viernes, 23 de marzo de 2012

VAREANDO ONCES















José Antonio López Rastoll viene a la ONCE para presentarnos su nuevo libro de relatos. Leeremos algunos de ellos, comentaremos los pormenores de la obra y podrás preguntar al autor sobre sus creaciones, gustos literarios...

El autor nos invita, desde la contraportada de su libro “Vareando Nubes”, a sacudir las nubes y recoger los sueños, las ilusiones, las esperanzas... que de ellas se desprendan. Es una bella imagen, ¿no os parece?

La presentación tendrá lugar el martes día 27 a las 11:30 de la mañana, dentro de la actividad “Punto de lectura” que venimos realizando en la Sala Multiusos (1ª planta) de nuestra sede en Alicante.


Antonio Díaz Palao

jueves, 15 de marzo de 2012

PEQUEÑOS DETALLES

«Los detalles lo son todo». Es la frase que Sergio G. Ros pone en boca del detective Vargas, uno de los personajes más carismáticos de su novela El ladrón de compresas (Amazon, 2011).

Curioso y llamativo título, como lo fuera en su época El reinado de Witiza (Ediciones Destino, 1968) de Francisco García Pavón. Ambos autores tienen tal querencia por los senos que cabría preguntarse si no quedaron traumatizados por Amarcord de Fellini (1973). Aunque parezca mentira, García Pavón confecciona un catálogo de tetas en su novela. Sergio G. Ros, en cambio, nos regala el personaje de Susana Ruiz. Muchas son las alusiones a sus «lolas» a lo largo de las páginas, detalle que rebaja un poco el dramatismo de la trama.

Sofía Jiménez, una estudiante universitaria, es secuestrada al salir de la facultad. La policía tiene una sola pista: un video grabado accidentalmente y recibido por un antiguo amigo. La agente Ruiz, ayudada por Vargas y el aprendiz Eduardo Cortés, intentará esclarecer el caso.

Que Sofía narre en primera persona su secuestro es un hallazgo espeluznante del autor, pero no el único. También lo es reflejar la lucha de poder entre policías por lograr un ascenso, no por liberar a la rehén. En este sentido, Mulero es un agente muy cualificado pero con un ansia desmedida de reconocimiento. Representa la dualidad humana que tan bien expusiera Robert Louis Stevenson en su inmortal clásico.

Pese a utilizar una prosa desenfadada, El ladrón de compresas indaga en la corrupción moral del individuo y advierte de la existencia del mal en estado puro. Uno no sabe a quién temer más: al psicópata abandonado a sus instintos o al policía borracho de triunfo.

Si afina en la puntuación de sus diálogos, Sergio G. Ros se convertirá en pocos años en un excelente narrador de intriga y misterio. Por lo pronto, a un servidor El ladrón de compresas le ha mantenido en vilo hasta el final. Pocos escritores pueden presumir de eso.

lunes, 12 de marzo de 2012

VAREANDO NIEVE



















Así reciben VAREANDO NUBES mis amigos de La Nieve, y es una sensación extraña la que tengo, como si una parte de mí, la más canalla y sentimental, ya no me perteneciera y estuviera para siempre con ellos.


miércoles, 7 de marzo de 2012

NUBES EN EL GARBÍ



Realmente tiene que producirse una conjunción astral para que el día que presentas oficialmente un nuevo libro te caiga encima una manifestación de 60.000 personas. No es que me moleste que los profesores se movilicen. Faltaría más. El único inconveniente es que había que usar un helicóptero para llegar a Café Garbí el 25 de febrero. Aún así, se congregaron alrededor de sesenta personas para escuchar lo que tenía que decirles. Hasta la profesora de Clara, mi hija de tres años, estaba allí. 

Decidí que lo más sensato era ir paseando hasta la cafetería. Allí me esperaba Elena Higueras, la presentadora y jefa de prensa de Atlantis. Me hubiera gustado charlar tranquilamente con ella, pero amigos y familiares empezaron a llegar en tromba, y me arrastraron en una nube de besos.

Recordé la fría tarde de domingo que conocí al huracán de simpatía que son Blanca y Luca, dueños de Café Garbí y mecenas de la cultura alicantina. En su local tienen cabida monólogos, cuentacuentos, espectáculos de magia…










Me sacó de mi ensimismamiento Elena, que había empezado a zarandearme por los hombros ante la impaciencia general. Pedimos algo de beber y nos situamos cómodamente en el escenario. 

En su introducción, agradecí a Elena que no confundiera Vareando nubes con una novela. Y esto que digo no es metáfora. En cuanto me tocó hablar, sentí que de mi boca salían pompas de jabón que flotaban por la sala. Me habría encantado perseguirlas para romperlas. Era el efecto del cubata que me aconsejó Maribel Romero. 

Al oír aplausos, supuse que Elena ya habría concluido y que, por tanto, me tocaba a mí. Sin embargo, el acto estaba a punto de finalizar. Era el turno de preguntas. Mi primo David, acodado en la barra, abrió fuego: quería saber cuál era el cuento que menos me gustaba del libro. Le contesté que empezaba a deshechar relatos y lo dejaba en cinco páginas. Así que invirtió la pregunta. Y empecé a irme por los cerros de Úbeda. 







La excusa perfecta para charlar con la gente es la firma de libros. Algunos ya conocían mi estilo, otros empezaban a intuirlo. La mayoría estaban contentos porque no me había alargado demasiado, porque se habían tomado varias cervezas, porque habían conocido a la mujer o al hombre de su vida, porque iban a ser padres… 

En mi honor, las mesas del Garbí se vistieron con cientos de nubes de fresa que mis hijos devoraron hasta la diabetes. Alfonso me felicitó cuando apenas quedaba nadie en el local. Dijo que había conseguido representar muy bien el libro. Y se comió otra nube en mis narices.

viernes, 2 de marzo de 2012

LIBRO DE VISITAS















Si has leído VAREANDO NUBES y quieres expresar tu opinión, este es tu espacio. Si alguno de sus cuentos te ha hecho reír o te ha emocionado, este es tu lugar. Si no te ha gustado también lo puedes decir, siempre desde el respeto.
¿Que no tienes el libro aún? Si me escribes a lobo74estepario@hotmail.com arreglamos ese desaguisado. Me dices tu dirección postal y te envío el libro firmado de mi puño y letra. Ah, y los gastos de correo gratis. 

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