La noche
cayó
de repente
como una
negra riada.
Los garajes
fueron ratoneras;
las calles, alfareras.
La ayuda
llegó
tan tarde
que
Halloween temblaba.
Hubo una
avalancha
de
solidaridad.
Mis amigos dicen que me dedico a vivir del cuento. No he escrito ninguna novela porque me parece un género poco comercial.
Es cierto que la ayuda llegó tarde y que se deben de pedir responsabilidades a quien corresponda pese a los intentos de escapar de ellas, de todos modos la catástrofe ha sido casi bíblica, al menos lo que nos han mostrado en la televisión, llegar a todas partes al mismo tiempo se hace complicado en un país que se cree una cosa y no lo es tanto.
ResponderEliminarSaludos
Agradecimiento infinito para esa "avalancha de solidaridad", que nos salva como ser humano.
ResponderEliminarUn abrazo!