Cuando la tormenta estalló, se refugiaron en un
coche abandonado de la ciudad en ruinas. Charlaron. Bebieron vodka. Saben que
es una temeridad verse desde que luchan en bandos contrarios.
“Ha de hacerse cargo del humorismo de la vida, del humor patibulario de esta vida… Usted ha de acostumbrarse a la vida y ha de aprender a reír”. Hermann Hesse: El Lobo Estepario