El Mirador, que nació porque sí y acabará cuando no me divierta, cumple cinco años.
Me
pregunto cómo celebrar este pequeño hito, a quién invito, a quién ignoro. Supongo
que me quedo, por una parte, con la gente que me ha aportado algo, que es
mucha. Y poco a poco dejo atrás al personaje que me inventé, a ese crápula, que
no es más que una máscara donde ocultarse, y voy entrenándome para ser yo
mismo, con mis penas y alegrías.
En
marzo de 2009 colgué la primera entrada de este diario para descarados mirones,
para voyeurs, y fue ni más ni menos que el relato Una de zombis. En
estos cinco años, he publicado en ediciones Atlantis los libros de cuentos El Mirador y Vareando Nubes, y he participado en más de una docena de antologías
de cuento y microrrelato.
Publicar
es un chute de adrenalina y un orgullo que nadie te puede quitar, pero en los
últimos tiempos me gusta ensimismarme en el laboratorio, y ya no lo veo tan
importante ni decisivo. Es una etapa más que llega si uno trabaja con seriedad
e ilusión en un proyecto. A veces tengo la sensación de que estoy corriendo una
carrera contra mí mismo, y me digo que no hace falta demostrarse nada. Supongo
que, por eso, es tan apasionante escribir y tan agotador.
De
las secciones que he creado para el blog, una de las más queridas ha sido las «Crónicas
de Lobo López». En ellas he sacado a la luz esa faceta de periodista que todos
llevamos dentro. El artículo Lobo en Madrid es uno de mis favoritos.
En los «Cuentos de
Lobo López» he intentado dar cabida a los relatos que entraron y no entraron en
mis libros. Uno de los más leídos ha sido El videoclub.
Sería
imposible nombrar a todos los escritores a los que he dedicado una «Reseña
literaria», siempre con afán de disfrutar dos veces de la lectura, de criticar
constructivamente. Aquí hubo de todo, desde autores agradecidos hasta
indiferentes. Unos se mosquearon y otros sencillamente no dieron señales de
vida. La ventana indiscreta tiene aroma a clásico.
No
podía dar carpetazo a este quinto aniversario sin hablar de los «Microrrelatos»,
una de las secciones más grandes. Tan fácil de leer, tan amena y divertida. El mosquito se lleva la palma.
Muchos saludos a quienes me leen en la sombra o me asombran con un comentario. Me enorgullecen los seguidores de cualquier parte del mundo, ya sean americanos, españoles, alemanes o chinos. Para ellos y para mi público femenino va este beso con lengua.
Me parecía una entrada muy madura y profesional hasta que he llegado a la despedida.
ResponderEliminarAmigo mío: tú nunca sabrás lo que es un beso con lengua hasta que mi podenquete te pille desprevenido (en el parque lo apodan "lengua rápida").
Y ahora voy a seguir navegando por tu lustro literario porque eres un mosquito impertinente que me ha picado en plena curiosidad.
Un abrazote.
PD: Esta vez no he dejado que la "tecnología de blogger" me haciera la pirula...Je,je,je. He guardado mi comentario en un .doc en previsión de que se esfumara :-p
Gracias, Ester. Lo del beso con lengua me parecía un colofón lógico a cinco años de literatura y cotilleos. Ojalá me libre de los morreos de tu perrete.
EliminarUn abrazo.
Jose, no puedo por menos que felicitarte por este gratificante periodo en el que has tenido la puerta de tu blog abierta al mundo y, como no, también felicitarme por haber tenido la fortuna de haber podido disfrutar de ti, contigo, con nosotros, con ellos, ..., con todos.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Sin ti no sería lo mismo, de verdad. Muchas veces, cuando escribo esto o lo otro, me pregunto lo que pensarás al leerlo. Aunque eso no me cohíbe a la hora de decir lo que pienso, sí que me estimula.
EliminarUn abrazo.
Felicidades, Jose. Tiene mucho mérito mantener activo y con interés un blog durante tanto tiempo. Espero que cumpla muchos más, o lo que es lo mismo, que nunca dejes de divertirte.
ResponderEliminarPor cierto, me ha hecho mucha ilusión volver a asomarme por esa ventana indiscreta que nos conduce al universo de Amanda. Gracias.
Un abrazo.
Es difícil, sí, mantener una bitácora con unos niveles de calidad e interés razonables. Soy consciente, además, de que no soy Cervantes. Menos mal, ¿no?
EliminarEn cuanto a la ventana, no he hecho sino reflejar el interés del público por este artículo, que ha sido el más leído.
Un abrazo.
Mi felicitación tardía, José Antonio. Por lo que he leído, "volvemos" al unísono y durante mi ausencia has celebrado estos cinco años que espero que se conviertan en muchísimos más.
ResponderEliminarSiempre es interesante echar la vista atrás y pasear por aquellas letras que se nos escaparon porque aún no habíamos llegado hasta aquí.
Un abrazo.
Me alegra que estemos de vuelta, y que eches la vista atrás conmigo. Probablemente sea la única forma de comprender que un escritor no nace sino que se hace.
EliminarUn abrazo.