LA ANÉCDOTA
Me acerqué a la caseta de Aliar Ediciones para comprar la novela de una amiga y el librero, aprovechando la presencia de uno de sus autores, intentó que comprara las dos. Me dio mucha pena por el colega, que trató de hacerme una sinopsis rápida de Amalia fósil. Luego comprobé en el folleto que solo disponía de una hora para firmar. Alicante no se merece treinta casetas en apenas cinco días. Menos turisteo y más cultura.
ORGANIZACIÓN
Alicante es «la millor terreta del món», pero también la más calurosa. Roza la estulticia celebrar su Feria del Libro en la plaza Séneca, un páramo de cemento donde no hay árbol alguno en el que cobijarse del sol. Por si este despropósito fuera poco, debería castigarse con la cárcel que los sufridos escritores firmen sus libros en mesas sin carpas. Menos mal que Elena Casero, que tuvo a bien dedicarme Las dos Adelaidas (Sargantana, 2023), está curada de espanto.
EL DATO
David Revert López presentó su poemario Escupiendo Veneno (Editorial Cuadranta, 2025) en El Refugio Arte y Utopías, un bar contracultural. Había más público que en la Feria.
Hay autores que tiene que hacer piruetas para vender libros, otros los venden hasta por moda. Una pena que las cosas se organicen mal en torno a la lectura. Abrazo
ResponderEliminarSi la gente lee poco, habrá que buscar un lugar atractivo para celebrar la Feria del Libro. Hasta un cementerio tendría mejor acogida.
EliminarAbrazos.
Hay que sacar los libros a la calle, no vaya a olvidarse como son y para que sirven.
ResponderEliminarSaludos
Yo los sacaría a pasear como se saca al perro y al de Paco Umbral le pondría bozal.
EliminarSaludos.
La gente joven que conozco no leen.
ResponderEliminarNi escriben.
Viven entre emoticones.
Mal futuro para la literatura en general.
Saludos.
El otro día decía una librera con tino: "No es que los jóvenes no lean, es que no leen lo que nosotros queremos que lean".
EliminarSaludos.