miércoles, 4 de diciembre de 2024

ALMANAQUE DE SOMBRAS


Queremos creer
que el mundo nos pertenece,
pero somos dueños de la nada.
Hipotecados por la muerte,
vivimos una vida prestada,
un alquiler
por tiempo limitado.
Lo que hacemos aquí
nadie lo sabe.
Unos procuran la fama;
otros, el anonimato.
Hay quien ayuda a los demás
para encontrar
un sentido.
El amor es
lo único que queda
mientras regresamos
al principio.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

APOCALIPSIS Z


La película, que acaba de estrenar Prime Video bajo la dirección de Carles Torrens, desvirtúa la magnífica novela que Manel Loureiro publicó en 2007 con la editorial Dolmen. En el libro, un joven abogado solitario narra a través de un blog el desmoronamiento de la sociedad en el contexto de una pandemia zombi. Gracias a la primera persona, te involucras en la historia como si se tratara de un videojuego inmersivo. En el celuloide, la historia se cuenta desde la tercera persona. Todo se vuelve tan impersonal y aséptico que el espectador no sufre ni se emociona con los personajes, sino que los contempla desde la más absoluta indiferencia.

Vamos a repasar, uno a uno, los principales papeles del largometraje.

Francisco Ortiz interpreta a Manel, el protagonista. Un desacierto total porque no consigue transmitir la devastación que supone la pérdida de su esposa en accidente de tráfico ni el horror que está viviendo. También ha desaparecido su clásico lenguaje repleto de tacos.

Berta Vázquez es Lucía. Su historia de amor con Manel —la chica aún no ha cumplido dieciocho años y él supera la treintena— se vuelve convencional en el guion. Otra metedura de pata, pues refleja cómo cambian los valores morales en un mundo posapocalíptico.

José María Yazpik da vida a Viktor Pritchenko, el piloto de helicóptero ucraniano que se convierte en el mejor amigo de Manel. Sus largos bigotes rubios y su gran carisma recuerdan a Astérix. En la pantalla, tiene menos sangre en las venas que un muñeco de ventriloquía.

Las adaptaciones de la literatura al cine siempre decepcionan porque la lectura excita la imaginación de una forma inigualable. Sin embargo, este producto descafeinado me parece una traición al libro original. Cómo se echa de menos el trasfondo social de los zombis de George A. Romero.


miércoles, 13 de noviembre de 2024

EL ANIMAL QUE LLEVAS DENTRO






















Cierta amiga me dijo que El antropoide (Candaya, 2021) le había parecido pornográfico. Aquel comentario, sin duda, espoleó mi curiosidad como la mejor de las reseñas. No me entusiasman los saltos mortales lingüísticos de Fernando Parra Nogueras, pero reconozco que su estilo abarrocado es literatura en estado puro. Muy Luis Landero. Eso sin contar la hondura humana que destila cada nueva historia que el autor alicantino nos regala. Por eso, al toparme con la novela dedicada a la biblioteca Azorín por su contribución a la cultura no lo pensé dos veces.

Podríamos caer en la tentación simplista de decir que nos encontramos ante Las edades de Lulú en versión masculina. No obstante, hallo una carga emocional mayor y un lenguaje más poético que en el clásico de Almudena Grandes. Eduardo es un adicto al sexo que se siente culpable de sus inclinaciones. El amor de Cloe, secretaria en el periódico donde trabaja, aplaca sus instintos durante una temporada. Sin embargo, el lobo de la carne solo espera la oportunidad de saltar sobre él y devorarlo.

Como en la canción «Animal» de Luis Eduardo Aute, El antropoide es una defensa del instinto que la sociedad y la cultura domestican siempre que no haga daño a nadie. Ese señor Hyde que todos llevamos dentro y cuya negación suele ser fuente de tanta infelicidad. En tiempos donde la libertad de expresión está cada vez más vigilada por la policía de lo correcto y donde la gente se rasga las vestiduras por cualquier tontería, debo decir que me ha encantado. Ojalá Fernando Parra Nogueras continúe sin reprimir su verbo desnudo. No concebiríamos a Bukowski en plan modoso.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

AVALANCHA


La noche cayó
de repente
como una negra riada.

