—Siempre te sudaron las manos —dijo mientras su vida pendía de un hilo en aquel barranco.
—No te voy a soltar, José Carlos María de Todos los Santos. Eres el padre de mis hijos.
—Siempre fuiste fría en la cama, chismosa, peluda, bizca y paticorta.
—Aguanta, la ayuda está en camino.
—Te he puesto los cuernos con tu mejor amiga, con el cura, con el pobre de la iglesia y con el perro.
—No te esfuerces, José Carlos María, esta Navidad te comes las uvas como todos los años.
FELIZ NAVIDAD, CRÁPULAS DEL MUNDO.
HASTA LA VISTA.
Un toque genial, un enfoque distinto a lo que estamos acostumbrados a leer en torno a historias con trasfondo navideño. Un breve y divertido relato.
ResponderEliminarSaludos.
La sinceridad no siempre es matadora. Supongo que la mujer abnegada vive en otra dimensión paralela.
ResponderEliminarMe gusta. Un relato muy "grinch". Subo la apuesta.
Un abrazo.
Ja ja ja ! Qué bueno! Muy original y divertido.
ResponderEliminarFeliz Año!
Jose, te deseo que tu viaje a lo largo del 2015 sea luminoso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Algunos no pueden escaparse de su destino, lo llevan escrito, jeje.
ResponderEliminarLa Navidad con humor es más Navidad.
Un abrazo.
La Navidad no se puede concebir sin humor. Ni nada en la vida. Por eso, os deseo un año tan luminoso como un traje de lentejuelas. También un poco de maligna diversión. Sinceramente, lo más genial sois vosotros.
ResponderEliminarUn abrazo a tod@s