martes, 31 de agosto de 2010
ADIÓS, COMPAÑEROS, ADIÓS
Estoy a solas en mi ático, sin chiquillos, ni ajenos ni propios. El chiquillo que llevo dentro está excitado. Mañana cruzo el charco, rumbo a África.
Sólo quería invitaros a té moruno. Sé que el calor aún aprieta, pero la menta es refrescante.
Me temo, sin embargo, que lo del harén no va a ser posible. A mi mujer no le excita.
Hasta la vista.
lunes, 23 de agosto de 2010
BENEDETTI Y BUNBURY
Cuando acabé de leer La tregua, la novela más universal de Benedetti, me quedé planchado. ¡Coño, es que es un dramón!
Su protagonista es un viudo cincuentón cuyo único interés en la vida es que le queda poco para jubilarse. Cuando menos lo espera, se enamora de una empleada de su oficina. Ella le corresponde y comienza un periodo de dicha que creyó no volver a experimentar jamás.
Ahora, tras reposar la historia, entresaco un mensaje positivo: la vida es una maravillosa tregua. Carpe diem. Aprovecha el momento. Enrique Bunbury lo resume perfectamente en tres versos de su conocido tema Infinito:
Me calaste hondo y ahora me dueles,
si todo lo que nace perece del mismo modo
un momento se va y no vuelve a pasar.
jueves, 12 de agosto de 2010
ETERNO BUKOWSKI
Entro en la biblioteca con una sonrisilla, me dirijo al mostrador y pido La máquina de follar (Anagrama, 1992).
Hay una bibliotecaria estrecha y otra seria. El ying y el yang. La seria no se inmuta lo más mínimo y comienza su búsqueda en el ordenador. La estrecha escupe:
—Ese libro no lo tenemos. (Le ha faltado añadir: esta es una biblioteca decente.)
Sin dejarme amilanar por el feliz comentario, replico con ironía:
—Pues lo he mirado en internet y figura en esta biblioteca. Debe de ser una broma de mal gusto.
Al cabo de unos segundos, la seria encuentra el libro y manda a la otra.
—Vaya, pues si estaba —regresa con el rabo entre las piernas y el ejemplar.
—Un mes, ¿no? —pregunto saboreando las palabras.
Hay una bibliotecaria estrecha y otra seria. El ying y el yang. La seria no se inmuta lo más mínimo y comienza su búsqueda en el ordenador. La estrecha escupe:
—Ese libro no lo tenemos. (Le ha faltado añadir: esta es una biblioteca decente.)
Sin dejarme amilanar por el feliz comentario, replico con ironía:
—Pues lo he mirado en internet y figura en esta biblioteca. Debe de ser una broma de mal gusto.
Al cabo de unos segundos, la seria encuentra el libro y manda a la otra.
—Vaya, pues si estaba —regresa con el rabo entre las piernas y el ejemplar.
—Un mes, ¿no? —pregunto saboreando las palabras.
lunes, 2 de agosto de 2010
ALGO EN COMÚN
Tengo unos granitos blancos en el escroto. La sexóloga ha dicho que se deben a la acumulación de grasa y no tienen cura. Maldita perra…
Veo fantasmas y me poseen constantemente entidades del más allá. Necesito que mi pareja crea más en mí.
Hace cuarenta años fui abducida por los selenitas. Me gustaría regresar para un nuevo examen anatómico.
El rey, la reina y la princesa siguieron con sus cavilaciones mientras sonreían a los fotógrafos.
Veo fantasmas y me poseen constantemente entidades del más allá. Necesito que mi pareja crea más en mí.
Hace cuarenta años fui abducida por los selenitas. Me gustaría regresar para un nuevo examen anatómico.
El rey, la reina y la princesa siguieron con sus cavilaciones mientras sonreían a los fotógrafos.
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