miércoles, 21 de diciembre de 2022

LA ETERNA CANCIÓN


Con el solsticio de invierno siempre me asalta la misma pregunta incómoda. ¿Para qué demonios sirve tanta bondad si somos unos cabrones el resto del año? No sé qué droga tendrán los turrones que provocan unos incontenibles deseos de ser buenas personas. Sin embargo, al acabarse la magia de estas fechas, despertamos al planeta diario. Vuelven entonces las malas caras, los exabruptos, los ojos de cordero degollado. Es por ello que propongo la creación de un Club de Amigos de los Días Después de Vacaciones. Sé que seré el único socio, pero la soledad no supone un problema para mí. Disfrutad como cosacos de la existencia, no desperdiciéis un solo instante con lamentos, cometed la barbaridad de ser felices sin importar el cómo ni el cuándo. Levanto mi copa por vosotros. Feliz Navidad, mirones. 

Christmas cortesía de Mónica.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

INTOCABLE



He tenido la inmensa suerte de vivir una historia de amistad parecida a la de la película Intocable (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011). Salvando las distancias, claro.

La principal diferencia con Driss (interpretado por el actor Omar Sy) es que, obviamente, yo no pertenezco a la raza negra y, por supuesto, nunca he cobrado por mi labor. Desempeño un voluntariado para la Fundación Dasyc de Alicante desde el año 2012.

No acaban ahí los contrastes. Philippe (François Cluzet) sobrelleva lo mejor que puede una tetraplejia y ama la música clásica. José Luis Ruiz Dangla, mi usuario, era un parapléjico enamorado de Triana, el grupo de rock progresivo. Al principio, solía pasearle por el barrio de Carolinas Altas en silla de ruedas. Cruz Roja se ocupaba de bajarlo a la calle: vivía en un cuarto sin ascensor. El pésimo servicio de la institución hizo que pronto prescindiera de sus atenciones. Desde entonces, lo visitaba semanalmente y me invitaba a un café. En su salita, charlábamos sin tapujos ni pelos en la lengua. De vez en cuando, Nuria, la vecina, se unía a la tertulia. Adorábamos los temas paranormales y, como a cachondos tampoco nos gana nadie, habríamos celebrado una sesión de ouija solo para preguntar el número del Gordo de Navidad. También compartíamos la falta de fe. Nos habría gustado darle la murga a algún cristiano con las ventajas del ateísmo del mismo modo que ellos procuran nuestra conversión a toda costa.

La pandemia del coronavirus impidió que le viese, pero no pudo romper el lazo afectivo que nos unía. Las llamadas telefónicas no cesaron. Su voz me tranquilizaba en medio de las desalentadoras cifras de muertos y durante el encierro domiciliario del estado de alarma.

Silencioso como un gato, José Luis subió a uno de sus queridos trenes para emprender el último viaje. Me lo imagino conduciendo un talgo sin dejar nunca de sonreír, pues tal era el talante con el que mi amigo encaraba siempre la vida.


Publicado en la sección Cartas de los Lectores del diario Información (12/01/2023).

miércoles, 7 de diciembre de 2022

TRATO HUMANO


Tengo ganas de largarme de aquí. Igual que la veintena de clientes que hace cola. Aunque parezca increíble, la puerta vomita sin parar otros incautos que se suman a la fila. De las tres cajas, solo una está de servicio. La colega de la única cajera que trabaja —con la parsimonia de un caracol— se marchó a almorzar o a la peluquería sobre las diez. Son las doce menos cuarto de la mañana. En las mesas no labura nadie y, para colmo, la directora de la sucursal mantiene cerrada la puerta de su despacho. De haberlo sabido antes, no habría entrado a robar. Ahora ya es cuestión de orgullo que me atiendan.


Incluido en la antología del II Certamen Rubric de Microrrelatos.

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