Los garajes fueron ratoneras;
las calles, alfareras.

La ayuda llegó
tan tarde
que Halloween temblaba.

Hubo una avalancha
de solidaridad.


miércoles, 30 de octubre de 2024

LA SEÑAL












Habíamos convenido una señal para cuando mi amigo José Luis fuera pasto de gusanos. Una colleja si Dios existía. Dos si no había nada. No he recibido más que silencio desde entonces, pero la otra noche soñé que un compañero del colegio se hacía el gracioso reventándome la nuca de un manotazo. Al despertar, acaricié la zona dolorida sintiéndome el hombre más feliz del mundo.

miércoles, 23 de octubre de 2024

SERIE DANIEL VILLENA










Como unos modernos Sherlock Holmes y Watson, Daniel Villena y Alicia Guerrero protagonizan una serie de novelas de J. R. Barat publicadas por la editorial Bruño. Son estudiantes de periodismo, pero los poderes paranormales de Daniel, que le permiten comunicarse con los muertos o con quienes están a punto de morir, les obligan a resolver casos de índole macabra. Daniel vive su don como si fuera una maldición, ya que las visiones y pesadillas le impiden llevar una vida normal. Los cementerios pueblan unos libros que podrían calificarse de detectivescos y góticos: «Siempre he creído que no se necesitan motivos especiales para entrar en un cementerio y darse un buen paseo por sus callejuelas llenas de nichos. Cualquier conflicto de los hombres resulta desde esta perspectiva una verdadera estupidez.»

DEJA EN PAZ A LOS MUERTOS (2013)

Daniel viaja con sus padres y su hermana a un pueblo llamado Gélver para pasar las vacaciones de verano. Allí se le aparecerá el fantasma de un muchacho de su edad, Ángel Rosé, al que dan por desaparecido. Conoce a Alicia.







LA SEPULTURA 142 (2014)

La misteriosa desaparición de Berta Ríos y el asesinato de su novio a causa de una paliza son uno de tantos casos sin resolver en Madrid. Daniel y Alicia buscarán a la chica. El Galeón Fantasma, una tienda de antigüedades, oculta una red de trata de blancas.





LLUEVE SOBRE MI LÁPIDA (2017)

Daniel y Alicia viajan a Atienza para investigar la extraña tumba sin nombre donde están enterradas Inés Molina y su hija. El fantasma de Inés no para de acosar a nuestro detective porque su hija no está con ella. Beatriz, una vecina del pueblo, le echa los tejos al muchacho.





LA NOCHE DE LAS GÁRGOLAS (2018)

Daniel y Alicia viajan a Londres para ayudar a una desconocida llamada Katherine Waldenfeigh. Curiosamente, la mujer lleva años muerta. Su marido vive solo en una mansión decorada con gárgolas. Es la primera vez que la vida de Alicia corre peligro desde que Daniel recibiera un disparo en el vientre durante su estancia en Gélver.



LA CRIPTA NEGRA (2021)

Daniel Villena viaja con su profesor Samuel Lahoz a las pirámides de Teotihuacán en México para investigar el extraño suicidio de un joven que se lanza desde una azotea. Valeria, la ayudante del conductor, se enamora perdidamente de nuestro protagonista.

miércoles, 9 de octubre de 2024

LA AVENTURA












Busco editorial
para un libro de relatos.
Dime, chato:
¿tu novela de qué va?

Repito que la novela me la pela,
soy hijo del cuento.
La gente lee menos:
solo publicamos enciclopedias.

Le envío mi obra
por si fuera de su interés.
Si vendes a tutiplén,
la ortografía no importa.

Tengo un blog
donde enseño mis hijos.
Debes comprar cien libros
para la presentación.

He intentado
el mejor libro posible.
Puede que le parezca horrible:
somos humanos.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

VALENCIA



Del 20 al 24 de junio, mi hija y yo decidimos escapar a Valencia huyendo de las fiestas incívicas por antonomasia: las Hogueras de San Juan. Tenía reserva en el Moontels, un apartahotel situado en un dédalo de calles junto al Mercado de Ruzafa. Al volver la esquina, la iglesia parroquial de San Valero Obispo y San Vicente Mártir. Nunca entramos. Enfrente, el pub gay Templo. Allí se celebraba otro tipo de misas menos ortodoxo, pero igualmente necesario para el espíritu.

