El anuncio de periódico lo presentaba como un regalo original para el día de la madre. Sin embargo, yo sabía que «Clítoris, la conquista del placer» no era el libro apropiado para alguien de su edad. Me recorrió un escalofrío cuando pensé en las consecuencias de esa biblia reveladora, aunque razoné que probablemente terminaría en el cubo de la basura. Al menos, sería divertido ver su cara de disgusto. El médico le recomendó reposo. La crisis nerviosa que había sufrido la pobre mujer martilleaba en mi conciencia. El año que viene, decidí, un libro de cocina. De ese modo, cuando lo regale sin desenvolver a alguna de sus amigas no le dará las gracias por enseñarla a alcanzar un orgasmo.
Incluido en la antología V Certamen de Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz.
Perverso.
ResponderEliminarAl menos le quedaba conciencia al infractor, o infractora; lo que no tendría remedio, ni remiendo, es la confianza de la madre.
Un abrazo.
Ayer escuchaba decir a Juan y Medio que el humor es como un orgasmo portátil que uno puede provocar en las personas. Qué grande.
EliminarUn abrazo.
Ja,ja,ja...desde luego muy apropiado para el día de la madre no es...pero "nunca es tarde si la dicha es buena", pensaría la amiga.
ResponderEliminarUn beso
Pues, aunque no lo creas, este microrrelato se me ocurrió al leer en el periódico la recomendación para el día de la madre de "Clítoris, la conquista del placer".
EliminarUn abrazo.
Jose, enhorabuena.
ResponderEliminarSiempre se puede aprender algo. De esta pequeña gran lectura que ni se nos ocurra regalar algo que nos han regalado sin saber lo que hay dentro, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Regalar un regalo no es ni la mitad de gamberrada que haber ideado esta historia.
EliminarUn abrazo.