Cierta amiga
me dijo que El antropoide (Candaya,
2021) le había parecido pornográfico. Aquel comentario, sin duda, espoleó mi
curiosidad como la mejor de las reseñas. No me entusiasman los saltos mortales
lingüísticos de Fernando Parra Nogueras, pero reconozco que su estilo
abarrocado es literatura en estado puro. Muy Luis Landero. Eso sin contar la
hondura humana que destila cada nueva historia que el autor alicantino nos
regala. Por eso, al toparme con la novela dedicada a la biblioteca Azorín por
su contribución a la cultura no lo pensé dos veces.
Podríamos caer en la tentación simplista de decir que nos encontramos ante Las edades de Lulú en versión masculina. No obstante, hallo una carga emocional mayor y un lenguaje más poético que en el clásico de Almudena Grandes. Eduardo es un adicto al sexo que se siente culpable de sus inclinaciones. El amor de Cloe, secretaria en el periódico donde trabaja, aplaca sus instintos durante una temporada. Sin embargo, el lobo de la carne solo espera la oportunidad de saltar sobre él y devorarlo.
Como en la canción «Animal» de Luis Eduardo Aute, El antropoide es una defensa del instinto que la sociedad y la cultura domestican siempre que no haga daño a nadie. Ese señor Hyde que todos llevamos dentro y cuya negación suele ser fuente de tanta infelicidad. En tiempos donde la libertad de expresión está cada vez más vigilada por la policía de lo correcto y donde la gente se rasga las vestiduras por cualquier tontería, debo decir que me ha encantado. Ojalá Fernando Parra Nogueras continúe sin reprimir su verbo desnudo. No concebiríamos a Bukowski en plan modoso.
No conozco el libro y menos, y es lo que me sorprende, la canción de Luis Eduardo Aute, siendo uno de mis cantantes de toda la vida.
ResponderEliminarSaludos
Quítate el vestido, quítate el desnudo
ResponderEliminarY muéstrame al animal
Suelta, suelta, suelta
El animal que llevas dentro
Y ponte bélica...
Conoces muy bien a Aute, para haber elegido esta canción .
El libro no lo conozco y de no ser por recomendación no creo que me hubiera ido a comprarlo. Un abrazo