Debíamos pulsar un código numérico que abría la puerta de la calle y de la habitación, pero no funcionaba. Cuánto echaba de menos una llave. En las oficinas de Moontels, me informaron de que no se activaba hasta las dos de la tarde. El reloj marcaba la una. La chica de la limpieza se ofreció amablemente a guardar nuestras maletas mientras tanto. Dimos un paseo por nuestros dominios y, de paso, compramos algo de comida precocinada. La espera valió la pena: la habitación era luminosa, tranquila y acogedora. Justo lo que necesitábamos, aunque hubiera que dormir cama con cama como en el servicio militar. El pequeño balcón ataviado con una mesa y dos sillas iba a convertirse pronto en mi lugar preferido.

Al día siguiente, fuimos caminando hasta los Jardines del Turia. Se trata del mayor parque urbano de España. Mientras lo recorremos, noto el influjo beneficioso de la naturaleza. Clara se ha mimetizado con el entorno y no me extrañaría que, de un momento a otro, se transformase en árbol o abeja. Le cuento que, hace exactamente dieciséis años, paseaba por allí en la barriga de su madre. Siento una punzada de melancolía al recordar a mis padres empeñados en llegar andando hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias. No puedo dejar de admirar el Puente del Reino o de las gárgolas, situado después del parque Gulliver. Mi hija se ha abrasado el culo al lanzarse por uno de los toboganes gigantes.

Esa noche, cenamos en la pizzería Popular. Agotados pero felices de haber sobrevivido a la dura vida del turista. El camarero sería el primero de los muchos argentinos que nos encontramos en Valencia.

Cuando me levanté el sábado, llamé a Moontels porque no sabíamos poner en marcha la vitrocerámica. Habíamos intentado hervir agua para cocinar pasta el día anterior y terminamos usando el microondas. El chico que me atendió fue probando cosas hasta dar en el clavo. Debía pulsar durante diez segundos un botoncito de seguridad que se usaba para la limpieza. Quedé muy aliviado de no ser un perfecto inútil, aunque nunca volvimos a usar la placa de inducción. Por algo estábamos de vacaciones.

Las tardes se convirtieron en nuestro momento de paz. Clara dibujaba o escribía; yo aprovechaba para leer y tomar alguna infusión. Luego salía a pasear por las enormes avenidas; daba igual la que escogieras: en esta ciudad todos los caminos conducen al Turia.

El domingo visitamos el Museo Iluziona, una excusa para hacerse fotos en tres dimensiones. Está ubicado en el entresuelo de la Casa Judía, una edificación residencial de estilo art déco valenciano construida en 1930. Luego nos dejamos caer por Lush, una tienda de cosmética donde al cliente se le cuida con especial mimo. También caracoleamos por el Corte Inglés, no lo voy a negar. Allí me compré un tebeo de Mortadelo y Filemón, quizá tratando de no perder el niño que todos llevamos dentro.

Regresamos a Alicante el Día de la Cremà, algo así como volver a Vietnam después de haber estado en un monasterio. Moontels guardó nuestras maletas porque el tren no salía hasta las cuatro de la tarde. Entretanto, nos fuimos despidiendo en silencio. Cada cual a su modo. Clara se compró un gofre espectacular. Yo jugueteé con la idea de sentarme en el balconcito del hotel a ver pasar las horas y esa luz portentosa que captó Sorolla en sus cuadros.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

LA HISTORIA DE PEQUEÑO


En el año 1997, Enrique Bunbury publicó «Radical Sonora». El disco fue mal acogido por un sector del público fanático de Héroes del Silencio y el resto no entendió esa deriva hacia la música electrónica. A mí me pareció un giro muy refrescante. Me lo compré después de pasar más frío que un esquimal cogiendo oliva en el campo de mis suegros.

