Este síndrome pospandémico se parece a la nostalgia de esos ancianos que aseguran que con Franco se vivía mejor. En el fondo, pone de manifiesto la falta de empleo digno en este país. Las dos opciones a las que cualquier trabajador se enfrenta: echar más horas que un reloj con los consiguientes problemas de estrés o ganar un sueldo miserable que solo te sirve para subsistir.
El estallido de la primavera coincide con el tercer aniversario de aquel horror. Pasamos meses en una cárcel de oro que el Gobierno nos vendió de dos en dos semanas. Me aficioné al baloncesto en diferido. Os recomiendo el choque contra la Serbia de Djordjevic en el Mundial de China 2019. Los serbios estaban tan pagados de sí mismos que no soportaron el hecho de ir por debajo en el marcador y perdieron ante una España superlativa.
La soberbia humana también ha sufrido uno de los peores reveses de su historia, aunque ya casi nadie se acuerde. En apariencia, la vieja normalidad ha regresado. La mascarilla apenas resiste en hospitales y farmacias. Sin embargo, el cerebro tarda en digerir sucesos traumáticos. Los edulcora. ¿Eres un nostálgico de la Pandemia?