Como muchos de vosotros, yo empecé escribiendo a bolígrafo e incluso a lápiz. Recuerdo que, mientras mis padres veían la televisión, yo componía poemas en una libreta. Recuerdo incluso el nombre de aquel primer libro de versos que nunca llegaría a publicar y que destruí completamente. No en vano eran bastante pueriles.
Escribí poesía durante el instituto y la universidad, como vía de escape a un mundo en el que no encajaba. Era tímido, solitario y no me gustaban demasiado las normas. Probablemente aún soy así.
Hubo un momento en que decidí que la poesía no era lo mío. Supongo que porque necesitaba escribir una historia real y no sentimental, algo que comprendiera todo el mundo, algo no sujeto a la interpretación subjetiva como un cuadro abstracto. Necesitaba, al fin y al cabo, comunicarme.
Ya no puede hacerme ningún mal dejaros leer uno de aquellos poemas guardados en una carpeta. Les tengo el afecto justo. Embriones de lo que pudo haber sido y no fue.
Camarada, la nieve
finge hermosura.
¡Sal de tu cósmica
burbuja de nácar!
El silencio de sus besos,
el girar de las palmeras
en los huracanes,
son libido.
Camarada, el hielo
rojo se hacina,
genera una luna
enigmática y triste.
La quimera,
una bola de nieve
monstruosa
en el mentón de la primavera.
Y flores, flores, flores famélicas
encerradas
en torres, torres, torres desoladas.
Camarada, un sol
anaranjado me ha poseído,
¡qué miedo ruge entre los dos,
filigranas, escondidos!
Yo también tenía una libreta de esas; acabé reutilizándola y reciclándola después. Me alegro de que ahondaras en tus aspiraciones literarias, de lo contrario, se habría perdido un poeta y un narrador.
ResponderEliminarPD. Yo escribía con pluma estilográfica hasta los apuntes.
Un abrazo.
Ahora, gracias al ordenador, escribo con frecuencia pero sin horarios. Como apuntas, la narrativa puede contar una historia sin renunciar a un toque de poesía. Mi única norma: lo que no comunica no vale (por muy literario que sea).
EliminarUn abrazo.
Siempre es bueno volver a las fuentes, reencontrarnos con aquellos que fuimos a través de las letras, asomándonos apenas, con mil inseguridades y pretensiones, con mucho pudor y venciendo mil barreras. Ya por eso valen tus versos, nacidos al mundo mucho antes de animarte a mostrarlos.
ResponderEliminarBien por el trayecto de tus palabras!Un abrazo
Tú lo has dicho, Neogéminis, me reencuentro con aquel que fui para reafirmarme en aquel que soy ahora. Gracias por reír conmigo.
EliminarUn abrazo.
Podría suscribir tu entrada palabra por palabra, a excepción del poema, que es mucho mejor que los que yo escribía.
ResponderEliminarMe alegra saber que no fui la única que garabateó en una libreta versos que sirvieron para que la llama, a día de hoy, continúe viva.
Un abrazo.
Me costó mucho escoger un poema, de entre tantos malos como he escrito. Este tiene una doble lectura. Por un lado, cuenta la historia de dos personas que se aman en secreto. Por otro, es el diálogo de cualquier tímido consigo mismo.
EliminarUn abrazo.
José yo llegué a hilar alguna que otra frase ya a golpe de teclado. Eso sí, siguiendo vuestros pasos siempre me acompañó la camarada nieve.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya este poema avanzaba los buenos amigos que me iba a encontrar en el futuro, aunque en aquel entonces no lo sabía.
EliminarUn abrazo.