Para recuperarse de su fallido debut en solitario, Bunbury decidió publicar un disco más y, en caso de que no funcionara, abandonaría la música para siempre. El álbum se llamó «Pequeño», salió a la venta el 6 de septiembre de 1999 y su primer sencillo era El extranjero: «Una barca en el puerto me espera / No sé dónde me ha de llevar / No ando buscando grandeza / Solo esta tristeza deseo curar». En nuestro viaje de bodas por Rumanía, el conductor del microbús nos dejó poner la canción. Realmente, impresionaba escuchar esos violines mientras atravesábamos los Cárpatos. El artista se sentía un extraño en su propio país, pero, aun así, no dejó de intentarlo.

A día de hoy, «Pequeño» me sigue pareciendo una obra maestra. Todas las canciones están guiadas por un afán de claridad, supongo que para alejarse lo máximo de los mensajes crípticos de Héroes del Silencio. El leitmotiv del disco podría palpitar en la nostálgica ¿Dudar?, quizás: «Pero sé que si me das / Un poco de tu cariño / Lo demás no va a importar». Cuando Enrique empequeñece, se agranda como ser humano. Nunca ha vuelto a escribir unas letras tan cercanas, humildes y profundas. Enrique nunca ha vuelto a ser tan Enrique.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

MANDERLEY


Mi Manderley es Guardamar y regreso en sueños a los aromas de la infancia. La casa de la calle San Pedro está llena de todas las personas que la habitaron y, algunas noches, como en el hotel Overlook, los fantasmas celebran un conciliábulo que molesta a sus actuales propietarios.

Mis tíos se pasean por el piso de abajo. Angelita enchufa la televisión para ver la telenovela del momento: «Cristal». Juan me ha enseñado a disparar una escopeta de balines. De repente, suena el timbre de la puerta. El primo Antoñico viene de visita: su talante alegre hace que se le quiera como a un soplo de aire fresco. Cantan las chicharras. La tarde declina con esa languidez propia del verano. Sacamos unas sillas a la calle. Por la camisa abierta, asoma la prominente barriga de mi padre.

Si los sofás del salón hablaran, contarían el amor que derroché con Sandra. Besos de nube, de reencuentro, de deseo, de despedida, de comerse a besos. Nos quisimos tanto que acabamos odiándonos.

Poco a poco, la casa se quedó vacía. Las horas pasaban con una lentitud feroz. Llevaba a mis hijos a la playa por la mañana y la abuela los secuestraba al atardecer para arrastrarlos a la iglesia.

Cuando Angelita murió, mi tía de Albatera se lució diciendo que había dejado un hueco muy grande. Siempre fue ancha de carnes y alegre de espíritu. Nunca volveremos a Guardamar, pues se ha convertido en un teatro de sombras. Hasta los desconchones de las paredes me recuerdan que la felicidad está junto a las personas que quieres.


miércoles, 21 de agosto de 2024

RUDY












Los Juegos Olímpicos nunca han sido el fuerte de la selección española masculina de baloncesto y, del mismo modo que Tokio 2020 sirvió para despedir a los hermanos Gasol, París 2024 ha sido la excusa perfecta para hacer lo propio con Rudy Fernández.

Jamás ha llegado a ser una figura tan mediática como Pau y Marc, pero Rodolfo Fernández Farrés siempre ha gozado de la fiabilidad de los entrenadores, entre ellos Sergio Scariolo. Por algo será.

Rudy es un jugador eléctrico, protestón de las decisiones arbitrales que considera injustas y anotador como pocos. En sus inicios, nos deleitaron su explosividad de piernas y su capacidad de salto para realizar mates espectaculares. Sin embargo, las lesiones de espalda acabaron con ese don insolente. Supo reinventarse en un gran defensor, un implacable lanzador de triples y un mago de los robos de balón.

Puso su granito de arena para que ganáramos el Eurobasket 2022 con una plantilla de jugadores en transición. En el partido contra Finlandia por los cuartos de final, la bronca que echó a sus compañeros durante el descanso sirvió de revulsivo para darle la vuelta al marcador.

