estaba caldeando, y Kiko preguntó al público cómo se encontraba de la voz. Aquello fue la chispa que acabó de prender en un Alicante algo tímido al principio. Llegaron, como no podía ser de otro modo, canciones como “Respeto” (del disco “Está muy bien eso del cariño”) o “Lobo López”, que parece compuesta para un servidor.
Con “Veneno” hacía rato que el público estaba levantado y los más osados bailaban en el pasillo central. El padre me lanzaba codazos en las costillas mientras se divertía con su hija.
No hay mejor forma de comenzar el año que compartiendo las ráfagas de alegría de este músico inigualable: “Tú me estás queriendo a mí un quince por ciento menos, no me lo niegues”.
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Jajajaja, ¿Benedicto XVI o tu suegra?
ResponderEliminarNo me cabe duda de que el concierto de Kiko estuvo fenomenal pero lo que a mí me gustan son tus crónicas.
Un abrazo, Lobo López.
Para completar tu excelente crónica he visitado la página web oficial del cantante.
ResponderEliminarSinceramente no le había seguido. Esas mezclas de estilos no suenan nada mal.
Un abrazo, Hermano Lobo.
Lo cierto Jose, es que no soy seguidora de Kiko Veneno. Kiko es como una luz intermitente en mi vida, aparece y desaparece desde...Madre mía cómo pasa el tiempo, desde “La bola de cristal” Con Alaska, Santiago Auserón, los Electroduendes y la Bruja avería. Qué tiempos...No hace tanto, no te creas ja, ja, ja
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu crónica. Me hubiera gustado sentir los codazos del padre junto a su hija. No es fácil ver estampas como esa. Yo sólo lo he visto en los conciertos del Mago de Oz. Los únicos que he compartido con mi hijo, y no porque no quisiera yo...
Besos y abrazos.
Gracias, Maribel, lo mejor de escribir crónicas es vivirlas y compartirlas con un público tan fiel.
ResponderEliminarUn abrazo lobuno.
Fíjate que Kiko es lo opuesto a Bunbury. Brillo, luz, alegría, sencillez y humildad frente a oscuridad, barroquismo, prepotencia.
ResponderEliminarSeguro que no se pueden ni ver.
Un abrazo.
Bua, Kiko Veneno en la Bola de Cristal estaba que se salía. ¿Lo recuerdas vestido de Frankenstein cantando "Me siento tan feliz porque ella se ha enamorado de mí..."?
ResponderEliminarEn cuanto a lo de los codazos, me temo que he echado un poquito de sal para que no quede tan soso.
Un abrazo.