miércoles, 10 de junio de 2020

EL REENCUENTRO
















Después de casi tres meses sin verse, las mujeres tenían mucho que comentar y los hombres poco que decir. No es que no hablaran, pero ellas llevaban el peso de la conversación frente a una mesa repleta de manjares exquisitos y vinos caros.
     —Nosotros solo hemos salido a tirar la basura —dijo Juana sin poder contener el orgullo.
     —¿Habéis sobrevivido con latas de calamares?
     —No, Luisa, hemos pagado para que nos traigan la compra a casa.
     Juan, que se frotaba las manos continuamente, restó importancia a las palabras de su mujer. Acababa de recibir un mensaje de la ecuatoriana que le limpiaba los bajos.
     —También hemos dormido en habitaciones separadas —insistió Juana con el obcecamiento propio de una mujer segura de sí misma.
     Luis sirvió más vino en las copas de todos, aunque ya estaba bastante achispado. Luego apuró la suya de golpe.
     —Y ahora dirás que no habéis follado —ironizó.
     Juan derivó la charla, muy astutamente, a la gestión política de la crisis sanitaria. Encendidos por el alcohol, los cuatro amigos lanzaron insultos a diestro y siniestro.
     —Tenemos un aparatito de esos que mide la temperatura —recondujo Luisa con un gritito agudo.
     —Nos presentamos voluntarios —afirmó triunfante Juana.
     Juan fue al baño y, al regresar, todos se habían medido la temperatura como si fuera un juego. Faltaba él. Sudaba copiosamente, reía sin ganas, le palpitaba el tic del ojo izquierdo.
     El medidor dio negativo, pero la ecuatoriana tenía una falta.

10 comentarios:

  1. No has dejado títere con cabeza en la que tomarse la temperatura. Un abrazo.

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  2. Valga'm Déu! Jajajajajaja, ¡La que que espera! Que bien me lo he pasado. Me encantan los finales que no son una conclusión.

    Un fuere abrazo.

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    1. Celebro que te haya gustado este final que realmente es un principio. Quizá descubramos, en unos meses, un pico de natalidad.

      Un abrazo.

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  3. ¡La madre que te trajo! (Y lo digo con el mayor respeto y compasión por la buena mujer). Mira que cuando te sale la vena lobuna hay que tenerte miedo.

    Un abrazo.

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    1. Nada como un reencuentro de amigos para dar rienda suelta a mi vena más sentimental.

      Un abrazo.

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  4. Daños colaterales -que dirían los políticos- del confinamiento...

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