Será imposible no echarle de menos en las cachas y no revisar algunas de sus mejores jugadas. A lo tonto, Rudy Fernández se ha colado en nuestros corazones por su compromiso con la selección. Nunca le he visto arrugar el morro en los encuentros importantes. De hecho, en su último día con la camiseta española venía de una conmoción cerebral por un golpe fortuito con su compañero Juancho Hernangómez. Un baloncestista épico.

miércoles, 14 de agosto de 2024

EL REGRESO










«Bueno, señor Puigdemont, me asombra que se haya entregado voluntariamente después de tantos años», dijo el Mosso d’Esquadra comprando un billete para Waterloo y metiéndolo en el primer avión de la mañana.

miércoles, 3 de julio de 2024

FICCIONARIO DE CHISTES

Mi sentido del humor deja mucho que desear, pero es mejor tener poca gracia a no saber reírse de uno mismo. Aprovecho para desearos feliz verano.

 

-¿Qué le pasaría a Thor si viajase a Galicia?
Que se convertiría en Torqueimada.

-¿Qué país de Europa es famoso por sus ranas?
Croaccia.

-¿Qué pintor español tenía una madre monja?
Sor Olla.

-¿Qué es lo que más odia una mujer lobo?
Los tacones con plataforma.

-¿Para qué se utiliza el curry?
Para no resbalarse, porque es curry.

-Una película sobre una meada corta…
El Pisito.

-¿Qué cantante español copiaba de niño en los exámenes?
Germán Coppini.

-¿Qué personaje de novela es el más quejica?
Aureliano Maldía.

-¿Cómo se le dice a un maestro que, a la vez, baila?
Pedagogó.

-¿Qué ciudad del mundo tiene el índice de lectura más alto? 
Paleermo.

Y uno de regalo:

-Un museo de Alicante para perezosos...
Mubag.

miércoles, 26 de junio de 2024

INMUNIDAD
















Los Conciertos de Radio 3 presentan a «Volcánicos». Su primera canción es: «Todo me la pela». El cantante lleva unos calzoncillos por sombrero, pero apenas me divierte ya. Cuando invita a Leticia Sabater a compartir escenario para hacer un dueto, cambio de vídeo. Pongo un partido de baloncesto. También me lo sé de memoria. El día que se acabe la electricidad, tendré que hablarme con el vecino. No hay muchas oportunidades para la vida social desde que la televisión dejó de emitir. 

miércoles, 12 de junio de 2024

SAN JUAN











Un hombre se quejaba durante un viaje en metro del mal trago que pasó en las últimas Hogueras de Alicante por falta de aseos públicos. «El alcalde hace una llamada al turismo, pero no instala sanitarios de plástico que acojan a tantas personas», decía enojado.

Juan —llamémoslo así— sufre de vejiga hiperactiva y ataques de ansiedad. La una le hace orinar cuando no quiere y la otra se lo impide a veces cuando lo desea. Es veintitrés de junio. Como todos los años, baja con su mujer a la playa del Postiguet para saltar las olas, un ritual de renovación que coincide con el solsticio de verano. El gentío abruma. La mayoría son jóvenes celebrando botellones, brincando sobre fogatas y encendiendo farolillos rojos que después lanzan al cielo.

Logran salir del paseo marítimo tras empujar, morder, sobar y acordarse de lo bien que uno está en casa. Cenan en una hamburguesería. Juan se agobia debido a la cola de gente que espera para orinar y no echa ni gota.

Pasan el resto de la noche buscando un baño tranquilo, algo casi imposible porque las Hogueras se regodean en el bullicio y la algarabía. No en vano muchos alicantinos emigran. Atraviesan una ciudad sin ley donde la gente evacúa en la calle envalentonada por el alcohol. Llegan incluso a probar fortuna en la Estación de tren, pero el acceso a los servicios está precintado.

Al límite de la resistencia, Juan halla como por casualidad un par de cabinas a la altura de la Plaza de los Luceros. Son las primeras que no pertenecen a una barraca para uso exclusivo.

Bajé en la misma parada que el caballero. Discretamente, deslicé en el bolsillo de su gabardina una tarjeta de mi amiga Lola. Coach emocional. Su lema es que siempre hay tiempo para un abrazo.

