La pasada Semana Santa anunciaba, pues así me lo había confirmado el crítico literario, que iba a publicarse una reseña de VAREANDO NUBES en el suplemento ARTE Y LETRAS del diario INFORMACIÓN. Por razones misteriosas se ha retrasado hasta finales de abril.
El crítico se ha disculpado, aunque la culpa no sea suya, y no puedo dejar de reseñarlo en estas líneas.
De camino a Albacete, lo que más me preocupaba no era mi pequeño contratiempo, sino que alguien se hubiera tomado la molestia de comprar el diario. Recuerdo el WhatsApp que envié a algunos amigos intentando advertirles: «No lo mires. Me han sustituido por un paso de Semana Santa». Uno de ellos me contestó: «Será cuestión de hacerte costalero». Un primo me aconsejó que cambiara el título del libro, que pasaría a llamarse Vareando Periodistas. Una colega me animó a escribir un cuento.
No me he hecho costalero; antes costolero y que rule. Tampoco es cuestión de marear con el nombre del libro; ya lo hicieron otros, convirtiéndolo en Mareando Nubes, Veraneando Nubes, Bareando Nubes y otras opciones menos correctas ortográficamente. En cuanto a lo de escribir un cuento, casi creo que el cuento me ha escrito a mí.
Jose, creo que cuando vaya a aparecer la reseña, a finales de abril, nos has de aconsejar que compremos el ejemplar no vaya a ser que todo esto haya sido un castigo por no haber contribuído a hacer caja para el rotativo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te haré caso y recomendaré la compra del periódico, y de paso diré que los primeros cien compradores recibirán una nube de regalo.
EliminarUn abrazo.
Al final, como siempre, no hay mal que por bien no venga. No tenías tema para el mes, y te lo he puesto en bandeja. Un abrazo,
ResponderEliminarPepe
Efectivamente, Pepe. Ya sabes que siempre ando buscando contenidos para el blog y esta historia era perfecta.
EliminarPor cierto, veo que vas mejorando en esto del mundo virtual.
Un abrazo.
¿Pero dónde está mi comentario? Puedo prometer y prometo que yo he dejado un comentario hoy en esta entrada y ¡ha desaparecido! Huyuyuy... Creo que hay tema para un nuevo cuento, Jose, y es que... la vida es cuento. ¿O era sueño?
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí ya no me extraña nada, Maribel. Lo que está claro es que sin cuento nuestras vidas se vuelven anodinas y grisáceas.
EliminarUn abrazo.
Sin duda te ha escrito a ti. Es el riesgo que correr el autor honesto, que escribe lo que vive y no al revés.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces también escribo lo que sueño e imagino, pero la realidad es más retorcida siempre.
Eliminar¡Costolero!
ResponderEliminarPero qué hallazgo de palabro, José Antonio.
Me encanta.
Mira tú por dónde el contratiempo ha venido con dos premios: el relato y el costolero.
Un abrazo, compañero del alma, compañero.
Igual habría que escribir un diccionario de palabros.
EliminarUn abrazo.
Vaya tontuna que tiene hoy esta página: ya ven tres veces que me joroba el comentario.
ResponderEliminar¡Por Orticón y Saticón!
Te decía que me apunto lo de "costolero", un auténtico hallazgo que pienso propagar, mencionando la fuente of course.
Para que veas cómo se le puede dar la vuelta a un contratiempo. O dos. Porque has creado un relato y un palabro estupendo.
Muchas gracias, Ester, intento no dejarme machacar demasiado por la vida y para ello nada mejor que un poco de locura ¿no crees?
EliminarUn abrazo.