—Buenos días —dije con la mejor de mis sonrisas—, ¿podría colaborar con el Banco de Alimentos?
—Lo siento —respondió sin detenerse—,
no quiero lotería de Navidad.
Mis amigos dicen que me dedico a vivir del cuento. No he escrito ninguna novela porque me parece un género poco comercial.
Es lo que tiene la época, no solo la Navidad. Forma parte de nuestro paisaje cotidiano, uno al que cuesta girar la cabeza.
ResponderEliminarOjalá tus palabras puedan ayudar a cambiar la realidad.
Un abrazo.
A veces me levanto pensando que la solidaridad debería ser asignatura obligatoria en colegios, y no la religión.
EliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo.
EliminarEstamos alienados por el consumismo y la decepción constante que éste nos provoca. Los niños aprenden pronto a ser solidarios, incluso en las peores condiciones, en los umbrales de la adolescencia es cuando muchos prescinden de los "buenos modales".
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me libré del consumismo hace unos años cuando decidí cambiar los centros comerciales por el voluntariado, y no puedes imaginar lo mucho que recibo con lo poco que doy.
EliminarUn abrazo.