Yo soy uno de los tantos afortunados (el local se encontraba abarrotado) que pudo asistir a la presentación de Vareando Nubes, un libro, sin duda, recomendable para todo buscador que no cesa en su empeño porque, sencillamente, cree.
Una obra, la de José Antonio López Rastoll, que “cae” como agua de mayo en esta época marcada por la claudicación de valores tales como la solidaridad (en el caso de La Carretera), el humor (Cachivaches) o la fina ironía (Jugar al Escondite); una cuidada selección de cuentos, digo, que empujan o, mejor dicho, estimulan al lector a desenterrar de la más íntima parte de su ser algo que parece no existir, dado que es invisible a los ojos: la capacidad para soñar.
Sin embargo, y lamentablemente, es una evidencia que somos coetáneos de un mundo para el que no existe todo aquello que no consigue ver, conocer o tan siquiera nombrar. Un mundo de pequeñas realidades donde no cabe el olor de una flor, la dicha de una mañana de sol ni la voluntad, como es el caso, para cumplir los sueños. Sueños como los que nos ofrece López Rastoll, con nítida y elaborada sutileza, en este su segundo libro al que más arriba califiqué equivocadamente de “recomendable”, cuando lo más justo es tildarlo de esencial. Pues tiene un calado básicamente trascendental, una altura suficiente para retarnos a anhelar, a fantasear, a imaginar, a ilusionarnos. A soñar.
En resumidas cuentas, José, con su certera visión, nos recuerda lo que hace ya bastantes años escribiera el fabuloso Antoine de Saint-Exupéry, y quedase inmortalizado por boca de El Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Atrévete a comprobarlo.
David Revert López
Jose, de veras que este primo tuyo es un fichaje. Leyendo esta crónica, efectivamente que ya estamos deseando afrontar ese reto de anhelar, fantasear, imaginar, ilusionarnos, en definitiva soñar, con la lectura de tu libro de cuentos VAREANDO NUBES. Porque la búsqueda de lo esencial siempre fue uno de los retos con más enjundia al que podamos enfrentarnos.
ResponderEliminarUn abrazo a ambos.
Emocionante y preciosa reseña, Jose. ¿En tu familia todos tenéis la vena literaria?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con David, un libro esencial.
Un abrazo para ti y otro para David.
Desde luego que David ha sido un fichaje, Alicia. Le invité a la presentación de Maribel en Alicante, y fue un placer su compañía.
ResponderEliminarEs amigo de las pequeñas cosas, como yo.
Un abrazo.
De momento, Maribel, no hay más literatos que yo sepa. Y nosotros somos de la especie de los currantes, que lo mismo nos da estar subidos al andamio que a las nubes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuán gozoso resulta que mujeres, entre las que no se hallan nuestras madres ni abuelas, hablen de ambos y, además, lo hagan tan bien. ¿Verdad primo?. "Egotrom" en vena lo llamaría.
ResponderEliminarMaribel, Alicia: muchas gracias de todo corazón por vuestras palabras y, a ti, Jose, por tan halagadora iniciativa.
Un abrazo
No me extraña, Jose, que estés emocionado con esta reseña, yo también me he emocionado la leerla...Tiene la concesión y la precisión de quién conoce la composición de las nubes, aquello que es invisible a los ojos.
ResponderEliminarQué ganas tengo de tener el libro, de leerte y de disfrutar igual que lo ha hecho tu primo.
Enhorabuena por la presentación, no dudaba de tu éxito y poder de convocatoria, y por tu primo, como dicen las compañeras es un buen fichaje.
Felicidades a los dos por esta crónica que va más allá de los afectos.
Besos y abrazos, esta vez a repartir entre dos.
Viene bien un poco de ese "egotrom" que dices, primo, porque la carrera del escritor está llena de baches.
ResponderEliminarAlgo de su apoyo te lo he transmitido a ti para que te pongas manos a la obra y cumplas tus sueños.
Un abrazo.
Mari Carmen, próximamente colgaré mi propia versión de los hechos, no porque esté descontento con la interpretación de mi primo, sino para ofreceros más fotos.
ResponderEliminarEspero que tú también nos cuentes algo. Suerte con la distribución de tu libro. La necesitaremos.
Un abrazo.