viernes, 8 de mayo de 2020

UN SOLO LATIDO
















Hace dos meses de este sindiós en el que está metida la humanidad entera por culpa de un insignificante virus. La lectura es clara: somos tan frágiles como nuestros sueños de inmortalidad.
            
Esta fragilidad ha sacado lo mejor y lo peor del ser humano, lejos del buenismo con que los medios de comunicación nos bombardean. Sus programas viven de la lágrima fácil o del optimismo masoquista que genera buenas audiencias.
            
Lo peor de la naturaleza humana aflora en carteles cobardes de corte antisemita que algún vecino anónimo ha dirigido a un sanitario o a una cajera de supermercado. Ni Álex de la Iglesia hubiera imaginado un comportamiento tan mezquino en una comunidad. Tampoco parecen enterarse los nacionalistas de que sus sueños lúbricos de autodeterminación han quedado relegados al psicoanálisis, aunque ellos se empeñen en hacer el ridículo más espantoso con polémicas como la de las 1714 mascarillas.
            
Afortunadamente, por primera vez en mucho tiempo, España rema en la misma dirección, se respira un solo latido, vamos todos a una. Hablo de gente que fabrica mascarillas gratis, que no sale de casa, que regala una llamada de teléfono, que desea feliz semana detrás de un mostrador, que desinfecta las calles, que salva vidas, que vela por nuestra seguridad o que ayuda a un anciano a buscar las llaves en un contenedor de basura. Tenemos espíritu de equipo.
            
Los españoles hemos aplazado nuestras costumbres, nuestras festividades e incluso nuestros afectos porque era necesario. No ha sido asignatura fácil. Los políticos deberían aprender del pueblo que, en tiempos difíciles, hasta los autónomos trabajamos por el bien común.

12 comentarios:

  1. Un análisis y una crítica que comparto.
    Porque sí, somos frágiles entes capaces de todo lo que nuestra imaginación, para bien o para mal, pergeñe.

    Un abrazo.

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    1. Somos capaces de lo peor, pero también muy dueños de escoger nuestro camino.

      Un abrazo.

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  2. Siempre será así. Los desgraciados y los cabales, todos formamos parte de este mundo. Y muchas de las veces, cuando veo, oigo o leo, esas monstruosidades, no sé en que bando acabo, de puro hastío. Porque mi racionalidad muta y haría desaparecer a más de uno.
    Un buen escrito, lleno de los gritos, que más de uno de nosotros enarbola.
    Un abrazo.

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    1. Yo me quedo con el espíritu de equipo como el gran descubrimiento de este silencio atronador.

      Un abrazo.

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  3. Como muchas otras veces he pensado en otras situaciones, y ahora también lo pienso,quien suele tener dos dedos de frente es el "ciudadano de a pie".

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    1. Esa es la idea que subyace a este humilde artículo de opinión: la gran lección de madurez que estamos dando la mayoría de ciudadanos.

      Un abrazo.

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  4. Muy lucido, mi querido lobo, aunque me gustaría ser tan optimista como tú. Sigamos remando.

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    1. Confío, aunque no ciegamente, en la capacidad del ser humano para trabajar individualmente en equipo.

      Un abrazo.

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  5. Más o menos sería por estas fechas, una noche subió mi marido de pasear al perro muerto de risa. "No te vas a creer lo que me ha pasado, acabo de rescatar a un anciano que se había caído dentro de un contenedor". No supo explicarle qué le había pasado, si él solo pretendía tirar la basura. Días después, en nuestro buzón, apareció una nota que ponía gracias y una bolsa con dos mascarillas.

    La gente se ha portado bien, lo seguirá haciendo la mayoría. Los que no han estado a la altura son los políticos.

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    1. Bienvenida a mi rincón, Mayte. Es increíble el grado de surrealismo que hemos vivido: estamos en deuda con quienes nos han hecho la vida más soportable, sea directa o indirectamente.

      Un abrazo.

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