¡FELICES HOGUERAS!

miércoles, 5 de junio de 2024

LIBACIONES






















El camarero
pregunta qué va a ser.
El raro bebe Fanta Limón,
agua o nada.
La Coca-Cola,
eso sí es español.
Los cerveceros
se solazan de su panza;
los amigos del vino
charlan.
Y, a escondidas,
alguien sorbe
el caldo de los berberechos.

miércoles, 29 de mayo de 2024

MEJILLONES


No dejéis volar vuestra mente calenturienta cuando os diga que mi padre adoraba los mejillones al vapor. Eran un delirio que rozaba la obsesión. Al quejarme de que todos los domingos comíamos el mismo aperitivo, compraba bígaros o almejas un par de semanas para disimular. Luego volvía a su eterna costumbre. Me pregunto qué tendrían aquellos moluscos bivalvos para gustarle tanto. Quizá fuera su sabor o que le traían algún recuerdo de infancia. He pasado de aborrecerlos a echarlos de menos.

miércoles, 15 de mayo de 2024

DE COMPRAS


En la plaza Jemaa el-Fna perdí a mi mujer un día de verano. La busqué durante horas entre los puestos de especias y marroquinería. Me pareció verla junto al encantador de serpientes, pero era alguien de similar hechura. Volví solo a España, di la noticia a sus padres y crie a nuestros hijos lo mejor que pude. Cuando estaba a punto de rehacer mi vida, entró en casa como una exhalación. Venía cargada de bolsas. Dijo, a modo de disculpa, que se le había ido el santo al cielo.

miércoles, 1 de mayo de 2024

FICCIONARIO GREGUERIL

No sé qué pensaría Ramón Gómez de la Serna si levantara la cabeza. La vida es una señora tan aburrida que necesitamos el perfume de la imaginación para soportarla.

 

El LAPICERO es el punki del escritorio.

 

Los MITONES son las serpientes pitón de los guantes.

 

Las PERCHAS son ganchos de carnicero que sirven para dejar colgada nuestra segunda piel.

 

La TABLETA DE CHOCOLATE es un piano que se toca con los dientes.

 

El ALMANAQUE es la lengua que nos saca la pared para burlarse de lo rápido que pasa el tiempo.

 

El POEMA es un jeroglífico que nadie consigue descifrar mientras el autor se vanagloria de ello.

 

Los APARATOS DE AIRE ACONDICIONADO son los tocadiscos enjaulados de las fachadas.

 

La BATA BLANCA produce un efecto relajante similar a la marihuana, pero los más viciosos no se conforman y se llevan drogas de recuerdo.

 

La LÁPIDA es una lata caducada de queso fuerte a la que olvidaron ponerle una anilla.

miércoles, 17 de abril de 2024

SANTA POLA



Hemos perdido la capacidad de no hacer nada y de deleitarnos con la simple observación. Las vacaciones se han convertido en un estresante periodo de maletas, horarios y gente. La señal inequívoca de que no disfrutamos es que, al volver, debemos descansar de las mismas. Por esa razón, un año más he vuelto a pasar unos días completamente solo en Santa Pola. Sobre todo, me atraía el reto de saber si sería capaz de arreglármelas por mí mismo.

Llegué el Jueves Santo a un cuarto piso sin ascensor. Aquel día no solo tuve que conectar la luz y el agua, sino también llené la nevera con más dudas que certezas porque soy un cocinero pésimo. La casa olía como la tumba de Tutankamón. Aquella noche no pegué ojo, pues las delgadas paredes filtraban los sonoros bostezos del vecino.

El viernes estuve tentado de limpiar, pero hacía un sol tan fabuloso que subí caminando hasta el Mirador del Faro. Invertí unas tres horas en cubrir de polvo mis zapatillas nuevas. Coincidí en el sendero con parejas, grupos de amigos, familias y dueños de perros. Muchos hablaban a gritos, incapaces de escuchar los mil y un sonidos de la montaña.

Durante el fin de semana, reuní valor y productos de limpieza para cumplir el juramento que le había hecho a la dueña: adecentar el piso a cambio de mi estancia. Barrí y fregué a discreción. Dejé el cuarto de baño que parecía el reino celestial. Una moscarda se introdujo, sin duda huyendo del fuerte viento, cuando me disponía a salir.

Una de las películas que me acompañaron, Formentera Lady (con el gran José Sacristán), habla de un solitario empedernido que descubre la importancia de los lazos gracias a su nieto. Yo no sabía bien qué hacía apartado de mi familia. Supongo que el amor también es eso: saber alejarse para volver fortalecido.

