Quizás la vida es un cúmulo de coincidencias. Escribo estas líneas en el mes de marzo, fecha en la que presenté mi primer libro de cuentos, para presentar Fantasmas de Kesington (Neverland, 2011), la nueva novela de J. D. Álvarez, mi editor en aquella aventura.
Mi primera impresión al leer la novela es que me hallo entre la mejor tradición literaria y una modernidad que conecta con los jóvenes lectores. Entre Macondo y la estética de Sin City, película dirigida por Robert Rodríguez en 2005 a partir de un cómic de Frank Miller.
Como en un juego de muñecas rusas, J. D. Álvarez se inspira en el infeliz Peter Llewelyn Davies, uno de los niños que inspiraron al escritor J. M. Barrie el mítico personaje de Peter Pan, tan famoso que hasta el «Rey del Pop» fantaseaba que era el duendecillo verde.
En 1960, harto del acoso popular, Peter Llewelyn Davies se arrojó al metro de Londres. La prensa, con macabra ironía, dijo que Peter Pan se había suicidado. El personaje de la novela, en cambio, de un corte de mangas finge su muerte y se retira a una tranquila aldea escocesa, El Pajarillo Blanco.
No tardará en verse envuelto en una serie de fenómenos inexplicables que asolan la aldea y sus alrededores. El ataque de los cuervos, por ejemplo, combina la malignidad de Hitchcock y el encanto del realismo mágico. Este género literario, cuyo máximo exponente es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, consiste en mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano. De hecho, en El Pajarillo Blanco nadie se pregunta por el comportamiento homicida de las aves y, tras enterrar a los fallecidos, el pueblo vuelve a la normalidad.
El realismo mágico se convierte en un realismo tosco y duro, propio de las películas de gánsters, en otra de las escenas claves de la novela, aquella en la que el Jefe de Policía arranca un ojo a Marcus Crow, el herrero. Si hasta ahora J. D. Álvarez prefería las imágenes poéticas, a partir de este momento opta por un lenguaje más visual procedente del mundo del cómic, rozando la chulería vengativa propia de los matones de Sin City: «Cazaré a esos puñeteros caimanes, si es que verdaderamente existen, y demostraré mi inocencia. Pero luego liquidaré tanto a Dunbar como al Jefe de Policía. Los aplastaré y después me comeré su carne y roeré sus huesos».
Sensibilidad y carnaza, amor y un cierto aire de melancolía conviven en esta novela dantesca, ilustrada, por cierto, con un gusto exquisito.
Si un sudor frío le recorre la sien, si tras la lectura el agobio no le deja conciliar el sueño, si el desconcierto se hace dueño de usted, no dude, lector, que la pesadilla no ha hecho más que comenzar.
FELIZ SEMANA SANTA A TODOS/AS.
DULCES PESADILLAS.
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Vaya, excelente reseña con pinceladas cinematográficas. Si creíamos que estábamos acostumbrados a tus crónicas, te diré que te superas.
ResponderEliminarEse contraste entre sensibilidad y carnaza tiene que ser muy sorprendente.
Un abrazo.
Bueno, ya sabes que me gusta unir cosas, que todo me parece cultura vaya, que la literatura bebe del cine, y en buenas manos las palabras pueden llegar a ser musicales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Veo que tus crónicas se convierten también en todo un cúmulo de información colateral. Se nota que el libro te ha llegado.
ResponderEliminarRespecto a The Cure no me extraña que a veces, debido a la estética del cantante, se les haya catalogado de góticos.
Por si estas fiestas no andas por aquí, simplemente descansa y se feliz.
Un abrazo.
Bueno, el libro me ha recordado muchas otras cosas, y es lo que intento reflejar en la crónica. De todas formas, he de admitir que la figura de Peter Pan no me ha llamado nunca poderosamente la atención. Lo divertido del libro es que no trata de Peter Pan exactamente, aunque sí crea un mundo muy peterpaniano y muy The Cure a la vez.
ResponderEliminarHas acertado, Alicia, me voy a Albacete. No sufras mucho con la Semana Santa y sonríe todo lo que puedas.
Un abrazo.
Yo nunca...( no lo voy a decir porque sino Alicia me regañaría) Si alguna vez publico un libro quiero una crónica como esta, ¿Dónde hay que apuntarse? ¿Hay lista de espera?
ResponderEliminarJose Antonio. Eres un cronista especial. Al añadir la película, has cargado con una referencia visual tus palabras dándole más fuerza a la crónica.
“ Si un sudor frío le recorre la sien, si tras la lectura el agobio no le deja conciliar el sueño, si el desconcierto se hace dueño de usted, no dude, lector, que la pesadilla no ha hecho más que comenzar.”
Y encima con este final...es como el trailer de una película, quieres más.
Enhorabuena.
Disfruta de las vacaciones y cánsate mucho, eso será buena señal.
Besos y abrazos.
Dalo por hecho, Mari Carmen.
ResponderEliminar¿Sabes? Se escriben mejores reseñas cuando existe un vínculo afectivo con el escritor.
Además, si no le gusta tu reseña, dicho escritor te puede mandar a la mierda con absoluta confianza.
Un abrazo y felices vacaciones.