miércoles, 22 de mayo de 2019

DEBATE A CUATRO



















Encendió el aparato sin saber por qué, quizá buscando alguna verdad entre tanta mentira. La moderadora del debate presentó al candidato marrón sin escatimar elogios; al rosa, amarillo y negro con la educación que requieren las formas. Sería criticada por ello en redes sociales, pero nadie la despediría de la cadena. Héctor cambió de canal para, minutos después, volver como un buitre carroñero. El líder negro se había quedado callado durante su turno de palabra. Un largo minuto mirando a cámara sin desplegar los labios. Una ligera sonrisa en los mismos, nada más. Los otros líderes sí hablaron, vaya si hablaron. El rosa despellejó al amarillo como un perro rabioso. El marrón hizo leña del árbol caído: «Me parece una broma de mal gusto, una burla hacia todos los españoles y españolas». Al día siguiente, la noticia bomba era el extraño y elocuente silencio del candidato negro. Héctor, con un café en la mano, leyó algunos titulares de la prensa digital: «Estrategia para denunciar la hipocresía en campaña», «El cansancio hace mella», «De aquí a la clínica de desintoxicación». El lacónico comunicado del partido negro llegaría a media mañana: «Abel Martín estaba agotado y pide disculpas públicamente». Tras la jornada de reflexión, Héctor votó por aquel candidato que había tenido el valor de no hacer absolutamente nada.

miércoles, 15 de mayo de 2019

TRECE ROSAS EN ALICANTE





















El último domingo de marzo era un día de esos que apetece remolonear en la cama. De madrugada, nos habían robado un jirón de sueño debido al cambio de hora. Por la mañana, una lluvia terca y obstinada me pobló de negros presagios. Los aparté a manotazos. Cogí mi paraguas multicolor y salí de casa. Me había comprometido a firmar en la caseta de la librería 80 Mundos con motivo de la Feria del Libro de Alicante. 

El autobús tardaba la friolera de trece minutos y no tuve paciencia de esperar bajo la lluvia. Llegué puntual a mi cita, pero con los bajos del pantalón calados. Carmen Juan y Sara Trigueros, las libreras, no parecieron darse cuenta. El edificio Séneca, con sus techos altos y murales, secaría un poco mi ropa. Miré alrededor: ni un alma salvo los libros, los libreros y quien escribe estas líneas.

Con el paso de la mañana, algunas familias con niños se refugiaron de la inclemencia del tiempo. Carmen, inasequible al desaliento, sacó un montón de ejemplares de Trece rosas negras para colocarlos en primera fila. Alcancé uno y empecé a dar vueltas como Chiquito de la Calzada.
            
De pronto, una mujer buscaba a un tal José Antonio López Rastoll. Dijo que me seguía desde Pelusillas en el ombligo (Lastura, 2015) y que quería un ejemplar firmado del nuevo libro. Estuvimos charlando un rato. Después se dejaron caer amigos como Manuel Cado y Chelo Gisbert. Ambos han sido alumnos en los talleres de Conchi Agüero y escriben de película.
            


También pasó Marina Beckett y nos saludamos. Me pareció una mujer natural y cercana. Luego seguí cazando lectores por la antigua estación de autobuses hasta que llegó la hora de despedirse. Una vez en casa, descubrí con asombro que había llevado todo el día el calzoncillo al revés.

miércoles, 8 de mayo de 2019

GANADOR DEL PLAZA NUEVA IDAZLEAK













Es más fácil recuperarse de una derrota que acostumbrarse a una victoria, pero a nadie le amarga un dulce ni una inyección de moral. He ganado el VII Certamen Internacional de Narrativa Bilbao Aste Nagusia 2019 en la categoría Premio Plaza Nueva Idazleak con el relato «El día infinito». Además de aparecer publicado en la antología correspondiente, recogeré mi premio el próximo 19 de agosto durante un acto público que se celebrará en el hotel Abando de Bilbao. Será la excusa perfecta para visitar a mis amigos del Norte en la Semana Grande.

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