El lunes vino mi mujer a rescatarme con el coche. Había llenado la nevera de comida para un regimiento sin darme cuenta.

Cuando me disponía a cerrar la llave de paso —situada en el rellano del portal—, descubrí que había aflojado sin querer el contador de la luz de algún vecino. Este lo había devuelto a su estado original y, seguramente, se preguntaría por el gracioso.

miércoles, 20 de marzo de 2024

CONTRA EL OLVIDO


Paseaba con Carmen una tarde de verano cuando se acercó una mujer a saludarla. Deduje por la conversación que eran viejas amigas del pueblo. En Guardamar, darle al palique en medio de la calle es casi una religión. Tras despedirse efusivamente, le pregunté a mi madre, muerto de curiosidad, quién era. Me dijo que no se acordaba y nos entró la risa.

El olvido es un tema tabú que, a diferencia de Carles Puigdemont, no abre informativo alguno ni copa la primera plana de ningún periódico. Da igual la etiqueta que le colguemos: Alzheimer, deterioro cognitivo, desmemoria o ido de la olla. Enfermos y familiares se enfrentan prácticamente solos —debido a la deshumanización de algunos neurólogos y las trabas a la Ley de Dependencia— a situaciones traumáticas que los superan. La novela Las dos Adelaidas (Sargantana, 2023) de Elena Casero reivindica una enfermedad sobre la que pesa el más vergonzoso silencio, pero, sobre todo, el papel callado del cuidador.

Su argumento es sencillo. Una joven de veinticinco años tiene que hacerse cargo de su madre enferma mientras su hermana, que vive en Australia, se limita a seguir los acontecimientos por teléfono. Las fotografías antiguas y un diario escrito en la juventud ayudan a la anciana a rescatar la historia de las mujeres de la familia y, de paso, retrasa la inevitable pérdida de memoria. Elena Casero rinde homenaje a todas aquellas esposas y madres del siglo pasado condenadas a ser una sombra del esposo, a realizar las tareas domésticas, a cuidar de los mayores. Un simple cambio de titularidad en el banco por defunción demuestra qué poco han cambiado las cosas y cuánto queda por hacer.

La novela emociona gracias a la acertada elección de una joven narradora en primera persona. Me conmueve su vida truncada, sus sueños aparcados, su escasa sexualidad. Un manual indirecto sobre la vejez que debería ser lectura obligada en los colegios: «Nadie te avisa de que, mientras ella se muere, te has de convertir en su madre».

Como buena valenciana, Elena Casero salpica la historia con pinceladas de humor que sirven para ofrecer un relato verosímil donde las penas se barajan con las alegrías. Me parece descacharrante la escena en la que la anciana, en uno de sus inteligentes desvaríos, le presenta a Adelaida al mismísimo Franco y, además, le suelta cuatro verdades.

Me consta que la autora no es amiga de promocionar excesivamente sus libros, lo cual no significa que no haga presentaciones. Solo prefiere no dar demasiado el coñazo al lector. Esta actitud, digna de elogio en los tiempos actuales, proviene de alguien que ha corregido su obra hasta la saciedad y está segura de su valor. No hay mejor campaña publicitaria que una novela sin faltas de ortografía, ni lugares comunes, ni fallos gramaticales. Y, por si esto fuera poco, no he parado de anotar frases memorables que ojalá se me hubieran ocurrido a mí.

A veces, cuando mi madre me saca de quicio con sus involuntarios olvidos pienso en el consuelo de la literatura, en que se diría que Las dos Adelaidas ha sido escrita para nosotros. Anima a disfrutar de nuestros mayores mientras podamos. Gracias a su sacrificio, hemos logrado lo que ni siquiera ellos se atrevieron a soñar.


