En otoño
me escoño.
¿Quién ha
olvidado
esta
cáscara de plátano
en el
suelo de linóleo?
La
sostengo entre dos dedos
como un
pulpo fofo.
Ante el
espejo,
improviso
un moño.
Hago sonar
la campanilla
llamando
al mayordomo.
Me olvido
de ella
lanzándola
al aire
hasta que
un catacroc, un grito, un ay
anuncian el
peor pronóstico.
Si no
echas la basura en casa,
¿por qué el
planeta parece un orto?
Jajaja! Me encanta la primera frase!
ResponderEliminarMuy divertidos y concienciadores versos!
Un beso
Son los primeros versos que se me ocurren en muchos años. Gloria Fuertes me daría una colleja.
EliminarUn abrazo.
Ponte suelas de goma y pisa fuerte, compañero. El otoño es para disfrutarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarEso es porque no vives en mi barrio: una catalina cada cien metros. ¡Qué digo cada cien! Cada cincuenta. Esther puede corroborarlo.
EliminarUn abrazo.
Una denuncia muy divertida. Un abrazo.
ResponderEliminarLas denuncias desde el humor molan más. De lo contrario, podemos caer en la tentación de la solemnidad.
EliminarUn abrazo.