Me gusta trabajar en la academia porque no debo
ceñirme a un programa establecido ni aguantar a un jefe. Tampoco necesito
preparar las clases. Improviso como un músico de jazz a partir de las
propuestas de los alumnos.
—Sintaxis —dijo Nerea.
Le expliqué que una oración subordinada era una señora
que dependía económicamente del marido. En cambio, las coordinadas son mujeres
independientes.
—Yo quiero ser subordinada, que me mantengan y no
hacer nada en todo el día.
Un compañero rio la gracia.
—Vaya porquería de plan.
Se
miró las uñas: eran superbonitas. Tres años después, vino a decirme que se
estaba sacando el graduado en un Centro de Adultos.
Me ha encantado la definición de las subordinadas, tardó tres años en asimilarlo pero volvió. Un abrazo
ResponderEliminarPara que luego digan que la sintaxis no sirve para nada.
EliminarUn abrazo.
Le vió las orejas al lobo cuando quiso ser subordinada.
ResponderEliminarSaludos
Nada como la realidad para quitarse muchos pájaros de la cabeza.
EliminarSaludos.
Siempre coordinadas!!
ResponderEliminarUna cierta independencia es la mejor forma de vivir.
EliminarUn abrazo.