HASTA LA VISTA, MIRONES.
FELIZ SEMANA SANTA.

miércoles, 13 de marzo de 2024

SANTOS



Mi padre no era muy religioso, pero, por contentar a mi madre, que es una auténtica talibana, iba a la iglesia los domingos y se confesaba una vez al año. Lo recuerdo hecho un pasmarote en la última fila del templo, al lado de la puerta por la que siempre entraba el último y salía el primero, mirando al frente sin ver, con la imaginación distraída en otra parte. Ambos sabíamos, sin comentarlo jamás entre nosotros, que no creía en toda aquella parafernalia.

miércoles, 6 de marzo de 2024

SALDOS ARIAS




Mi padre trabajaba en una humilde tienda de ropa llamada Saldos Arias. Recuerdo que era un edificio ubicado en la calle Mayor de Alicante. Nunca pasaba nada, salvo que una vez fueron a comprar chandals algunos jugadores de los Globetrotters. Ahora han rehabilitado el inmueble y es la sede del restaurante Fondillón, que pertenece al hotel de cinco estrellas Hospes Amérigo. Cuando paso por allí, me entran ganas de hacerles cosquillas a esos camareros tan estirados.

miércoles, 21 de febrero de 2024

EL APERITIVO


«Y esto es solo un aperitivo de lo que te espera cuando estemos casados», dijo la anciana dándole un beso en la boca a su enfermero.

FINALISTA en el Concurso Cuenta 140 de El Cultural.


miércoles, 14 de febrero de 2024

EL PLAN





















Me gusta trabajar en la academia porque no debo ceñirme a un programa establecido ni aguantar a un jefe. Tampoco necesito preparar las clases. Improviso como un músico de jazz a partir de las propuestas de los alumnos.
     —Sintaxis —dijo Nerea.
     Le expliqué que una oración subordinada era una señora que dependía económicamente del marido. En cambio, las coordinadas son mujeres independientes.
     —Yo quiero ser subordinada, que me mantengan y no hacer nada en todo el día.
     Un compañero rio la gracia.
     —Vaya porquería de plan.
     Se miró las uñas: eran superbonitas. Tres años después, vino a decirme que se estaba sacando el graduado en un Centro de Adultos.

miércoles, 31 de enero de 2024

EL CUATRO





















En Alicante, la línea cuatro o autobús del cementerio atraviesa toda la ciudad. Es una experiencia realmente agotadora. Parece una película de nuestra vida proyectada a cámara lenta. Por si fuera poco, la mayoría de sus usuarios pertenece a la tercera edad. Así pues, el cóctel explosivo está asegurado.

Aquel viernes debía resolver unos papeles sobre la transmisión de una sepultura, de modo que subí resignado al autobús. Una vecina del barrio me atrapó en su monólogo: imposible avanzar o retroceder en aquella lata de sardinas. Comprendí con horror que me quedaba una hora de monosílabos adormecidos.

En la avenida Aguilera, a la altura del teatro Arniches, montó un caballero con ganas de gresca. Llevaba esperando una eternidad y estaba convencido de que habían suprimido un coche. El conductor se revolvió como si le hubiera picado una avispa. «Llame a la empresa y no me toque las narices», fue lo más bonito que le dijo. Aproveché la coyuntura para huir cobardemente de la vecina.

Los ánimos estaban crispados. Alguien se atrevió a reprochar al caballero que sus gritos le habían herido los tímpanos. El hombre escupió que se pusiera tapones. No era otra que mi vecina. Una abuela dijo: «Éramos pocos y parió la abuela».

Reinaba un espeso silencio cuando se abrieron las puertas en el Centro de Especialidades Babel. El cuatro quedó semivacío. Llegamos al cementerio dos únicas personas: el caballero y yo. El hombre se incorporó por fin a su puesto de trabajo y me sonrió a través de la ventanilla con cara de circunstancias.

miércoles, 24 de enero de 2024

QUÍMICA















Al ir a matar una mosca que lo estaba distrayendo de un ardor que creía olvidado, perdieron la oportunidad que, a sus ochenta años, solo se presenta de tarde en tarde. No tenían ninguna prisa. Esperarían tanto como fuera necesario. Volver a enamorarse es una cosa muy seria. 

miércoles, 10 de enero de 2024

AMANECER














Cada uno de enero,
se desata una euforia colectiva
de proyectos
que jamás verán la luz,
de promesas
que nunca cumpliremos.
Deja pasar unos días:
los verdaderos cambios
vienen de adentro.


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