Junio de 2009. Álvaro de la Riva publica Descuentos Increíbles en la editorial Atlantis. Seis meses después, en plenas Navidades, el libro cae en mis manos.
De entrada, me ha servido para soportar mejor estas fechas mortalmente aburridas. Y es que, empleando un símil con el genial Chicho Ibáñez Serrador, nos encontramos ante historias que no te dejan conciliar el sueño.
Quien tampoco descansa en paz es Chanquete, el entrañable personaje de la serie de televisión Verano Azul, o al menos eso cuenta Rodrigo del Lago en su novela Chanquete Resurrection (Atlantis, 2006), una de las parodias más memorables que recuerdo.
Rodrigo del Lago, Álvaro de la Riva y un servidor nacimos en la década de los setenta y, por tanto, crecimos con esta mítica serie. De ahí que me tome la libertad de bautizarnos como “Generación Chanquete”. Una hornada de literatos que carecía del despiporre de la playstation, pero que ya disfrutaba de las mieles de la caja tonta.
Y eso se palpa: no somos gente seria. Tampoco hemos tragado ningún diccionario. Más bien tragamos demasiadas series estúpidas: Kung Fu, El Coche Fantástico, Luz de Luna…
Afortunadamente, aún escribimos con un mínimo de corrección. Nuestros profesores fueron los últimos que se preocuparon de inculcarnos las reglas gramaticales y ortográficas.
Vampiros, brujas, fantasmas, seres de otra dimensión… Y dice la editorial en la contraportada que estos relatos producen diversión. ¡Lo que provocan son escalofríos! Unos deliciosos escalofríos. He aquí algunas piezas que hielan la sangre: Quirófano (el amor posee un lado tenebroso, envidiablemente metaforizado en este cuento, que no debería cruzarse alegremente), El renuente (el amor es más poderoso que la muerte e incluso la sobrevive), Naufragio (el único relato puramente humorístico del libro, aunque en mi opinión esconde una realidad aterradora. ¿Qué será del castellano de aquí a unos años? ¿Cómo serán los futuros escritores?), El chico junto a las vías (relato sobrenatural que describe a la perfección la felicidad del auténtico solitario y su incertidumbre ante el futuro: los edificios que le tapan el atardecer), Yo Maru (el relato más terrorífico que jamás haya leído, aderezado con un final francamente de cinco tenedores. Esta historia de odio entre madre e hijo recuerda al mejor Lovecraft), Némesis (un relato de venganza, muy al estilo del “Hop-Frog” de Poe, esta vez con un ermitaño como protagonista).
Después de tanto monstruo, la conclusión a la que llega Álvaro de la Riva, como cualquier mortal, es que ellas pueden llegar a ser las criaturas más crueles. Déjense engatusar por este escritor novel.
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