Para que el mundo no me amargue, invento
palabras que uso en la intimidad de la imaginación. Me permito compartir
algunas de ellas. Quién sabe si engrosarán un día el diccionario.
-SEPARARTISTA: bufón que nos entretiene con gracias carnavalescas y, a cambio, le pagamos de manera injusta con el ostracismo e, incluso, la cárcel.
-ECOILÓGICO: producto tan natural
como el culito de un bebé, pero tres veces más caro que el homólogo del
supermercado. Vivan los pesticidas.
-BURROCRACIA: conjunto de normas
absurdas que minan la paciencia de un cartujo y sacan a relucir la parte
salvaje del ser humano.
-PROTOLOCO: leyes de la etiqueta
dictadas por algún perturbado mental que hacen bostezar a los hipopótamos en
las ceremonias y actos sociales.
-INDOCENTE: quien se dedica a la
enseñanza no reglada abriéndose la imaginación en lugares públicos.
-EMBESTIDURA: hacer el paripé de
acudir al Congreso de los Diputados sin los votos suficientes para ser
proclamado presidente del Gobierno.
-INCLUCHIVO: soberana gilipollez que consiste en desdoblar el lenguaje para ocupar más espacio en los libros de texto mientras las mujeres siguen sin ocupar el espacio que se merecen.