No hay nada como un cuento de terror a la luz de una buena fogata. Así comienza el filme La niebla (John Carpenter, 1980). Un viejo marinero relata a unos niños la historia de un barco que se estrella contra las rocas y se hunde con toda su tripulación. La leyenda dice que, cuando la niebla regrese, los muertos buscarán la hoguera que les hizo encontrar tan trágico destino.
Admito que no tengo el don de escribir
un buen cuento de miedo. Sin embargo, Charo Cortés posee esa mirada, llamémosla
retorcida, que consigue provocar una inquietud creciente en el lector. Lo
demuestra en También hay caballos blancos
(Chiado, 2014), su primer libro.
Su aproximación al género que
inmortalizara Poe se produce desde el prisma de lo cotidiano. Su lema consiste
en que el verdadero horror se halla entre nosotros. En este sentido, no esperen
vampiros, fantasmas ni hombres lobo. Un pueblo, una clase de spinning, una
cárcel o una balsa a la deriva son algunos de los escenarios donde arrancan sus
historias. En algún momento de la narración, la autora desliza lo insólito como
una mano etérea que te roza el pelo. Cuando miramos por encima del hombro, la
trama ya nos ha enganchado irremisiblemente. Lo imposible se vuelve posible con
la naturalidad de un mago sacando un conejo de la chistera. Dejas la realidad a
un lado y te sumerges en la fantasía. Quizá el ejemplo más paradigmático sea «Rosa»,
donde nos convence de que un hombre se puede enamorar de una vaca hasta el
punto de olvidarse de todo lo demás, incluida su novia. Hay muchos otros, como «Lo
que mejor sé hacer», la historia más erótica que he leído jamás. Ya nunca podré
pensar en un masaje tántrico con inocencia.
El secreto mejor guardado de los
cuentos de Charo Cortés son los finales. Algunos cortan la respiración, como el
de «Luna llena», donde los animales herbívoros se rebelan contra los grandes
depredadores. Otros sirven una venganza en plato frío para todos los gusanos «con
gusanitos entre las piernas».
Sería difícil no alabar estos
relatos por su brevedad, la diversión que proporcionan, su estilo sencillo de
frases cortas donde abunda la conjunción copulativa. Pero es mi deber avisar a
la autora de una ejecución algo descuidada, para que evite en el futuro las rimas
en el lenguaje y puntúe con mayor precisión.
La inquietud no es el único sentimiento que generan los relatos de Charo Cortés. En «El bebé», que cierra el volumen, el personaje nos llena de escalofriante ternura al confesar: «Eres la primera persona a la que le cuento esto». Les voy a confesar también algo: por un instante he llegado a creer que También hay caballos blancos.
Muchísimas gracias por tu reseña José Antonio, sin duda es la mejor que han hecho de mi libro, no sólo por las bonitas palabras que dices, sino por cómo las dices. Me alegro de que te hayan gustado mis cuentos .Por supuesto también tomo nota de tu aviso.
ResponderEliminarUn abrazo!
Descubrí tus cuentos en el último Halloblogween. Tu ilusión y tus ganas de escribir me han enseñado mucho.
EliminarUn abrazo.
Bueno, yo también he leído el libro y estoy de acuerdo con el comentario. Los giros sorprendentes y los finales inesperados no te dejan indiferente. Muy recomendable
ResponderEliminarNauthiz
A mí me ha desarmado, Nauthiz, la sencillez de los finales, lo cual los hace muy efectivos.
EliminarGracias por comentar.
Un saludo.
Felicidades a Charo y a ti por la reseña. Este libro pinta muy bien. Le deseo suerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo más terrorífico de estos cuentos, Maribel, es que podrían pasar.
EliminarUn abrazo.
Anoche leí el libro de cabo a rabo. Lo que más ha llamado mi atención no ha sido la profusa variedad de argumentos con sus inteligentes finales, sino la disposición de los cuentos en el libro. No sé si la autora estudió la localización de cada uno de los relatos, sea como fuere, el tránsito de uno a otro produce un efecto impactante.
ResponderEliminarMucha suerte a la autora y felicidades por la reseña.
En lo que respecta a si los cuentos siguen un orden particular, no te puedo responder. Opino que ha clavado el primero, a modo de introducción, y el último, el más impactante de todos.
EliminarUn abrazo.
Jose, gracias por traer noticias de Charo. Por lo que comentas, muy interesante este su primer libro.
ResponderEliminarCharo, aprovecho para expresarte de nuevo mi admiración por tus sucesivos textos jueveros así como tu talante y talento manifestado siempre en tus comentarios.
Un abrazo.
Me gusta dar cabida en mis reseñas a autores interesantes que están en progreso. Son un estímulo para escribir.
EliminarUn abrazo.
Debería darme vergüenza a mi edad, pero no leo historias de terror porque me dan miedo...
ResponderEliminarNo es broma.
No son exactamente historias de miedo, sino cuentos inquietantes. Aptas para todos los públicos. Y no tienes nada de lo que avergonzarte.
EliminarUn abrazo.