No debemos
esperar siempre a que algo ocurra.
Esta frase hace referencia a una de
las preocupaciones del ser humano actual: la falta de tiempo. Además, es una
invitación a luchar por nuestros sueños. Pertenece a Siete puentes sobre el Sena, el debut literario de María José Aguilar, que tiene el mérito de haber ganado el V Certamen de Novela López-Torrijos
organizado por editorial Ledoria.
Clara y Javier dirigen una revista
especializada en cine y, por si esto fuera poco, son pareja. Al no dedicarse todo
el tiempo que deberían, su relación atraviesa un bache. En medio de esta crisis
vital, Clara recibe una llamada de su abuela desde el lecho de muerte.
Lala le pide a su nieta que
solucione algo del pasado que dejó sin concluir. La clave para comenzar la
búsqueda se encuentra en una caja escondida en el desván. En su interior, Clara
hallará un poema arrancado de un libro, una postal amorosa y una fotografía
antigua. Suficientes elementos para que la periodista decida viajar a París a desentrañar
el pasado de su abuela y, de paso, aclare su presente.
Al tiempo que Clara desenreda la
historia de amor que vivió su abuela en el exilio francés, se reencuentra con
sentimientos que creía dormidos en la persona de Étienne, encargado de una
editorial artesana de peculiares características: «No se trataba de un negocio
creado para ganar dinero, sino para defender sus ideales y alzar libres sus
voces, algo que no era demasiado fácil el año de la puesta en marcha de la
editorial, en 1948».
Es raro que una novela inspire
valores como no descuidar a quienes nos importan o cuidar de nuestros ancianos,
auténticas bibliotecas de la memoria viva. Además, mantiene la intriga hasta el
final sobre por qué Lala y Blas no pudieron ser felices juntos, un rasgo del
género detectivesco.
El lenguaje claro y sencillo se
entrega en pequeñas dosis, lo cual hace de Siete
puentes sobre el Sena una novela fácil de leer. Algunas repeticiones de
palabras, no obstante, se podrían haber resuelto con sinónimos.
El público sensible hallará en la obra de María José Aguilar una historia de amor que desafía al tiempo, y que anima a tender puentes para que las cosas sucedan antes que pretender que se hagan solas.
Acción, reacción. Un principio básico que en ocasiones se empolva con supersticiones que rompen el binomio. Conviene recordar que el cumplimiento de nuestros sueños no depende de las estrellas, por antipoético que resulte.
ResponderEliminar"¿Qué pasa cuando no pasa nada?..." Pues que hay que remangarse y ponerse manos a la obra.
Muchas felicidades a María José Aguilar, espero que su empeño le depare muchos más triunfos.
Abrazotes.
Lo malo de los poetas es su nulidad para la acción. Por eso adoro la narrativa.
EliminarUn abrazote.
Buena reseña para una buena novela. María Jose ha sabido darle un toque dulce a una historia que en realidad encierra mucha amargura. Disfruté con ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para contar una buena historia, y de eso los chinos saben mucho, nada como el agridulce. María José aporta serenidad a una historia de desesperación.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tus palabras José Antonio. Me las llevaré a mi microcosmos, con tu permiso.
ResponderEliminarPor cierto, he pedido "Vareando nubes" en la casa del libro y me han dicho que estaba agotado...
Un abrazo.
Lo que no he encontrado ha sido una canción ilustrativa, lo cual demuestra que en música francesa estoy pez.
EliminarEn cuanto a VN, escríbeme a lobo74estepario@hotmail.com, y hablamos.
Un abrazo.
Hola. Sólo un pequeño apunte: el certamen literario no lo organiza Editorial Ledoria, lo organiza la empresa que aporta el nombre al certmamen literario Correduría de Seguros López-Torrijos y Montalvá. La editorial publica el libro siguiendo el acuerdo establecido la correduría y el que establece oportunamente con los escritores. Abrazo virtual ya que, de momento, no puede ser real.
ResponderEliminarTomo nota de ello, Mario, por si reseño algún otro libro del certamen. De momento, ya van dos: el de Maribel Romero y el de María José Aguilar. Por cierto, como miope me encanta la letra gigantona que utilizáis en los libros, pero me dirás que eso es cosa de la imprenta...
EliminarUn abrazo.
José, me encantó la obra de María José. Imagínate lo que podemos esperar de ella a partir de ahora. Por otro lado, me ha encantado que este certamen haya premiado a dos personas que desde que leí sus primeras palabras me parecieron ambas caballos ganadores.
ResponderEliminarTu crónica, como siempre, con tu sello personal.
Un abarzo.
Buenas literatas, diría yo, porque son capaces de transmitir emociones con las palabras más sencillas. Gracias por leerme. Como diría Bunbury: "Me dices que soy algo particular..."
EliminarUn abrazo.
Tender puentes… Qué buena actitud y que buena reseña, José Antonio. Creo que no puedo demorar por más tiempo la lectura de la novela.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Tender puentes siempre es mejor que destruirlos. Al menos, en lo que respecta a uno.
EliminarUn abrazo.