viernes, 22 de mayo de 2020
GERMOFOBIA
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Estoy convencida de ello: a más de uno, le habrá aportado felicidad esta nueva realidad. Y este caso tuyo, es una buena muestra.
ResponderEliminarAbrazo.
Creo que nos ha hecho valorar lo que realmente importa.
EliminarUn abrazo.
Casi tiene gracias. Hace unos días estuve pensando en la probabilidad de que buena parte de la población acabe con un trastorno obsesivo compulsivo. El mundo se va a llenar de "Monks". ¡Qué ruina!
ResponderEliminarBuen enfoque, lobo.
Un abrazo.
Nos preocupamos mucho de lo grande y poco de lo pequeño. Si los supuestamente normales estamos paranoicos, imagina a los chalados.
EliminarUn abrazo.
Es conmovedor que te incluyas entre los "supuestamente...", o mejor, me incluyas a mí. Ja, ja, ja...
EliminarSiempre me he sentido un excluido al que le gusta incluir.
EliminarEl mundo sumergido en la realidad de los pacientes de TOC, la cual ellos han vivido a diario desde antes.
ResponderEliminarNo es fácil vivir batallando dentro de tu propia cabeza, y eso es algo que con diagnóstico o sin él mucha gente sabe de primera mano.
EliminarLo más llamativo de entre los viandantes no son los que se comportan con miedo o aprensión, sino quienes lo hacen como si fuesen los amos y amas del mundo: los intocables. La actitud de quienes han vuelto a rebuscar entre los contenedores no difiere en nada de quienes visten perfumes caros y cubren el mentón con mascarillas de diseño, ocupando el espacio que creen merecer, claro.
Para mí, una enfermedad mental es la que impide a los individuos integrarse en la sociedad y tener la oportunidad de crear y vivir momentos de felicidad. Por lo demás, todos somos víctimas de nuestras mentes, o peor, hacemos víctimas al resto; va con el ADN humano dejarse deslumbrar por los espejismos.
Son dolencias silenciadas por la pandemia, más inquietantes si cabe porque pertenecen a la esfera del funcionamiento de la mente.
EliminarUn saludo, Alexander.
La peor batalla que libramos dentro de nuestra cabeza a lo largo de la vida es el miedo. Muchos de esos comportamientos que describes son solo eso.
EliminarUn abrazo, Esther.