
No sé si vosotros, pero a mí esta mujer, Teresa Salgueiro, me tiene hechizado. Esto viene a cuento porque en unas horas me marcho a Portugal, y tengo ya la cabeza en otra parte. Allí pienso hacer de todo menos leer, escribir o dar clase. Espero enderezar algunas tuercas que tengo flojas. El resto ya os lo contaré cuando vuelva. Hasta la vista.