Fue a
casa para que le lavara la ropa y, de paso, soltara algo de pasta, pero su
madre dijo: «No, Cataluña, ya eres independiente».
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Paseaba con Carmen una tarde de verano cuando se acercó una mujer a saludarla. Deduje por la conversación que eran viejas amigas del pueblo....
Nunca he sabido qué diferencia a un valiente de un suicida. Huumm
ResponderEliminarYo sí : la inteligencia
EliminarUna vez te prometí, Esther, que publicaría este micro. He cumplido.
EliminarUn abrazo.
Muy agudo, Clemente.
EliminarEl precio de la libertad :)
ResponderEliminarGran alegoría.
Un abrazo.
Es un precio muy alto, que, esperemos, no haya que pagar.
EliminarUn abrazo.
Irónico e inteligente.
ResponderEliminarMuchas gracias, Pepe.
EliminarEs lo que tiene ser independiente, que se es con todas las consecuencias, sin recurrir a mamá. Buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este es un caso peculiar, pues no hay por qué elegir entre irse de casa o quedarse. Se pueden tener los dos mundos.
EliminarUn abrazo.
Si se sabe convivir, claro.
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