miércoles, 28 de abril de 2021
LOBO
miércoles, 21 de abril de 2021
LA ROMERÍA
La lluvia que cae incesante al otro
lado del cristal no habría frenado al peregrino, sea por devoción o por
celebración de la vida. Yo mismo he asistido a incontables romerías —primero
con mis padres y luego con mi propia familia— pese a las climatologías más
adversas.
Mis padres madrugaban para no perderse los rollitos de anís ni la mistela que repartían en la paraeta situada a mitad de camino. Recuerdo el cúmulo de brazos extendidos y manos abiertas sobre el mostrador, la mezcla de sudores, la algarabía.
Más adelante, mi mujer y yo decidimos hacer la caminata al atardecer siempre que no lloviera. Menos gente y la posibilidad nada despreciable de dormir toda la mañana. Además, llevábamos a los niños en el cochecito. Aún sonreímos al evocar aquella vez que, siendo novios, unos gitanos nos timaron con un juego de números escritos en rollitos de papel.
Últimamente, los puestos del mercadillo aledaño a Santa Faz rozan la quincallería. Supongo que me hago viejo. Mis hijos también han dejado atrás las pueriles atracciones de feria. No sé si volveremos a peregrinar juntos hasta el monasterio, pero, afortunadamente, el viaje de la vida continúa.Entradas populares
-
Cierta amiga me dijo que El antropoide (Candaya, 2021) le había parecido pornográfico. Aquel comentario, sin duda, espoleó mi curiosidad co...
-
La noche cayó de repente como una negra riada. Los garajes fueron ratoneras; las calles, alfareras. La ayuda llegó tan tarde que Halloween t...
-
Habíamos convenido una señal para cuando mi amigo José Luis fuera pasto de gusanos. Una colleja si Dios existía. Dos si no había nada. No he...