El guarda enfocó con su linterna al visitante rezagado. «El museo cierra en diez minutos», dijo temeroso de haber visto un humano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Nos lamentamos de que era demasiado joven para morir, pero olvidamos con frecuencia que nunca eres demasiado mayor para vivir.
-
No tenía claro el significado de la palabra «turistificación» hasta que la librería 80 Mundos hizo público su inminente desalojo del local d...
-
Había sido un preso modelo y, al abandonar la celda, al funcionario de prisiones se le escaparon un par de rubíes. Lobo Ramírez todavía hizo...
Paradójico.
ResponderEliminarQueda demostrado que las linternas siempre iluminan lo imposible con sus haces de luz. ¡Cuántas veces no habremos jugado de niños con su magia!
Un abrazo.
Imposible es una palabra que no existe en el vocabulario de un escritor.
EliminarUn abrazo.