El guarda enfocó con su linterna al visitante rezagado. «El museo cierra en diez minutos», dijo temeroso de haber visto un humano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
En 2016, Juan Perro publicó El viaje . Se trata de un álbum minimalista grabado con el único acompañamiento de su guitarra acústica. Siguien...
-
Cuento chistes malos ante la estupefacción de amigos y familia. No lo puedo evitar. Son tan malos que me río yo solo. Aprovecho para desearo...
-
No sé si os ha pasado alguna vez que un alumno te cae mal sin razón aparente. Como en la vida misma, la química no siempre existe. Son los M...
Paradójico.
ResponderEliminarQueda demostrado que las linternas siempre iluminan lo imposible con sus haces de luz. ¡Cuántas veces no habremos jugado de niños con su magia!
Un abrazo.
Imposible es una palabra que no existe en el vocabulario de un escritor.
EliminarUn abrazo.